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                  Atención al residente

Cada año parecía ser una excusa atrás de otra, Cuddy molestandolo para que se presentará con los residentes de primer año, no era su actividad favorita y nunca lo sería para ser sincero.

Allí estaba, observando a los futuros idiotas que recorrerian los pasillos del hospital, seguramente haciendo preguntas completamente inútiles al "tener curiosidad".

—Soy Gregory House, el conserje, su guía no asistió porque tuvo un infarto de última hora, así que pueden hacer lo que quieran.

—¡Señor, disculpe! — cuando se acomodó en la silla miró al único individuo que levantaba su mano.

—¿Qué?, no hace faltar gritar, no estoy tan viejo — metió un dedo por adentro de su oreja para rascarse un poco y también dándole permiso al menor de que hablara.

—Usted es el médico guía, si fuera el conserje no llevaría esa ropa, ya que en todos los hospitales se le entrega una prenda color negra o azul, y si el verdadero guía hubiera tenido un infarto se escucharía la ambulancia afuera del hospital, en cambio, solo han salido personas y nadie parece haber ingresado hace horas.

—Genial, al menos no eres un idiota como pensé, ¿Cómo te llamas muchacho?

—James Wilson, señor — inconscientemente se había formado una leve sonrisa en el rostro de House para después desaparecer a los segundos.

Se levantó nuevamente para comenzar a explicarles como funcionaban las cosas en el hospital y que ya no estaban en un jardín de niños como para andar haciendo idioteces.

El primer día había sido realmente cansador, aunque el ni siquiera comprendía porque tenía que ser el quien estuviera con los nuevos, seguramente había unos 10 años de diferencia entre el y los residentes, pero era espantoso siempre lidiar con eso todos los años.

Un golpe en la puerta de su oficina lo había sacado de sus pensamientos, aunque no le dio demasiada importancia ya que le había pedido a uno de sus colegas que le llevara un café.

—Chase, ¿acaso eres idiota o por qué no entr-

Observó detenidamente quien estaba frente a el, llevaba una taza en sus manos y parecía nervioso como para no verlo directamente a los ojos.

—Lo siento por interrumpir, Chase me pidió que le trajera su café ya que el debía irse.

El simplemente siguió mirándolo de manera fija, el contrario dejó la taza en su escritorio esperando alguna respuesta o señal para irse de ahí.

—Te hubieras negado, Chase en un perezoso, inútil, competente, el seguramente se fue con alguna chica que encontró por ahí, así que la próxima ves que lo veas simplemente ignoralo.

—Yo...creo que usted no debería hablar así de su compañero, ya que trabajan juntos todos los días y el merece respeto.

House aún no despegaba su vista del más bajo, en cambio, simplemente se acercó a el, notando como el contrario ahora parecía más nervioso.

—Créeme, es un idiota, aunque gracias por el café, Wilson — sus ojos se encontraron en algún punto y el residente prácticamente se fue casi corriendo de la oficina —Parece un gato.

No recordaba la última ves que se divirtió tanto molestando a alguien tan adorable, a su punto de vista, podía jurar que tendría un poco de diversión o al menos hasta que Cuddy o alguien más note como se burla del residente y lo intente mandar a la mierda.

Los días pasaban con demasiada lentitud, los residentes se encargaban del papelo y el tenía que revisar que no cometieran errores, lo molestaba demasiado, es decir, preferiría tener a un paciente muriéndose y que seguramente tenga su sangre tóxica por algo misterio en ves de estar mirando tantos papeles.

—Señor House, los papeles del día de hoy los acabo de terminar — alzó su mirada notando al castaño para después notar como el contrario no sabía ni siquiera para donde mirar.

—Fantástico, ¿Te quieres ir a casa?, yo también — un comentario totalmente irónico y sarcástico salió de su boca, se levantó del lugar, dándole algunas hojas donde contenían información de algunos pacientes haciendo que el menor lo mirase confundido —En la pequeña cárcel a la que Cuddy llama "clínica", me dedico a examinar a idiotas y como tus compañeros son sumamente lentos entonces te entretendre un rato —  los dos se dirigieron hacia la clinica donde parecía que no había tantos pacientes, entraron los dos a un consultorio mirando a un hombre que no tenía pelo y parecía algo preocupado.

—Doctor House.

—Aquí dice que usted esta con diarrea, ¿ningún medicamento le a funcionado? — preguntó mientras intentaba mantener su semblante serio, aunque su rostro mostraba total aburrimiento, algo que hizo enojar un poco al paciente.

—Verá, comenzó cuando dejé de fumar y en cambio empecé a masticar chicle.

—Muéstrame esos chicles — pidió mientras el hombre se los entregaba ahora mirándolo confundido.

—Esto tiene laxante, claramente estarás mal del estómago, será mejor que comience a leer lo que compra o terminará comiendo comida para perros — el hombre se fue, dando un portzado al consultorio, algo que hizo saltar a Wilson del susto.

—¿No fue algo duro con ese señor?

—¿Has escuchado lo que dije antes?, me dedico a examinar idiotas.

El más bajo se dedicó a simplemente asentir mientras observaba como el ojiazul se acomodaba en una de las sillas y comenzaba a ver su pequeño dispositivo, en cambio el, solamente se sentó en la camilla.

—¿Y ahora? — optó por interrumpirlo, House lo miró de arriba hacía abajo, dándole un escalofrío al menor, algo que notó en seguida.

Palmeo su pierna, era una indicación directa, una invitación a sentarse en su regazo, James desvío su mirada mientras sentía sus mejillas comenzar a arder tan repentinamente.

—¿Por qué te pones así?, tener sexo en un consultorio, suena divertido — habló tan tranquilamente que Wilson se cuestionó demasiadas cosas en ese momento.

—¿D-De que habla? — esta ves solamente lo miró de reojo, no quería mirarlo de manera fija porque sabía que su cerebro iba a explotar.

—El niño no tiene idea sobre el sexo y es residente, para variar.

—¡No es eso! — lo miró tan fijamente que sintió todo su cuerpo calentarse al estar tan nervioso —¡No puede pedirle a un residente tener sexo en un consultorio!

—¿Por qué no puedo?, somos adultos, ¿O tu mamá no te dio permiso? — el menor inmediatamente negó demasiado rápido y el médico soltó una risa llamando su atención —Adorable.

—Esto es...vergonzoso...

—¿O acaso eres virgen? — soltó tan repentinamente que en algún momento el menor quedo completamente callado, dándole la clara respuesta —La mayoría de tus compañeros también lo son, así que no veo el problema con sentirse avergonzado.

—No me importaria pero...lubricante, condones...cuidarnos.

—Claro, hay que cuidarnos, no quiero embarazarte y hacerme cargo de un mocoso.

El residente se levantó de la camilla mirando a Gregory con algo de vergüenza, el médico miró su reloj, aún le quedaba media hora y podía irse de allí, inconscientemente volvió a palmear su pierna, invitándolo nuevamente, pero el contrario simplemente pudo acercarse, dudando completamente de todo lo que hacía, el ojiazul se levantó, observándolo fijamente mientras acariciaba la cintura del más bajo con total seguridad, no prestó atención en que momento sus cuerpos estaban tan pegados y House no lograba apartar su boca del cuello de Wilson.

¿Hilo rojo?, Debe ser una bromaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora