Buena suerte, cariño!

Año nuevo y nuevos comienzos

La fiesta de la Estrella invernal, el mejor festival en mi opinión. El ambiente y ver a todos sintiéndose agradecidos por todo lo que tienen es lo que lo hace tan acogedor.

Vine a pueblo pelicano solo para cuidar la granja del abuelo, pero ahora el año está terminando... No puedo evitar sentirme nostálgica al mirar atrás. Al principio, estaba tan asustada de venir aquí, pero ahora... es como si hubiera encontrado un hogar aquí en el valle.

Mientras caminaba por la plaza del pueblo, decorada con luces festivas y adornos, vi caras familiares por todas partes. El alcalde Lewis y Marnie estaban juntos cerca de uno de los árboles de Navidad, mientras Caroline reía con Jodi cerca del gran árbol decorado en el centro.

El aire estaba lleno del dulce aroma de galletas recién horneadas y sidra caliente. Me acerqué a una de las mesas donde muchas personas estaban sentadas, siendo Emily la primera en notarme y acercarse.

—¡Hey granjera! —me saludó Emily con su habitual sonrisa brillante, envolviéndome en un cálido abrazo. —¿Puedes creer que ya ha pasado un año desde que llegaste?

Le devolví el abrazo, sintiendo el calor de este. —Lo sé, es difícil de creer. Parece que fue ayer cuando planté mis primeros cultivos.

Emily rió, sus ojos brillando. —Has recorrido un largo camino desde entonces. Te has convertido en una parte muy importante de la comunidad.

Me sonrojé ante sus palabras. —Gracias, Emily. Significa mucho escuchar eso.

Ella asintió y miró hacia la mesa. —Elliot y tu novia te han estado buscando. Deberías ir a saludarlos.

Asentí ante sus palabras hasta que me di cuenta de lo que había dicho. —¿¡Eh?! Ella no es mi-

—¡Oh, no lo niegues! La forma en que se miran en público, ¡casi me siento mal por Elliot cada vez! —dijo con una risa y una mano en mi hombro.

—Oh, Dios mío... ¡no estamos saliendo! —Podía sentir el calor en mi rostro, en serio esta chica...

—Todavía —añadió ella y yo solo rodé los ojos tratando de ignorar su burla.

—Eso espero —respondí y no le di oportunidad de decir algo más, levantándome de la silla y caminando hacia donde Elliot y Leah estaban sentados.

Al acercarme a la mesa, Elliot estaba hablando con Leah sobre los regalos que habían seleccionado para el intercambio.

—Estoy deseando ver las reacciones de todos a sus regalos —decía Elliot, sus ojos brillando con entusiasmo. —Siempre es interesante ver lo que la gente elige para los demás.

Leah asintió en acuerdo. —Estoy especialmente emocionada por ver qué piensa Emily del regalo que elegí para ella.

Tomé asiento junto a Leah, sintiendo una mezcla de emoción y curiosidad. —¿Qué es? Si puedo saberlo.

—Le pedí algunas fotos de su loro con la excusa de buscar inspiración —comenzó a hablar, la emoción en sus ojos y voz— Pero era para hacerle una pintura de ella con él, ya quiero dárselo!

—Aww, qué lindo, yo también quiero verlo —dije, estoy segura de que le va a encantar.

—No sabía que tenía un loro hasta que lo mencionaste —dijo Elliot, mordiendo una de las galletas que estaban en una bandeja en la mesa.

—Lo adoptó hace mucho tiempo, el pobre loro se estampó contra su ventana y ella lo cuidó —le dije, no es como si lo sacara mucho.

—Suena como algo que ella haría —respondió él, justo cuando el alcalde Lewis anunció que podemos empezar con el intercambio de regalos.