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Omegaverse

House odiaba a los omegas, por no decir que su miserable presencia o cualquier feromona de omega le irritaba por completo, descartaba los hechos de que su jefa y colega eran dos omegas, algo que pasaba de largo y no daba importancia.

Entre sus compañeros, Foreman, era un beta, mientras que Chase era un alfa, aunque seguía molestandolo de que no se veía como uno al ser tan descuidado con todo y acababa de recordar algo, su mejor amigo era un omega, ni siquiera recordaba como terminó haciéndose amigo de el, pero mientras pasaban los años el decidió dejar esa tonta pregunta en algún lugar de su cabeza.

Ahora se encontraba irritado, se había paseado prácticamente por todo el hospital sin encontrar a Wilson, ni siquiera las enfermeras sabían donde estaba y mientras el tiempo pasaba su alfa parecía perder la paciencia.

Le agradaba estar con el omega, eso no lo negaría nunca, pero cuando algunas veces no tenía respuesta de el, su alfa interno comenzaba a enloquecer de a poco.

—House.

¿Qué? — el silencio entre su jefa y el se formó repentinamente, el alfa había usado su voz de mando inconscientemente al comenzar a perder la calma de no ver a su amigo.

—Wilson está en los baños, me pidió que te dijera que vayas con él...— su instinto reaccionó primero y se fue casi inmediatamente hacía donde la omega le indicó, ni siquiera sentía su pierna mala, ya que su alfa necesitaba ver al omega.

—Wilson, ¿Dónde estás?

—A-Aquí — una voz temblorosa se hizo presente en el único cubículo con puerta cerrada, se sentía el leve aroma de su amigo, chocolate y menta, un olor leve pero completamente adictivo.

Se dirigió hacía la puerta, abriendola lentamente y mirando al omega que se encontraba sentado en el inodoro mientras mantenía su respiración agitada y sus ojos parecían estar completamente perdidos.

—Estás en celo — soltó sin ninguna vergüenza mientras observaba como Wilson parecía mantener la poca cordura que le quedaba.

—Se adelantó...esto...no debía pasar — miraba de reojo a House intentando mantener su compostura que le estaba fallando.

—Iré a la farmacia para conseguirte supresores/inhibidores, seguramente los tienen al fondo — respondió con algo de ironía sin despegar su vista del más bajo que parecía aumentar su calor e intensificar sus feromonas.

—Q-Quédate — pidió con una voz completamente débil mientras esta ves se acomodaba y se ponía de pie para acercarse al alfa.

—Le pediré a Foreman que los consiga, así el puede entrar aquí sin morir en el intento — sacó inmediatamente su pequeño dispositivo mientras marcaba un número, James aprovechó la oportunidad para poner su cabeza en el pecho del contrario, dejando completamente confundido al alfa mientras hablaba por teléfono.

—No soy una almohada — le dio toda su atención al más bajo una ves que terminó de hablar con Foreman, comenzó a liberar feromonas en algún momento, café y limón, un olor algo sofocante para cuando se enojaba.

—Greg...— acarició levemente los cabellos del omega, tranquilizandolo un poco, mientras comenzaba a debatirse mentalmente el por qué su colega estaba tardando tanto.

—Wilson, te recuerdo que estas en celo, por si tu omega quiere atención, no voy a dársela — escuchó un gruñido en forma de respuesta, simplemente rodó sus ojos quitandole toda importancia.

—Greg — ese tono de voz había sonado como si el omega interno de su amigo comenzará a rogar por atención.

—James, inyectate unos 5 supresores, ¿Quieres? — pidió con bastante sarcasmo mientras sentía aún más cerca a Wilson, quien ahora parecía completamente cómodo pegado a el.

¿Hilo rojo?, Debe ser una bromaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora