¿Hilo rojo?, Debe ser una broma

11

Perdedor

Tony estaba frustrado, Thanos estaba ganando, no estaba saliendo como parecía, el plan terminó siendo un fracaso total en algún momento, nada estaba bien.

—Yo soy inevitable — chasqueo sus dedos en un suave y lento movimiento, las personas que estaban allí comenzaban a desaparecer.

—Señor Stark, no me siento bien...— cae al suelo de rodillas, el mayor se acerca rápidamente a él, manteniendolo en sus brazos con fuerza.

—¡Vamos a encontrar una manera de arreglar esto!, ¡Vamos a...— intenta sujetar al menor con todas sus fuerzas, temiendo porque desaparezca completamente.

—Me duele, me duele mucho, señor Stark...

—¡Todo estará bien, Peter!, ¡Lo prometo! — grita con desesperación y miedo en el tono en el que habla.

—Lo siento tanto, disculpate de mi parte con mis padres, diles que lamento tanto esto... — susurró mientras derramaba leves lágrimas.

—¡Hey, hey!, ¡No es tu culpa! — el joven comienza a desvanecerse más rápido, Tony intenta impedir que desaparezca pero le es imposible, ya no lo tiene consigo en sus brazos.

El Dios del trueno se acercó con algo de duda hacía él, intentando no mostrar su semblante preocupado y tenso ante esa situación.

—Stark, hay que irnos — explicó con un tono bajo pero de manera sería, el contrario simplemente pudo levantarse del suelo para seguido comenzar a arrastrar sus pies.

Hulk miraba todo desde un costado, ni siquiera el se atrevería a decir algo en ese momento, su amado había sido completamente arrebatado, el no podría traerlo de vuelta ni siquiera con las gemas, Loki, jamás regresaría a él, no en este universo por lo menos, esperaría hasta el día de su muerte si era necesario para encontrarselo en la otra vida, se suponía que iban a casarse.

Volvió a su forma humana para ayudar los pocos heridos que estaban allí, aguantaría las ganas de llorar por el momento, reprimiria todo lo que pudiera y luego se desahogaria cuando este solo.

Tony respiró profundamente para tocar varías veces la puerta de aquella casa, fue recibido con esa cálida sonrisa de confianza, ese ambiente pacífico y hermoso que se acostumbró en los meses anteriores, se sentía peor de tan solo estar allí.

—¡Tony!, que gusto verte, estabamos preocupados por Peter, nos enteramos un poco de lo sucedido por un agente de Shield, pero ya sabes como son, nunca te dan demasiada información, ¡Pero pasa! — explicó aún manteniendo su sonrisa, el contrario entró a aquella vivienda, sintiendo su pecho encogerse cada ves peor —¡Greg, Tony está aquí! — gritó para llamar la atención de su esposo y luego escuchar el sonido de las escaleras.

—Pasó cerca de dos semanas, señor millonario, el mocoso ni siquiera responde su celular — se quejó mientras se recostaba contra la pared con un semblante bastante serio.

—¿Dónde está Peter? — preguntó esta ves James, interesado ahora por la aparición del contrario.

—Deberá tomárselo con calma, por favor, se lo explicaré todo — se apresuró en hablar, la sonrisa que tenía el castaño comenzaba a desaparecer lentamente.

—Dígame dónde está mi hijo, ahora — pidió esta ves con un poco más de autoridad, exigiendo una respuesta enseguida —

—James, Stark seguramente nos dirá todo los detalles — sugirió acercándose a su esposo y frunciendo levemente su ceño.

—Cállate, necesito saber donde carajos esta mi hijo — exigió aún más, sintiendo un nudo en su garganta, poco a poco.

—Como se habrán enterado la mitad de la población desapareció a base de Thanos, el obtuvo las gemas del infinito, obteniendo el suficiente poder para hacer lo que quiera con la humanidad.