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             Consultas llenas de celo

Algunas cosas eran inevitables, por ejemplo, el mal humor de House, eso era completamente inevitable, nadie lograba entender como casi siempre estaba de un humor terrible, la mayoría del tiempo era bastante sarcástico y eso era molesto para la mayoría de las personas.

—Señora es anemia, entiendalo.

—Pero mi hijo, está pálido.

—Es por la anemia, es normal.

—Reviselo otra vez.

Sabía que sería un día bastante pesado cuando Cuddy lo vio entrar en el hospital y lo obligó a ir a la clínica.

—¡Es anemia! — rodó los ojos intentando no irrtarse de más, siempre era lo mismo, esos pacientes completamente necios que nunca lo escuchaban.

—¡Llame a otro médico, usted no sabe nada! — y como si fuera arte de magia la puerta del consultorio se abrió repentinamente —¡Usted, revise a mi hijo, este doctor no sabe nada!

—¿Qué sucede, House?

—El niño tiene anemia y esta señora no logra creerme.

Wilson observó con detalles los análisis que estaban en la mesa y luego alzó su vista nuevamente.

—El doctor House tiene razón, su hijo tiene anemia.

—¿Por qué esta tan pálido?

—Es normal que se encuentre en ese estado, también tendrá frío de ves en cuando, pero le daremos medicamento y se pondrá bien — le sonrió a la mujer suavemente y luego miró como los dos se iban del consultorio —Y tú...

—Lo sé, lamento que esa señora sea tan inepta — sintió la mirada intensa de su colega en el, odiaba cuando hacía eso, lo hacía sentirse tenso, algo que jamás admitiría en voz alta.

—Cameron dijo que tienes un paciente recién llegado, ve y no lo evites, ¿Sí? — lo miró y asintió ante eso, últimamente se sentía extraño al lado de James, cuando lo vio irse terminó suspirando.

No tenía idea de que exactamente tenía su paciente, eran cerca de las 10 de la noche, le molestaba quedarse por la noche, todo parecía ser una broma y como siempre, Chase era un completo inútil en su trabajo.

La puerta de su consultorio se abrió, ni siquiera prestó atención al estar tan concentrado escribiendo cualquier idea que se le pasará por la cabeza.

—House, ¿Podemos hablar?

—Claro, estas hablando justo ahora.

—Es en serio, House.

—¿Qué sucede? — esta ves alzó su vista para encontrarse con la mirada del más bajo, nuevamente se sentía extraño mirándolo tan fijamente.

—¿Saldrás con Cameron?

—La rechacé si esa es tu pregunta, realmente salir con mujeres es aburrido — volvió a bajar su mirada, aún mantenía el bolígrafo en su mano, pero no podía escribir, su mente estaba en blanco y sentía la mirada del contrario.

—Mírame — fue una orden, inconscientemente levantó la cabeza y otra ves sus ojos se encontraron, ¿Qué se suponía que le estaba pasando? — Tú no saldrás con nadie.

—¿Acaso eres mi madre o qué? — intentó bromear formando una sonrisa en su rostro, pero aún se sentía tenso, observó como el contrario se acercaba a el, colocando sus manos en las manijas de la silla con ruedas que estaban al costado, y sus rostros se acercaron demasiado.

¿Hilo rojo?, Debe ser una bromaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora