3 - Planes en Marcha

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Es absurdo dividir a la gente entre buena o mala: la gente es o encantadora o tediosa. ~Oscar wilde.
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La mañana para Lord Voldemort inició con malas noticias. Los aurores en compañía de la orden del fénix habían logrado encontrar una de las guaridas de sus mortifagos, consiguiendo liberar a los prisioneros y capturar a varios de sus aliados.

Decir que el Lord estaba molesto era poco, se supone que las guaridas cuentan con hechizos protectores y sumado que los mortifagos deberían estar preparados con un sinfín de hechizos letales de defensa y aun así los magos de quinta del ministerio lograron salir victoriosos. Las consecuencias de ese ataque por supuesto que las pagaron los mortifagos sobrevivientes, y vaya que fuesen preferido morir.

Actualmente caminaba, por no decir que destruía objetos con cada paso dado, por una habitación ya en ruinas. En una casa en apariencia abandonada a las afueras de Londres, perteneciente a la familia Lestrange.

—Mi señor —habló un mortifago temblando de pies a cabeza.

Voldemort posó sus ojos rojos en el pobre hombre y este quedó estático temiendo ser el siguiente en acabar muerto.

—Lucius Malfoy ha llegado —anunció, Voldemort no respondió y el mortifago entendió que debía retirarse.

El Lord intentó serenarse, colocando su enfoque en los planes a futuro, el camino por recorrer era grande, pero iba por el rumbo adecuado, no había nadie en Inglaterra que no conociera su nombre, hasta en la parte muggle sabían algo terrible se avecinaba.

— ¡Qué desastre! —exclamó Lucius apenas puso un pie dentro de la habitación prácticamente destruida.

— ¿Te molesta mi decoración Lucius? —el hombre negó, sin duda no quería pertenecer a las manchas entre rojas y negras de una de las esquinas. Voldemort lo dejó pasar, pues la alianza con los Malfoy traía muchas buenas ventajas.

—Le traigo noticias del ministerio —el rostro del Lord se contrajo en molestia.

— ¿Qué ha sucedido? —voz calma, pero llena de rabia contenida.

—Están planeando cursos de veranos para entrenar a los jóvenes, incentivarlos a que se conviertan en aurores, y las clases continuarán incluso al estar de regreso en Hogwarts, prácticamente será como una asignatura más.

El primer pensamiento de Voldemort fue que ese era un plan muy inteligente, que sin duda alguna provino de Dumbledore. El segundo que él podría aplicar una técnica similar, los jóvenes son mucho más propensos al lado oscuro que al de la luz. Y el tercero fue James Potter, y que seguramente se unirá a esas clases de verano.

— ¿Qué hará al respecto? —la pregunta de Lucius lo sacó de sus pensamientos—. Son varios los jóvenes que quieren unirse a los mortifagos, su misión de prueba puede ser que sirvan de espías en esas clases, cualquier información recolectada de los planes del ministerio es útil.

—Eso podría funcionar —Lucius no se perdió el detalle en la voz de Voldemort que anunciaba que por su cabeza otros planes pasaban y probablemente nada bueno para quien recibiera la orden.

— ¿En qué piensa? —se atrevió Lucius a preguntar.

—Necesitamos de alguien más cercano a los aurores, preferiblemente alguien que perteneciera a la orden del fénix.

—La orden es muy cerrada, no aceptarán a un desconocido entre sus miembros. Dumbledore se encargará de investigar todo.

—Lo sé Lucius.

— ¿Ya ha pensado en alguien no es así? —comprendió Lucius.

—Hazle saber a Severus que lo necesito aquí.

El amor de la SerpienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora