Pov's Omnisciente:
Era un día tranquilo en la cafetería de la familia de Venus. El ambiente estaba impregnado del cálido aroma del café recién hecho y los dulces caseros que su madre, siempre impecable en su trabajo, preparaba con dedicación. Venus, con una sonrisa radiante, se movía entre las mesas sirviendo a los clientes habituales, quienes ya la conocían por su encanto y amabilidad.
Cada movimiento suyo era ligero y grácil, como si el estrés del mundo exterior no pudiera alcanzarla en ese espacio familiar. Las campanas de la puerta tintineaban de vez en cuando, anunciando la llegada de más clientes, pero todo transcurría con una calma agradable, una especie de serenidad que envolvía el lugar.
-Gracias, vuelva pronto- Dijo Venus con dulzura al despedir a un cliente, quien salió con una sonrisa en el rostro-
Su madre, detrás del mostrador, la observaba con orgullo. No solo porque Venus fuera hermosa, sino porque sabía cómo tratar a las personas, siempre atenta y con una energía que iluminaba el lugar.
-Hoy está bastante tranquilo, ¿no? - Comentó su madre, secándose las manos con un paño después de terminar una nueva tanda de pasteles-
Venus asintió, volviendo a la barra con la bandeja vacía en la mano.
-Sí, pero me gusta. A veces es bueno tener días como este- Respondió, mientras dejaba la bandeja en su sitio- Nos da tiempo para relajarnos un poco y disfrutar del día-
El sol entraba por los ventanales, pintando todo con una luz cálida y dorada. Los clientes, cómodos en sus asientos, disfrutaban de su café y de la atmósfera acogedora. La paz del momento hacía que todo pareciera perfecto.
Venus sonrió para sí misma. Aunque había tenido días llenos de caos y emoción, a veces, lo que más valoraba era la simpleza de momentos como estos, rodeada de la tranquilidad de su hogar y el cariño de su madre.
En ese momento, las campanas de la puerta de la cafetería volvieron a sonar, anunciando la llegada de un nuevo cliente. Venus, de espaldas mientras recogía una bandeja, se giró automáticamente con su habitual sonrisa profesional. Sin embargo, al ver a Saiki parado en la entrada, con su habitual expresión neutral, su sonrisa se amplió de inmediato, volviéndose mucho más genuina y cálida.
- ¡Kusuo!- Exclamó, sus ojos brillando de alegría-
Él la miró, con ese aire de calma habitual, pero Venus podía notar la sutil suavidad en su mirada que siempre aparecía cuando estaban juntos.
-No esperaba verte por aquí hoy- Dijo Venus, acercándose a él, dejando por un momento sus tareas de lado.
Saiki, en su típico estilo lacónico, asintió levemente, sus manos metidas en los bolsillos de su chaqueta.
-"Pasaba por aquí"- Dijo en un tono monótono, pero Venus sabía que no era una coincidencia-
Ella sonrió aún más y le hizo un gesto hacia una mesa cerca de la ventana, donde el sol bañaba suavemente el espacio con una luz cálida.
ESTÁS LEYENDO
Afrodita {La desastrosa vida de Saiki Kusuo}
أدب الهواةVenus Nishizawa era una chica muy bonita, MUY bonita, cualquiera podría quedar rendido por su belleza, pero ella solo quería hornear pasteles y pasar tiempo con su perrito y su gata. Y eso a psíquico le encantaba