04: Monstruo

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—Siempre me usaste, no? Sabías que era pequeño, indefenso e indeciso, que podrías decirles que no paso nada, que yo nunca me acordaría, pero aun así dejándome esa sensación de que algo paso, pero no puedo acordarme del todo, no? Mal ahí, yo recuerdo, puedo verte, tenías una familia, no se que hice para que me hagas eso, yo no quería, me manipulaste, ella confió que cuidarías de mí y lo peor es que ella también fue cómplice de esto, nunca me creyó, creyó que solo eran pesadillas y luego, nada, ni siquiera pude evitar volver ahí, ella me obligó a verlo, decía que era familia, estaba obligado a ver ese rostro 11 años más, ahora que puedo odiar, me acuerdo más que nunca, ahora deseo ver ese rostro, como podría cambiar esa forma, volver esa cara que odio en mi obra de arte, moler la carne y reorganizarla hasta que obtenga algo de ese material en bruto.— Un pensamiento.

21 de Abril, mañana

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21 de Abril, mañana

El adolescente de cabello castaño mira por la ventana al hombre de abajo, este con una pistola probablemente para saquear el lugar, a él le daría igual, pero recordando algo, él quería ir con él, había una oportunidad de un sueño imposible, alzo una raqueta de tenis que estaba almacenada en esa habitación, bajo las escaleras y encontró al hombre ya dentro en la planta baja, este estaba hurgando por unas cajas, quizás para encontrar algo para la familia de este o quizás para sí mismo. Santiago se acercó y lo golpeo en la cabeza múltiples veces, el hombre cayó inconsciente o muerto, sin dudar, el adolescente arrastro el cuerpo y lo llevo de vuelta a la habitación 237, ahí, con los instrumentos de cocina, estaba preparado para un desayuno digno. Pero...

Al desnudar al hombre, un pensamiento perverso se le cruzó la mente, con un cuchillo de carnicero decapito al hombre, sería una forma gentil de morir, como una vaca en el matadero, una muerte instantánea, a Santiago esto no le importaba, lo que le importaba era lo que haría con este. Desprendió la cabeza del cuerpo y luego corto ambas piernas del cuerpo. Por alguna razón sostuvo las manos con el cuerpo por un rato, las manos del cadáver empezando a enfriarse, sentía como una conexión especial, como si viera más allá del tiempo y pudiera ver el alma del muerto, eventualmente, paro con esto y con las intenciones originales que tenía, se bajo los pantalones y dejo la polla al descubierto. Al principio pensó en hacerle sexo anal al cadáver, pero al ver la carne descubierta del cuello, se acercó ahí y empezó a empujar la polla contra la carne, al haber decapitado al hombre, la garganta quedo descubierta, ese era el lugar donde empezó con este acto, la sangre manchando la polla de este mientras gemía, un acto sin duda retorcido, al pasar un rato, termino acabando, eyaculando en la carne.

Santiago, tan pronto como termino, se cayó al suelo, observando como la polla y los alrededores de la entrepierna estaban cubiertos de sangre. Entrecerró los ojos y fue a ducharse, el agua helada le limpio la sangre que estaba en él, pero esa sensación no se fue con el agua, ahora quería probar la carne. Al terminar de ducharse volvió a la sala de estar, guardo partes del cadáver en la nevera, excepto por una pierna, con un cuchillo más delgado, empezó a cortar la pierna, como uno hace con un jamón, corto con cierta facilidad, pero noto que estaba algo débil.

El primer bocado fue maravilloso, crudo, pero hermoso, se parecía a la carne de cerdo, pero algo más especial sobre esto, ya sea en el sabor o la idea de lo que era. El adolescente toma un bocado, el bocado toma un bocado y el bocado toma al adolescente. En el sexto bocado, escucho unos pasos, tiro la pierna y se limpió la boca con las mangas de la camisa. Salió lo más rápido posible del apartamento 237 y subió un piso, tratando de actuar como si solo estuviera paseando, Isabela bajo, siendo ella los pasos de antes. 

—Ehm... buenas tardes.— Dijo ella, se la notaba tranquila, un poco cansada.

—Tardes?!— Santiago se sentía mal, haberse tardado bastante tiempo le genero un malestar, sintiéndose como una carga para los demás, seguro estos trataron de esperarle, pero nunca se mostró.

—Si... no te preocupes, se acabó la comida, simplemente mala suerte.— Dijo Isabela. —De hecho, vos haces bien en buscar.— Volvió a decir.

—Ehh, entiendo, si encuentro algo os aviso...— Dijo Santiago, para disimular entro en otro apartamento buscando comida, apenas había, pero nada de carne. Era posible que el haya sido el único en tener carne en todo el edificio. Había otro sentimiento, también, de compartirle esa carne a Isabela, quería mostrarle, pero no podía decidir. Paso una hora y apenas encontraron comida en esos 5 apartamentos ahora abandonados, como antes, nada de carne pudo ser encontrada. Al volver al apartamento donde los 3 convivían ahora, cada uno guardo la comida que pudieron encontrar ahí abajo en el cuarto piso, después de eso comieron y luego volvieron a las habitaciones que cada uno tenía. En una laptop, en lo que podría considerarse los últimos días de luz, encontró una seria de los 90, Neon Genesis Evangelion, miro un capítulo y luego otro, sin duda le ayudaba, llegando a ver 3 horas de la serie. Para luego sentirse cansado. 

22 de Abril, madrugada

Serían las 2 de la madrugada, normalmente él dormía solo con una camisa y un pantalón, pero luego sintió una ola de frío intensa, teniendo que cubrirse. Era difícil, la sensación de sentir como se congelaba lo distraía de dormir. Trato de levantarse, pero no podía, se sentía como el infierno, quería gritar, pero no podía, después de luchar contra esa sensación logro levantarse de la cama, al ver por la ventana no se veía nada, solo una densa niebla.




Esta parte es medio un agradecimiento a un amigo (no sé si puedo decirte amigo, espero que si), me compartiste algo que me inspiro para esta parte, solo puedo decir muchas gracias JKAAJSHKAHDDKHAHDAJK

También habrá referencias a Dahmer más adelante.

 🩸 𝓘𝓷 𝓽𝓮𝓷𝓮𝓫𝓻𝓲𝓼: 𝓬𝓪𝓻𝓷𝓮 𝔂 𝓷𝓲𝓮𝓿𝓮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora