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Lesiones

Wilson apenas lograba comprender a House. Algunas veces ni siquiera lograba entender lo que pasaba por su cabeza.

Wilson era un alfa dominante pero amable, mientras que House era un omega reservado y serio que ocultaba su aroma.

—Es el omega de tu ex-esposa, debes escucharla al menos — se quejó Cuddy entre dientes mientras notaba al omega completamente pensativo —¡House!

—Lo que sea — salió de aquella oficina y antes de que lograra subirse al ascensor notó un fastidioso aroma que lo hizo que se detuviera.

—Greg.

—House para ti, ¿Qué demonios quieres?

—Sabes lo que quiero, ¿Podrías atender a Mark?, he visitado demasiados médicos.

—Y seguirás visitandolos.

—¿Esto es por el pasado? — gruñó con molestia la alfa mientras liberaba aún más sus feromonas, el omega terminó recargandose en la pared por la tensión.

—Sabes que soy rencoroso.

—Se que 5 años los tiré a la basura cuando te hice abortar un futuro cachorro, pero no puedes culparme.

—¡¿Qué no puedo culparte?!, ¡Era mi hijo, yo iba a tenerlo! — su olor se hizo intenso mientras las lágrimas comenzaban a amenazar con salir.

—¡Lo se, pero mis padres no aceptaban que esté contigo!

—¡¿Y qué culpa tenía mi cachorro?!, ¡Me amenzaste con dejarme y que encontrarías a un mejor omega!

—Son cosas del pasado, deberías haberlo superado.

—Una madre jamás olvida a su cachorro — fue su última palabra para después subirse al ascensor y esperar a que las puertas se cerrarán para desplomarse en el suelo. Llevó su mano hacía su vientre para apretar su camisa con fuerza, intentó levantarse cuando el ascensor se abrió pero sus piernas le jugaron en contra.

—¡House!, ¿Estás bien? — preguntó James mientras agarraba el brazo libre de su amigo para llevarlo por detrás de sus hombros y ayudarlo a caminar y salir del ascensor.

—Era mi cachorro...

—¿Qué?, ¿De qué hablas?

—James...estaba en mi vientre... — su voz había logrado romperse y el alfa por una ves en su vida logró sentir el aroma dulce del omega pero olía a tristeza. No dudó en envolverlo con su olor para intentar relajarlo una ves que lo llevó a su oficina.

—Stacy está aquí con su esposo. Ella hace unos años me obligó a abortar si decía una sola palabra sobre mi embarazo. Al principio pensé que era una mala broma o que estaba de mal humor pero cuando usó su olor y su voz...ni siquiera logré negarme.

—¿Por qué ella querría...?

—A sus padres le desagradaba la idea de que éste con alguien que no era frágil y cariñoso, pensé que no los escucharía pero luego...— las lágrimas salían con fuerza al tan solo recordarlo, el inesperado abrazo y consolación de parte del castaño sirvió de algo, solo pudo acurrucarse e intentar tranquilizarse un poco.

Wilson cuando notó que House se había quedado dormido, rápidamente llamó a Cuddy y le gruñó, advirtiéndole que si Stacy siquiera lo miraba o dirigía una palabra, no dudaría en hacer un escándalo y armar una pelea.

Al rededor de tres horas habían pasado, Greg con algo de pereza abrió sus ojos cuando sintió su celular sonar sin parar.

—¿Qué?

—Es Mark, deberías venir a verlo — comentó con algo de duda Cameron.

—Obligame — cortó la llamada para después sentir la mirada de Wilson quien en ningún momento se apartó de su lado y aún lo envolvía con sus feromonas.

—Puedo acompañarte.

—Es una buena excusa...— sonrió levemente para después sostener su bastón y salir con el alfa detrás.

—House —Foreman lo casi interrogó con la mirada ya que llevaban tiempo esperándolo.

—Mark tiene síndrome de Eisenmenger, ¿Acaso son idiotas para no darse cuenta? — rodó los ojos míentras quedaba al lado de Wilson.

—¿Hay cura? — preguntó débilmente el omega que se encontraba en la camilla.

—Solo tratamiento para aliviar los síntomas, te quedan 20 o 40 años de vida, lo siento — agachó un poco su cabeza para salir de la habitación con el alfa.

—¡Greg! — la voz de la mujer se escuchó por los pasillos y casi por instinto se detuvo mientras James se ponía alerta ante la situación intentando controlarse.

—¿Qué?, ya lo diagnostique.

—Yo quisiera agradecerte y si quieres podemos ir a come-

—No — el castaño se posó delante del ojiazul y enfrente de la mujer mientras gruñia.

—No hablaba contigo, Wilson — se quejó seriamente mientras fruncia su entrecejo.

—Él es mio, no dejaré que alguien como tú se le acerque — amenazó con sus feromonas mientras la alfa retrocedía un poco.

—James...

—Ni siquiera está marcado, ¿por qué debería creerte? — se defendió Stacy mientras lo miraba con mala cara.

—Porque yo seré el único alfa que le de un montón de cachorros hermosos como lo es él y no necesita estar marcado para saber que es de mi propiedad — el omega logró cubrir un poco su rostro por la vergüenza mientras intentaba no oler la batalla de feromonas entre los alfas.

—James, vamonos — liberó de forma sutil su aroma para el alfa castaño mientras era obsevado también por la alfa mujer quien parecía enojada.

—Claro — sonrió levemente al notar que no había sido rechazado por el omega cuando entrelazo sus dedos.

—Así que...cachorros...

—Oh Dios...lo siento, yo — intentó explicarse el alfa pero lo único que logró escuchar fue una carcajada de parte de su contrario.

—Eres un inútil — detuvo sus pasos simplemente para sonreirle al castaño y dejarle un sutil beso en sus labios —Mejor vayamos por un café.

—¡Claro! — escuchó otra risa y simplemente logró sonreir ante eso.

¿Hilo rojo?, Debe ser una bromaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora