19 - Noticias In-Esperadas

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Aprendí que no se puede dar marcha atrás, que la esencia de la vida es ir hacia adelante. La vida, en realidad, es una calle de sentido único. ~Agatha Christie.
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Snape se apareció fuera de la mansión Ryddle, su corazón latía con fuerza mientras caminaba por el sendero oscuro. Sabía que la información era crucial, pero también sabía que debía manejarla con cuidado. Fue Lucius lo recibió en la entrada, su rostro impecable y sereno.

—Tengo información que debe escuchar el Señor Tenebroso de inmediato —comentó Snape con urgencia en su voz.

El mayor que se disponía a retirarse lo evaluó por un momento antes de asentir y guiarlo por los pasillos de la mansión. Al llegar a la sala principal, las puertas se abrieron con un suave crujido. Voldemort estaba sentado, su mirada penetrante y fría se clavó en Snape.

—Mi Señor —dijo Snape, inclinándose profundamente—, traigo información que podría resultar relevante.

—Adelante Severus —respondió Voldemort con cierta curiosidad en su voz.

—Estaba en la taberna de Cabeza de Puerco, escuché a Dumbledore hablando con Sybill Trelawney. Ella pronunció una profecía que lo menciona, mi señor.

Inclinándose hacia adelante, los ojos de Voldemort destellaron con un interés renovado.

— ¿Una profecía, dices? —su voz era apenas un susurro—. Continúa.

—La profecía decía que el único con poder para derrotar al Señor Tenebroso se acerca... nacido de quien lo ha desafiado muchas veces, vendrá al mundo al concluir el séptimo mes... —Snape repitió las palabras con la mayor precisión posible.

El rostro del mago oscuro permaneció inmutable, pero había una chispa de algo en sus ojos, quizás duda, quizás temor. Dentro de su mente, sin embargo, el torbellino de pensamientos era violento. ¿Una amenaza? ¿Un niño nacido para derrotarlo? La idea era insoportable, intolerable.

— ¿Y qué más? —preguntó Voldemort, su voz cargada de peligro.

—Eso es todo lo que alcancé a escuchar antes de ser descubierto y expulsado de la taberna —admitió Snape.

Reclinándose en su asiento, el Señor Tenebroso contemplaba las implicaciones. Lucius, que había estado escuchando en silencio, dio un paso adelante.

—Mi Señor, ¿cree en esta profecía? —preguntó Lucius con cautela.

Voldemort lo miró, su expresión volviéndose pensativa.

—Las profecías son siempre inciertas, Lucius. Pero no podemos ignorar ninguna pista sobre posibles amenazas. Si hay un niño que podría derrotarme, debemos encontrarlo y eliminarlo antes de que tenga la oportunidad de crecer.

El pensamiento de un posible rival llenaba al Señor Oscuro de una ira helada. Había trabajado demasiado, sacrificado demasiado, para permitir que un niño pudiera siquiera intentar derrocarlo. La rabia ardía en su pecho, pero su exterior permanecía controlado y calculador.

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—Es evidente que la mansión de Lucius Malfoy sirve como cuartel para los mortífagos —afirmó Alastor Moody con fastidio—. Hemos recibido informes confiables que indican su presencia allí. Sin embargo, nuestras incursiones por sorpresa han resultado inútiles.

—Lo que dice Alastor es de gran preocupación —dice Dumbledore con voz fuerte, por su expresión cruza rabia, una ira momentánea, ahora que James lo observa con mayor detenimiento puede ver más allá de la imagen de buena persona—. Eso reduce el número de personas en quienes podemos confiar —termina el director.

El amor de la SerpienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora