25 de abril, mañana
La sensación de estar ausente es algo que se podía experimentar, Santiago se sentía en una paz ligera, a pesar de seguir con vida parece como si estuviera fuera y a la vez dentro de la realidad, con Isabela la sensación era felicidad, como al obtener algo que deseabas. Finalmente, Jacobson, tenía una sensación de hambre, no podía contenerse, el pensamiento de este era animalístico, muy salvaje para ser humano, pero muy humano para ser algo más, buscando más del cuerpo por el apartamento termino encontrando el revólver del cadáver.
En los pensamientos de Santiago, sentía que este mundo le ofrecía una oportunidad para llegar a ser algo más. En los pensamientos casi invisibles de este, una escultura era de apreciarse, como un mural de una escultura representando a la divinidad griega, una escultura de perfección pura, esa alegría de la creación, le hacía sentir como si renaciera.
Antes de poder apreciar la cosa que pudo observar, la realidad volvería de una forma más cortante, Jacobson le apuntaba con el revólver del hombre muerto.
—Shhhh... mira, es la de Harry el sucio, la probamos por la tarde, no? AJJAAJA— En efecto, la magnum 44 era un revólver potente, según la película Dirty Harry, esta podría volarle la cabeza a una persona, la verdad es que el arma podría ser menos potente que visto en la película pero igual ser potente. —Descansa, vamos a divertirnos esta noche...— Decía Jacobson
Santiago se quedó callado y hizo lo que el otro decía, por la cobardía de este, no trato de hacer nada, se quedó ahí, pero tenía un poco de curiosidad de como sería, luego Jacobson fue con Isabela y la amenazo. Isabela se mostró indiferente, no fue cobardía, simplemente le daba igual.
25 de abril, noche
Al llegar la noche, está notable por el frío y la baja iluminación, Jacobson empezó a recitar unas frases, Isabela se despertó y se acercó a Santiago.
—Venga... despierta— La adolescente le dijo mientras ponía una mano en su hombro para luego sacudirle ligeramente, Isabela sostenía un cuaderno y un lápiz en la otra mano. —Ya es hora—
—Va... espera...— El otro decía mientras se sentía con frío, pronto a enfermarse seguramente. Se sentía como si se congelara hasta la muerte, no podía hacer bastante, sudaba y el frío continuaba medio irónico y a la vez una tortura, quería arrancarse la piel y a la vez ponerse pieles de más gente. Luego Jacobson se acercó con la magnum 44 para luego sentarse con los otros dos.
—¿Que ya estáis despiertos, quién empieza?— Decía mientras quitaba unas balas, para el clásico juego de la ruleta rusa.
—Yo— Dijo Isabela mientras se apuntaba a sí misma para apretar el gatillo, la bala no salió, tenía suerte.
Luego Santiago sostuvo el revólver y se apuntó a sí mismo, la bala no salió, tenía suerte, luego Jacobson agarro el revólver y se apuntó a sí mismo, al igual que los demás la bala no salió, él tenía suerte, al ver que el juego era aburrido decide hablar una última vez más.
—Nueva regla, vale disparar al de al frente o a uno mismo— Dijo mientras apretó el gatillo apuntando a Santiago, otra vez un tiro vacío, antes de entregar el revolver al del siguiente turno, recargo el revolver, ahora poniendo dos balas en orden aleatorio, cerrando los ojos.
Santiago al tomar el revolver se apuntó a sí mismo, otra vez un tiro vacío, luego Isabela sostuvo el revolver y apunto a la boca de Jacobson, volándole gran parte de la mandíbula.
Jacobson, se cayó al suelo mientras dejaba una mancha de sangre en la alfombra, para luego la mancha volverse un charco de sangre y algo llena de pedazos de carne que volaron hasta ahí, la pared también con esa mancha de sangre, mientras Jacobson agonizaba o ya estaba muerto, Isabela empezó a dibujar un boceto del cuerpo.
Parecía que Jacobson emitía unos sonidos, sea muerto o no, de igual forma pronto lo estaría, luego, Isabela con el cuchillo de cocina decapito a Jacobson, no para librarle del sufrimiento, sino para poder dibujar mejor. Santiago se quedó viendo, sentía indiferencia, no era su asunto. Isabela se mostraba contenta y al terminar de dibujar se acercó a Santiago.
(El dibujo, hecho virtualmente en mi caso, está algo mal hecho pero no puedo hacer nada más)
—Iré con mis hermanos, estás invitado, nos vemos en unos dos días, cuídate— Dijo sonriendo para luego acostarse en el sofá, Santiago, por otra parte, tenía la oportunidad de matarla, pero ella le agradaba bastante, la consideraba una gran amiga, se sentía con culpa de incluso haber pensado en eso, quería llorar por solo pensar en eso. Al cabo de un rato, sintiéndose mejor, se acercó al cadáver de Jacobson, sosteniendo unos pedazos de carne para luego morderlos, pero inmediatamente los vomito, la carne con el plomo era nauseabunda, vomito y trato de descansar, pero no podía y termino levantándose un rato después, se robó la ropa de Jacobson a pesar de estar llena de sangre, cargo una mochila y se llevó un par de cintas en la mochila.
26 de abril, mañana
Cuando Santiago despertó Isabela ya no estaba, ahora solo sentía que no podía quedarse ahí, a pesar de tener todo lo que quería y sentirse más como en un hogar que donde vivía, sentía que tenía que volver por más que odiase ese lugar, antes de retirarse del lugar, se llevó el cadáver de Jacobson y enterró el cuerpo entre algo de nieve, si algún día quisiera volver a encontrar el cadáver y darle algún uso retorcido.
Al volver a casa, noto lo vacío que todo estaba, en todo el camino de regreso no vio a nadie, ya podría considerarse a la sociedad como desaparecida, dentro del lugar encontró a su padre, como siempre una presencia de autoridad contra él, a pesar de haber matado a tal hombre le tenía miedo a él, miedo y odio.
—Qué tal?— Dijo Gerald, observo a su hijo y volvió a sentarse en una silla, podía ver el abrigo lleno de sangre, pero esto no significaba nada para él, Santiago mirando abajo, evitando verle, se sentía incompetente contra su padre.
—Como siempre... que esperas...— Dijo Santiago para ser interrumpido.
—Ya deja de llorar, mira que pareces marica, a tu edad ya estaba-...— Interrumpió para luego tratar de ser interrumpido.
—Deja de victimizarte, no es mi culpa que me odies!— Dijo Santiago para escuchar a su padre levantarse y ser golpeado en el estómago, se retorció y cayó al suelo.
—Eres una decepción...— El hombre se sentó en la silla y se quedó observando como su hijo se arrastraba y levantaba para irse a su habitación.
Santiago en su habitación sacó el SDAT para ponerse a escuchar algo de música, no podía escuchar bastante por qué eventualmente se acabaría, se puso a llorar un poco y luego se sentó en una silla y se quedó dormido mientras estaba sentado.
LO LAMENTO BASTANTE, LO SIENTO, ME HE TARDADO BASTANTE PARA ESCRIBIR, LO SIENTO, PERDONADME QUE SOY IMBECIL
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🩸 𝓘𝓷 𝓽𝓮𝓷𝓮𝓫𝓻𝓲𝓼: 𝓬𝓪𝓻𝓷𝓮 𝔂 𝓷𝓲𝓮𝓿𝓮
HorrorAlgo que desencadena un gusto reprimido. Primer intento de historia que hago, por lo que no os esperéis una pieza de arte.