¿Alguna vez, has deseado no querer encontrar lo que buscas?
En este caso, fue así. Con la promesa de encontrar animales a los cuales cazar y comer, el grupo de 3 salió afuera, pero por mala suerte, encontraron lo que prometieron, animales.
Lucas se apoderó del revólver de Isabela y al volver al lugar, en vez de cargar el cuerpo de Lucas, cargaron a una cabra decapitada, el eslavo usando la cabeza como una máscara. La oportunidad perfecta para asesinarle se perdió, incluso Lucas podría asesinarles, él tenía el revólver ahora.
30 de Abril, día
El fracaso anterior lo pagaron, y en vez de comer carne humana, tuvieron que comer carne de cabra.
120 días en Sodoma después
28 de Agosto, 2024, mañana
Poco cambio en esos días, Isabela y Santiago rara vez hablaban, el resto del grupo solo sobrevivía. Los días de cacería todos tenían un solo resultado, algún animal con mala suerte que terminaría en los platos.
Parecía que el invierno iba a parar, a veces se podía ver un poco de luz y la niebla lentamente era menos.
Pero...
Lucas terminó enfermándose, un simple error.
Santiago e Isabela decidieron empezar de nuevo, elegir una víctima. Al inicio pensaron en matar a Maggie, pero no. Simplemente decidió que no. Isabela se rindió. Quizás ambos saldrían a buscar algún cadáver ahora que el frío bajaba y quizá la nieve también.
Pero cuando era hora de salir al exterior, Santiago invitó a Matías a participar, fingiendo que le agradaba.
Isabela no se sorprendió al ver un miembro más al grupo de cacería, ella ya se rindió, pensó que solo sería alguien para acompañarles.
—Ehhh, oye, Isabela.— Preguntaba Matías a Isabela.
—Jódete.— Respondía ella cada vez.
Santiago cada vez que escuchaba la voz de Matías se ponía a toser, una forma para dejar de escuchar ese acento.
Y como siempre, un animal con mala suerte, primero capturado y luego degollado, Isabela repetía eso cada cacería desde aquel día. Podía sentirse que la nieve se derretirá, pronto todo volvería a la normalidad?
No importaba, Santiago tenía un ideal, un motivo. Experimentar.
Como un niño pequeño, solo quería experimentar con cosas, pero frustrado terminaría desquitándose.
En un momento donde los 3 se quedaron a descansar, incluso no se sentía el frío a pesar de estar afuera, Isabela se acostó en lo que en el pasado fue un cementerio, un detalle es que este lugar quedaba cerca del edificio del apartamento 237, sobre una lápida enterrada por la nieve que apenas podía verse que estaba ahí. Isabela se acostó encima, mirando el cielo de aquel mundo congelado y moribundo, si el frío se terminaría, qué pasaría? Volvería todo a la normalidad?
Por otro lado, Matías no tuvo suerte, Santiago aprovechó cuando este se puso a orinar y le hizo unos cortes en las piernas.
—POR FAVOR, AYUDAAAA!— Se pudo escuchar a Matías gritar, antes de ser golpeado, hasta quedar inconsciente.
En la mente de Isabela ella solo podía ser atormentada por las consecuencias de sus acciones, estas le perseguían hasta en los sueños. Como algún caballero andante, caído en la arena de una playa, tal humillación era para ella el constante recuerdo de eso, como unas voces que se burlaban de ella.
—Mamá?— Piensa. —Qué hice?... solo quiero saber por qué eres de esta manera.—
—...—
—Mamá?—
—...—
—...—
—...—
—Te odio... yo te odio... te odio... te odio... te odio, te odio, te odio, TE ODIO.—
—...—
Isabela se presionó las muñecas con las uñas, tratando de cortarse las venas. Pudo usar el cuchillo, ella no sabía que ahora ella no lo tenía, pero si estuviera más en la realidad, lo hubiera pensado.
El cuchillo, ahora en manos de Santiago, fue usado para cortarle la lengua a Matías.
—Solo quiero decirte... odio tu voz... te odio... odio todo de tu existencia... ni nos conocimos y aun así, te odio, por eso voy a permitirte vivir...— Dijo Santiago mientras observaba a lo que sea que Matías era ahora. Sin brazos, crudamente cortados y vendados, Sin piernas, igualmente cortadas y vendadas, colgado a una pared, como un cuadro, con la piel de sus brazos y piernas, convirtiéndolo en básicamente un bloque de carne y piel que respiraba. Y cómo Santiago quería, sin boca.
Santiago se sintió contento al contemplar su más reciente obra. Caminó por el pasillo para buscar a su primera creación, pero este no estaba por ningún lado, se sentía algo decepcionado, pero otra vez se alegró al tener algo que mostrarle a Isabela.
29 de agosto, noche
—Ven, quiero mostrarte algo.— Dijo Santiago.
—Qué dices?—Respondió Isabela.
—Por favor, es un regalo.— Le respondió Santiago.
Isabela se paró debilmente y lo acompañó, de regreso al apartamento 237, en una habitación, Isabela pudo ver, como un cuadro colgado en la pared, se encontraba Matías.
Ella cambió al ver esto, como una señal que, aún podía hacer algo, ella volvió a ser ella, sonrió y abrazó a Santiago.
—Muchas gracias...— Ella dijo, apreciando la pared viviente que tenía al frente.
Terminada esa demostración, ellos volvieron a esa casa, con el resto.
Mientras tanto...
Matías podía sentir una presencia, humana y animal a la vez, pero ninguna, al final, era como ver a un hongo. Un hongo, un humano y un animal, todo a la vez. Lo que alguna vez fue Jacobson y alguien más, combinados en un solo cuerpo, como un simio, la criatura de doble cráneo y cuádruples manos, se arrastraba hacia él. Lo siguiente él no podría describirlo, la criatura empezó a combinarse con él. El dolor era intenso, incluso más que ser mutilado y todo el proceso que sufrió anteriormente. Esto lo superaba totalmente, el dolor le hacía sentir como si sus ojos quisieran salirse, como si quisiera morir antes de experimentar más de esto.
Matías no tenía boca y quería gritar.
Parte de la historia fuera de la idea original, pero el concepto fue aportado por ctm_002, gracias, además la casa del grupo se va a apodar Sodoma
Muchas gracias por darme a conocer I have no mouth and I must scream. Me encantó el videojuego y espero poder hacer una mejor referencia cuando sienta que sea un mejor momento JAKDHSJAHAJ
Otra vez muchas gracias y esta parte la hago en agradecimiento
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🩸 𝓘𝓷 𝓽𝓮𝓷𝓮𝓫𝓻𝓲𝓼: 𝓬𝓪𝓻𝓷𝓮 𝔂 𝓷𝓲𝓮𝓿𝓮
TerrorAlgo que desencadena un gusto reprimido. Primer intento de historia que hago, por lo que no os esperéis una pieza de arte.