El arte de la seducción siempre consiste en dar con los puntos débiles de los seres humanos. ~ Stieg Larsson.
———————La imagen de mago tenebroso se ha renegado muy lejos de allí en un algún rincón olvidado, pues al recorrer los pasillos de San Mungo, Lucius que camina a su lado le recuerda que seguramente se verá obligado a hablar con los padres de James, lo cual puede salir muy bien gracias a su encanto o muy mal y perder el tiempo invertido en su presa.
—Aún está a tiempo de arrepentirse —las palabras de Lucius cuentan con razón, no le aviso a James que vendría al hospital y fácilmente puede hacerse el que nunca se enteró, pero una necesidad extraña dentro de sí mismo le ordena comprobar que el chico se encuentra bien.
—No soy un cobarde Lucius.
—Y no digo eso —el hombre rueda los ojos, gesto que Voldemort decide ignorar—. Solo que sus padres podrían no estar de acuerdo y querer alejarlo de James.
—Nada, ni nadie puede alejarme de James —dice con seguridad, y un toque de molestia en su voz.
Lucius duda y se pregunta qué clase de sentimientos provoca James en el hombre, semanas atrás creía al Lord Voldemort incapaz de mostrar interés en algo más que el poder.
El jefe de aurores habla con el padre de James en la entrada de la habitación, ambos hombres se ven molestos y magia crepita furiosa alrededor. La discusión llega a sus oídos al acercarse, es sobre el ataque del día anterior y como los jóvenes no debían unirse a la lucha.
—Buenas tardes —es Lucius quien habla en un inicio, el jefe de los aurores le da una larga mirada, ya ha intentado relacionar el apellido Malfoy con el temido Lord Voldemort, pero Lucius juega de forma inteligente y con cada día Voldemort ganando más poder, los aurores pierden su autoridad.
La conversación que transcurre en los siguientes minutos es pesada e incómoda, cosa que no mejora al retirarse el auror. La presentación de Tom provoca que Fleamont lo mire con sospecha al pedir ver a su hijo, sospechando de las intenciones del hombre, Lucius interviene distrayendo al mayor.
—Tom —James desde la cama del hospital le sonríe feliz de verlo—. ¿Cómo supiste que estaba aquí?
—Leí la noticia en el periódico, me preocupé al leer tu nombre —dice Tom dejando un beso en la mejilla del chico que se ve bastante pálido, lo cual le da ganas de ir por Jugson y asesinarlo —. Quise venir de inmediato, pero no pude hacerlo.
—Gracias por venir, pero no me pasó nada grave.
—Enfrentaste a mortifagos y te hirieron, por supuesto que es grave James, pudiste morir —exclama Tom, su expresión de verdadera molestia.
—Ya recibí muchos regaños, no más por favor —el chico suspira dramáticamente.
—Recibir otro no te hará ningún daño.
—Estoy bien, pero sabes —añade la pausa, un gesto de peligro en su rostro que Tom ya logra reconocer —, hay una forma de que me sienta mejor.
— ¿Si? ¿Qué cosa?
—Un beso —Tom le sonríe de una manera que James no le había visto antes, es una sonrisa que ilumina su mirada—. Es por el bienestar de mi salud.
—Eres incorregible —pero contrario a su frase, Tom acerca su rostro al de James, su respiración mezclándose y las ganas de unir sus labios creciendo—. Y muy astuto —agrega cerrando la distancia entre los dos.
El aire pronto empieza a faltar y es una desgracia que lo necesiten para vivir, a Tom le cuesta volver a colocar la distancia, los labios de James le invitan a que lo siga besando, pero debe comportarse como una persona sensata.
ESTÁS LEYENDO
El amor de la Serpiente
Fanfic*Precuela de la Oscuridad del León* James desde que entró a Hogwarts tuvo todo planeado, unirse a la orden del fénix y enamorarse de la chica de sus sueños, pero en su último año la vida toma un giro inesperado cuando no sólo se une a los mortifagos...