Capítulo 1

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La cálida luz del sol comenzó a invadir la habitación a través de los espacios abiertos en la ventana. Pequeñas ráfagas de aire entraron en contacto con mi cuerpo cansado y sudoroso, lo que me hizo estremecer ligeramente. Mis ojos, que hasta ahora habían estado mirando monótonamente el techo de la habitación, se movieron hacia un lado cuando oí un fuerte sonido, posándose en la figura de un musculoso hombre negro que dormía profundamente, con sus ronquidos penetrándome molestamente en los oídos. La sábana cubría nuestros cuerpos sólo hasta la mitad, pero eso no me molestaba. Hacía poco que habíamos terminado nuestra sesión diaria de sexo salvaje.

Al recordar la calurosa noche que hemos pasado, no pude evitar sonreír con satisfacción. Como siempre, Kokujin se mostraba indomable, follándonos a todas con fuerza e insaciabilidad, siempre queriendo más de nuestros cuerpos como una bestia hambrienta devorando a su presa.

Por las expresiones faciales de Kaede, Kanoko y Ayumu, ellas compartían ese mismo sentimiento de agrado al salir de mi habitación, cojeando mientras se vestían y se dirigían a sus respectivas casas. Verlas así me produjo una curiosa sensación de orgullo, después de todo, fui yo quien introdujo en sus vidas a este maravilloso espécimen de hombre. Al igual que yo, después de tener el deleite de experimentar el placer que sólo un hombre de verdad podía dar a una mujer, era imposible no volverse adicta al adonis que tenía en mi cama.

Al notar lo húmeda que estaba la cama por los fluidos corporales y genitales, hice una leve mueca y me levanté perezosamente, dirigiéndome al baño al tiempo que sentía el cálido semen de Kokujin escurrirse por mi entrepierna. Abriendo la ducha y sintiendo caer la agua caliente, dejé escapar un largo suspiro, una expresión de alegría se apoderando de mi rostro.

Podría ser mi vida mejor que ahora? Mis rutinas incluían sexo animal durante horas con un hombre auténtico y, a veces, participar en orgías con las demás, lo que me permitía satisfacer parte de mi curiosidad sexual respecto al sexo entre chicas. Engañar a Hiroki con Kokujin fue probablemente la mejor decisión que tomé. No sólo ese inútil no está a la altura de mi nuevo amante, sino que habría sido imposible acostarme con su madre, su hermana y su amiga si me hubiera quedado con el idiota.

Ah~, la expresión triste de su cara y el claro sentimiento de traición e indignación en aquellos ojos azules cristalinos mientras estaba atado y obligado a ver cómo todas las mujeres importantes de su vida le abandonaban por un hombre al que apenas conocieron era increíble. Aunque habían pasado unos días, esa imagen no se me iba de la cabeza ni por un solo segundo.

Podía sentir como un calor bastante familiar se adueñaba de mis partes bajas, un indicio más que claro de mi estado de excitación.

''Haaah, me estoy poniendo tan mojada~''

Mi mano empezó a serpentear por mi abdomen y a deslizarse hacia abajo, alcanzando los labios de mi vagina, que estaban melosos no sólo de semen, sino también de jugos vaginales. No tardé en masturbarme frenéticamente.

"Cómo te sientes, Hiroki? Estando tan cerca de nosotras pero al mismo tiempo tan lejos? Estás roto por dentro? Estás excitado por ver cómo tu antigua familia, tu amiga y tu novia son folladas por un hombre superior? Haaaaah! Sí! Deja que caigan esas lágrimas! Me encanta el contraste entre la aflicción de tu cara y la respuesta natural de tu cuerpo al ver a una mujer teniendo sexo delante de ti!"

Gemí incontrolablemente, aumentando el ritmo al que se movía mi mano. Los recuerdos de cada una de sus pequeñas reacciones eran un estímulo que seguía haciéndome llegar al límite. Era simplemente maravilloso cómo aquel estúpido muchacho podía alimentar y satisfacer el sadismo que había dentro de mí. La memoria de cómo podía ver el esperma rezumando de la punta de su polla a través de la tela de sus pantalones, lo que le hizo mirar hacia otro lado avergonzado fue la cereza del pastel, se veía tan lindo.

Lo que es mío por derechoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora