Anahí llegó a ViC Enterprises el lunes a la hora del almuerzo con una cesta de picnic, y saludó a Ivan que estaba cerca de la recepción. Tras tomar el ascensor hasta el décimo piso, se dirigió a la oficina de su marido y dejó la cesta sobre la mesa.
Él se acercó a saludarla con un beso.
-¿No habíamos quedado en que no vendrías a la oficina?- le preguntó.
-A trabajar- contestó ella. –Pero no a almorzar- añadió, sacando varias cajas de la cesta.
Riéndose, Alfonso se sentó a la mesa.
-¿Y no piensas hacer nada mientras estés aquí?Con un encogimiento de hombros, cogió una de las cajas y la abrió.
-Bueno, ya que estoy aquí...- antes de que Alfonso pudiese responder, Diane entró en la oficina y colocó unos documentos y una memoria USB delante de Anahí, antes de tomar una de las cajas que ésta le ofrecía y volver a salir sin decir palabra. Alfonso sacudió la cabeza con una risotada a la vez que agitaba un dedo ante su esposa.
-Tienes que tomártelo con calma.
-Eso hago. Te lo prometo. Vamos a comer. Tengo hambre.Mientras almorzaban, él la puso al día sobre sus clientes y ella le dijo qué pensaba. Cuando estaban terminando, Laurel, la recepcionista del personal directivo, entró para comunicarles que Ivan estaba al teléfono.
-¿Por qué no ha llamado a mi línea?- Ella se encogió de hombros y, antes de irse, cogió un recipiente con frutas que Anahí le entregó.
Alfonso tomó el teléfono y activó el altavoz
- ¿Sí?
-Tengo aquí a alguien que quiere ver a Anahí- dijo Ivan sin preámbulo.
-Que suba- dijo ella.
-No quiere subir. Prefiere verte aquí abajo.
-¿Quién es?- quiso saber Alfonso.
-El capitán Cash Harper.
-¡¿Qué?!- gritó Alfonso poniéndose en pie. -Dile que...
-Que ahora mismo bajo- Anahí terminó por él, mirando fijamente a su marido, -sola.
-De acuerdo.Cuando Ivan colgó, Alfonso miró a su esposa.
-¿Por qué sigues siendo amable con esa gente?
-Porque cuando tú estabas en coma, yo necesité mucho apoyo contestó, levantándose.
Tras abrir y cerrar la boca un par de veces, Alfonso no pudo encontrar una respuesta apropiada, y asintió con la cabeza. Ella se inclinó hacia él, poniéndose de puntillas para besarlo.
-No te preocupes, no saldré del edificio con él, y seguro que Ivan está cerca.Una vez en el ascensor, Anahí se preguntó qué querría. Al salir al vestíbulo, echó un vistazo alrededor y lo vio paseando por delante de un banco. Lo observó mientras se acercaba. Parecía no haber dormido ni haberse cambiado de ropa en varios días, lo que le recordó su estancia en el arrastrero de pesca, cuando él la secuestró para pedir un rescate.
-Capitán Harper- le llamó, y él se dio la vuelta sorprendido, mirando su vientre.
-Guau- exclamó, observándola. -¿De cuánto estás?
Acariciando su barriga, ella respondió:
-De 30 semanas. ¿En qué puedo ayudarte?
Él sacó algo de su bolsillo y se lo entregó.
-He venido a devolverte esto- dijo, y depositó la gargantilla de diamantes en su mano extendida.
-Pero se lo dí a Piper- respondió Anahí, mirándolo confundida.
-Ella ya no lo necesita- informó simplemente.Al observar su rostro, se dio cuenta de que había estado llorando.
- ¿Cuándo?- preguntó en voz baja.
-El viernes por la noche- respondió él con un suspiro. -Y también quiero darte las gracias por cubrir los costos de su estancia en el hospital. Tuvo... oportunidad de luchar- declaró entrecortadamente, antes de tomar una bocanada de aire.Anahí asintió con la cabeza y estuvo a punto de decir algo, pero él ya se dirigía hacia la salida y al coche que le esperaba fuera.
Derrumbándose en el banco, contempló la gargantilla, sintiendo la pérdida de una mujer que había muerto demasiado pronto. No podía imaginar cómo sería su vida sin Alfonso, y agradeció en silencio a quienquiera que pudiera estar escuchando, que ambos estuvieran a salvo.
Al sentir un brazo alrededor de su cintura, se apoyó en su esposo.
-¿Estás bien?- preguntó Alfonso, besando su coronilla. Cuando ella asintió, él acarició la mano que sostenía la gargantilla.
-¿Seguro?
Al mirar hacia abajo, Anahí vio sangre en la mano con la que había estado comprimiendo el collar. Alfonso se lo quitó, y se lo iba a meter en el bolsillo cuando ella lo detuvo.
-Este collar representa todo y nada- comenzó, y él esperó pacientemente a que hablara. -Recuerdo haberme enfadado contigo porque no te diste cuenta de que lo llevaba puesto cuando fuimos a la isla, y después no parecía importarte que hubiese desaparecido. Ahora sé que tenías muchas cosas en la cabeza, pero yo me sentía insegura.Haciendo una pausa, respiró profundamente.
-Y cuando vi a Piper con él, me enfureció, y supe que pasara lo que pasara, lo iba a recuperar. Y lo hice. Pero entonces...
-En el hospital.
Ella asintió.
-Cuando la vi en aquella cama me di cuenta de la suerte que tengo de tenerte en mi vida. Tú eres mi mundo, y pronto seremos una familia de cuatro. Y este collar, aunque es precioso, nunca me hará tan feliz como lo soy cuando estoy contigo.Abrazándola con fuerza, Alfonso dijo:
-Te quiero, kotyonok. Más de lo que soy capaz de expresar.
-Te quiero, Alfonso.
ESTÁS LEYENDO
La Familia Del Millonario | Anahí y Alfonso Herrera |
RomanceSexto y último libro de la saga "El millonario Herrera" de Leona Lee Libro #1 Una virgen para el millonario Libro #2 La amante inocente del millonario Libro #3 La Novia Del Millonario Libro #4 La prometida del millonario Libro #5 La esposa del mill...