Al llegar, Kanoko me aguardaba frente a la pequeña verja. Tan pronto como me vio, levantó la mano e hizo un gesto indicando que entráramos, conduciéndome directamente al salón. Kaede ya estaba allí, sentada en el sofá, pero no estaba sola. Una joven de pelo oscuro la acompañaba, situada justo al lado de Kaede.
''Ayumu? Qué haces aquí?'' - Hablé con antipatía. Era comprensible que Kanoko y Kaede estuviesen presentes en la casa ya que era su hogar, pero que Ayumu se encontrase aquí cuando, por lo que podía ver, Kokujin no estaba tampoco, realmente me desconcertó. Por lo que sé, ella sólo viene aquí si Kokujin tiene sus orgías con ellas.
Sea cual sea la razón, ella es una presencia indeseable.
Ayumu se levantó de donde estaba sentada con una leve y educada sonrisa.
''Nao-chan, cuánto tiempo, me alegro de verte!'' - Dijo contenta. Tch, el sentimiento sin duda no es correspondido, perra. - ''Estoy aquí por la misma razón que tú. El paquete que Kaede-san y Kanoko-chan recibieron de Hiroki.''
Qué? Ella sabe sobre el maldito paquete? Me estás tomando el pelo!
Mostrando una mueca de amargura, me volví para lá dirección de Kanoko, que estaba apoyada en el sofá, y le dirigí una mirada de reproche. Al darse cuenta de que estaba furiosa y de que esa animosidad iba dirigida a su persona, ella se llevó ambas manos a los pechos, como si tratara de apaciguar mi mal humor.
''Woah, no me mires así, da miedo. Llamé a Ayumu porque había una carta en el paquete que envió mi inútil hermanito en la que pedía que nos reuniéramos todos para abrirla."
''Bueno...si es una petición de Hiroki, entonces no hay nada que hacer al respecto." - Contesté, aunque dubitativa.
Para ser directa, siempre he odiado a Ayumu.
Aunque nos acostamos un par de veces, nunca llegué a conocerla mejor ni me gustaron sus intentos de entablar conversación conmigo. Siempre me había parecido una chica amable y alegre, pero eso nunca me impidió odiarla más que a nadie.
Estaba claro para cualquier observador que ella se encontraba enamorada de Hiroki, y a la chica le costaba horrores disimular sus sentimientos, lo único que la salvaba era la torpeza y densidad de Hiroki. Tan pronto como empecé a salir con él, debería haber sido una señal para que Ayumu superara esos sentimientos ya que Hiroki era mío. Pero ese nunca fue el caso. Cada vez que venía a saludarnos, notaba cómo sus ojos vagaban siempre hacia Hiroki y cómo su cara se sonrojaba al hablarle. Esa visión por sí sola siempre me daba ganas de vomitar.
Tras Ayumu entregarse a Kokujin, no podía dejar de ponerme contenta. Fue maravilloso ver cómo su amor por Hiroki iba desvaneciéndose paulatinamente de sus orbes oscuras al corromperse y sólo importarle Kokujin. A partir de ese momento, estuve convencida de que no sólo su cuerpo, que también, sino su corazón habían sido subyugados por ese hombre.
Aunque ahora sé que está aquí para cumplir la petición de la carta, no consigo quitarme de la cabeza si, en el fondo, aún le quedan vestigios de sus antiguos afectos por Hiroki.
Espero que no, de lo contrario esta puta tendrá serios problemas.
"Ya que estamos todas reunidas, qué tal si abrimos esto de una vez y comprobamos de qué se trata?" - Sugirió Kaede con una sonrisa de oreja a oreja a la vez que unía sus manos.
"Hagámoslo! Aunque sea algo enviado por ese debilucho, tengo que confesar que me pica la curiosidad." - Afirmó Kanoko con cierto grado de entusiasmo.
Así es, hazlo. No he venido a encontrarme con ustedes, sino a ver qué ha puesto mi querido Hiroki en ese paquete. ¿Por fin se ha dado cuenta de que no puede controlar su amor por mí y ha enviado un anillo de matrimonio? Qué audacia la tuya Hiroki, enviándome ese tipo de regalo para que tu familia y tu mejor amiga se enteren de nuestro compromiso... Kyaaaah~❤️
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Lo que es mío por derecho
FanfictionNao está satisfecha con el desarrollo de los acontecimientos, pero cuando Hiroki desaparece, algo cambia para ella.