¿Hilo rojo?, Debe ser una broma

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Secretos

Las personas nacían con algo que los caracterizaba mucho, podían ser feromonas con aromas agudos o nacer con rasgos de algún animal y eso implicaría entrar en celo de ves en cuando.

Wilson James, también conocido como un golden retriever, un perro bastante caracterizado, alguien siempre amable y ansioso ante todo, también tenía feromonas, era algo raro ver, los dos rasgos en alguien, su aroma era leve cuando estaba alegre, pero cuando se enojaba era algo más fuerte, como si su olor pudiera controlar el ambiente.

House Gregory, nadie sabía qué era, lo único que sabían es que no tenía feromonas, así que tendría que ser algún animal, ¿Pero cuál?

La puerta de la oficina del golden se abrió repentinamente, dejando ver al zorro, quien se mantenía con un semblante curioso.

—¿Qué sucede, Chase?

—No lo soporto, necesito saber que animal es.

—¿Hablas de House?, somos amigos hace años, nunca lo supe.

—Voy a entrar en desesperación.

—Como todos aquí — respondió mientras seguía escribiendo con bastante tranquilidad, el rubio salió de la oficina y cerró la puerta.

El zorro movía su cola con ansiedad, mientras escuchaba a su jefe hablar casi sin importancia sobre el nuevo caso, necesitaba una respuesta, deseaba querer saber que clase de animal era.

La erizo miraba sus acciones, alzando una ceja con bastante curiosidad respecto a la situación.

—Masters, ¿Qué tal si nos hablas de los síntomas del idiota de Chase? — comentó cambiando de tema repentinamente como normalmente solía hacerlo.

—Está bastante ansioso.

—Di cuál es tu animal, necesito saber.

—Chase, eso no es relevante ahora, el paciente va a perder sus riñones — declaró el koala de Foreman quien ahora mantenía su ceño fruncido, queriendo saber lo que le pasaba al paciente.

Taub miraba la situación sin querer opinar de algo, aunque sus feromonas lo delataban completamente.

Sigueron hablando de cosas innecesarias para después concentrarse definitivamente en el paciente, aunque ahora, Wilson, estaba del lado de sus empleados, intentando averiguar la forma de saber que animal era el ojiazul.

El grupo estaba planeando una investigación para descubrir el secreto que Gregory estaba escondiendo.

El golden retriever de Wilson, ha estado actuando de manera sospechosa en las últimas dos horas. Estaba caminando y nunca se quedaba quieto, iba de un lado a otro. Además, ha estado recibiendo mensajes y cuando Greg preguntaba el solamente evadia eso.

El grupo a estado actuando de manera cautelosa e intentar no ser lo bastante sospechosos, aunque House, siempre terminaba descubriendo todo.

—Hablen, ninguno de ustedes sabe fingir, par de patéticos — reclamó de manera sarcástica mientras rodeaba los ojos sin importancia.

—Necesitamos saber que animal eres.

—¿Acaso eso salvará el mundo? — se quejó mientras observaba nuevamente el expediente del paciente, no estaba encontrando el diagnóstico y eso lo estaba molestando bastante.

—House, dinos tu animal y seguiremos haciendo exámenes en el paciente.

—No me importa su opinión, vayan y hagan su trabajo, par de vagos inútiles.

Masters y Chase se dirigieron a hacer exámenes, mientras que Taub y Foreman fueron hacía la casa del paciente para investigar más a fondo.

La noche se hizo presente, al menos habían logrado descubrir que tenía el paciente, eso por un lado lo alegraba, por otro, tenía que estar aguantando las feromonas de James, quien parecía querer abalanzarse contra el en cualquier momento y hacer que hable.

—¡House, House! — entró a la oficina del nombrado mientras movía su cola de un lado a otro.

—¿Qué quieres?

—Hubo un malentendido y Chase confundió los últimos medicamentos antes de darle el alta, tu paciente esta colapsando.

—Ese zorro imbecil — tomó su bastón para salir de la oficina con un golden detrás de él, caminó lo más rápido que le permitió su pierna, una ves llegó a la habitación, la encontró completamente vacía pero sintiendo el ambiente bastante tenso, ¿Acaso el paciente había entrado en celo?, eso podría ser sumamente peligroso, miró hacía atrás, donde estaba el castaño quien mantenía sus orejas bajas, las feromonas comenzaban a notarse cada ves más.

Sujetó su bastón con fuerza, listo para noquear si era necesario, sintió un cosquilleo por arriba de su cabeza, era mala señal, intentó salir del cuarto pero la puerta estaba cerrada, ¿Cómo no lo notó?, estaba con la guardia baja y se dejó engañar por esos estúpidos, Wilson prácticamente había desaparecido y el sofocante aroma no lo dejaba razonar con claridad.

Golpeó el vidrio de la habitación pero prácticamente el pasillo era un desierto, ¿Dónde demonios estaban todos?, el cosquilleo aumentó aún más, comenzó a gruñir débilmente, no tenía más opciones que dejar a su animal libre, nunca hubiera pensado que llegarían a esos términos, entraría en celo si seguía en aquella habitación llenas de feromonas desagradables.

—¡Habrán! — se escuchó desde fuera, el simplemente había quedado sentado en la camilla, se sentía vulnerable ante eso, las miradas de desconciertos eran evidentes, James miraba de reojo a sus empleados esperando que dijeran algo.

—Un conejo...— susurró el zorro mientras miraba a su jefe, quien intentaba no perder la conciencia.

El golden se dirigió hacía el para llenarlo de su leve aroma y sacarlo del cuarto para llevarlo a su oficina, debería mantenerlo alejado del lugar, ya que al ser un animal frágil podría ser más fácil que entrara en celo.

—¿Te encuentras bien? — preguntó mientras se arrodillaba delante del ahora conejo que era su amigo que estaba en el sofá recostado, podía admirar sus pequeños bigotes, sus orejas pequeñas pero bastantes llamativas y su pequeña cola redonda, que parecía estar sumamente tensa.

—James...— susurró débilmente, su parte animal pedía contacto, estaba desesperado al haber estado tan rodeado de feromonas asquerosas.

Wilson no dudó en levantarse y sentarse al lado de él para nuevamente soltar de manera suave su olor, recargo al ojiazul en su regazo con bastante delicadeza, relajandolo completamente.

El conejo logró calmarse, se sentía bien, cómodo, cálido, por primera ves sentía que otro animal no quería cazarlo, que no deseaba marcarlo o poseerlo, James siempre lo hizo sentir seguro, aunque siempre le ocultó su parte animal, amaba estar de esa manera con él.