Venus Nishizawa era una chica muy bonita, MUY bonita, cualquiera podría quedar rendido por su belleza, pero ella solo quería hornear pasteles y pasar tiempo con su perrito y su gata.
Y eso a psíquico le encantaba
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Pov's Omnisciente:
Era un día normal en la P.K. Academy, o al menos eso esperaba Saiki Kusuo mientras se cambiaba de zapatos en los casilleros de la entrada. La rutina del colegio era una de las pocas constantes en su vida caótica llena de poderes psíquicos que, en ocasiones, se sentía como una prisión. Sin embargo, la escuela ofrecía un cierto anonimato, una tranquilidad de los problemas que venían con su vida fuera de sus muros.
Mientras se concentraba en ponerse el zapato izquierdo, escuchó el sonido de pasos ligeros acercándose. Levantó la vista justo a tiempo para ver a Venus Nishizawa entrar al edificio. Ella estaba radiante, como siempre, con una amplia sonrisa que parecía iluminar el pasillo. A pesar de la atención que recibía constantemente, Venus siempre parecía manejar todo con una gracia despreocupada que impresionaba a muchos. Sus brillantes ojos rosados irradiaban una calidez amistosa que no se veía afectada por las miradas admirativas de los demás estudiantes.
-¡Hola, Saiki! - Dijo Venus con una sonrisa, deteniéndose justo frente a él-
-"Hola"-
Saiki la saludó de vuelta, aunque su tono fue algo borde. Venus, acostumbrada a su actitud reservada, en lugar de ofenderse, rió dulcemente. Su risa era una melodía ligera que resonaba en el pasillo, como una caricia suave en el aire que envolvía a los estudiantes que pasaban cerca. Sus amigas pasaban a su lado, dándole miradas cómplices antes de continuar con su camino hacia sus propias aulas.
-¿Te has levantado con el pie izquierdo? - Preguntó Venus con una sonrisa juguetona, inclinando la cabeza ligeramente, su cabello rubio cayendo en suaves ondas a su alrededor- "No lo juzgo, yo soy la que le suelta puñetazos a mi hermano si me despierta"-
Saiki solo suspiró, agradeciendo en silencio que no pudiera leer la mente de Venus. Sus poderes, siempre activos, podían ser tanto una bendición como una maldición, pero con Venus, a menudo se encontraba deseando poder entender su mente de manera más directa, por esa razón usaba su anillo de germanio. Por eso, hoy estaba más inclinado a disfrutar del breve respiro que su presencia le proporcionaba.
Venus, sin dejarse intimidar por la actitud de Saiki, abrió su bolso y sacó una pequeña caja decorada con un lazo. La sostuvo frente a él, sus ojos brillando con una pizca de travesura.
-Mira, tengo algo para ti- Dijo Venus en voz baja, asegurándose de que nadie más estuviera escuchando- No se lo digas a Kou, lo tienen a dieta estricta, así que...- Añadió con un guiño y una sonrisa cómplice-
Dentro de la caja había un cupcake que parecía tan delicioso que Saiki se sorprendió un poco de que Venus hubiera pensado en él. La simpleza del gesto era refrescante y lo hizo sentir extrañamente agradecido, una emoción rara para alguien que prefería mantenerse distante.
-"Gracias"- Murmuró Saiki, aceptando la caja con una leve inclinación de la cabeza-
Venus sonrió más ampliamente, y antes de que pudiera decir algo más, la campana de la escuela sonó, indicando que era hora de dirigirse a las clases. Venus se despidió de él con un gesto amable.
