Capítulo 10: Fin

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Yo contemplaba el cielo azul desde la ventanilla del avión, sorbiendo un cartón de zumo de naranja al tiempo que succionaba el líquido a través de la pajita. No tardaría mucho más en llegar a mi objetivo; según el piloto, aterrizaríamos en la India en poco más de 30 minutos. Llevaba un mes planeando este viaje, dando forma a mis planes gracias a las conversaciones entre Hiroki y Mori Saito, así como a las publicaciones en Instagram de esa perra llamada Komachi.

Mi intención inicial era viajar a Edimburgo, Escocia. En las grabaciones les había oído referirse al país varias veces, tanto a él como a su tío. Esto se debía principalmente al hecho de que era donde Hiroki había estado viviendo durante tres años. Al parecer, él y su nueva novia trabajaban como fotógrafos para una revista de turismo escocesa perteneciente a un amigo de Saito, lo que significaba que ambos viajaban a distintos países para escribir artículos y captar con la cámara sus bellezas naturales y lugares de interés cultural.

Nunca pensé que Hiroki se atrevería a ejercer una profesión de este tipo, creía que se dedicaría a algo más relacionado con el deporte o las actividades físicas. Me pregunto si fue debido a la intervención de la puta en su vida por lo que decidió seguir este camino profesional. Me hierve la sangre sólo de pensar en esa posibilidad. ¡No le bastó con robarme a mi hombre, esta zorra también tuvo que convencerlo para que trabajara en el mismo oficio que ella!? Lo que me cabrea aún más es saber que trabajan a dúo, por lo que suelen viajar a menudo juntos.

Casi parece como si ella estuviera alardeando de ello en mi cara, a pesar de que nunca nos hemos visto.

La arpía no sabe lo que se le avecina. Será un espectáculo!

Pero creo que debo darle las gracias a ella, o más bien a sus publicaciones de Instagram.

Mori Saito se fue de viaje de negocios hace dos meses, así que no hubo más conversaciones grabables. Solo me enteré del viaje de Hiroki a India por lo emocionada que estaba la zorrita sobre pasar dos semanas en dicho país con 'su Hiro-chan.'

Tan pronto como lo vi, cambié mis planes de ir a Escocia por los de dirigirme a India. Supongo que podría decirse que tuve un arrebato de iluminación.

En el fondo, sé que Hiroki aún me quiere mucho, más que a ese intento fallido de mujer con la que está saliendo. Pero el trauma que le causé y la forma brutal en que le dejé en el pasado por aquel hombre de mierda conocido como Kokujin son cosas que aún deben marcarle, así que está claro que por mucho que su corazón anhele mi presencia, dudará en hablar conmigo en privado.

Por desgracia, me temo que tendré que tomar medidas más severas para que nuestro amor florezca otra vez.

Voy a secuestrarlo.

Es por eso que decidí ir a India. Escocia no sólo es un país que no tiene una gran población, sino que también es seguro y no presenta numerosos casos de violencia o criminalidad, a diferencia de la India que, debido a su alta densidad de población y a la desigualdad social, hace que los casos de delitos sean mayores y estén más normalizados en la realidad del país.

Entre secuestrar a alguien en un país pacífico y con baja concentración humana y otro más caótico y con una elevada densidad de población, en cuál de los dos mi crimen llamaría más la atención?

Una brillante decisión por mi parte, verdad?

A nadie le va a preocupar el secuestro de un turista en un lugar donde todo el mundo está absorto en asuntos mucho más graves.

He reservado una habitación en un hotel de tercera para no llamar la atención y, si deciden buscar a Hiroki, cosa que dudo, dificultará el proceso.

Apenas lo noquee y lo traslade a mi habitación, le administraré unas cuantas dosis de un afrodisíaco para que se excite más de lo normal. El deseo lo devorará por dentro y no podrá resistirse a mí.

Lo que es mío por derechoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora