Capítulo 2

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Había pasado un mes desde que aquel tonto se escapó de su hogar. Durante el tiempo que estuve esperando a que volviera, investigué mucho y leí algunos libros para aprender cómo triturar la mente de una persona. Por lo que vi, aparte de quitarle todo lo que tenía (un trabajo menos para mí, ya que hicimos justo eso hace muy poco), la mejor opción si querías tener a la persona bajo tu pulgar era tratarla amablemente mientras la inducías sutilmente a hacer lo que tú querías. Básicamente, crear un caso de síndrome de estocolmo en tu víctima.

Anoté todo lo que aprendí y desarrollé mis propios métodos para convertir a Hiroki en mi obediente mascota. Pedí tanto a Kaede como a Kanoko que me avisaran inmediatamente cuando él volviese a casa. Les sorprendió mi petición, probablemente preguntándose por qué querría que hicieran eso por una persona tan inútil y decepcionante, pero nada de eso importó, acallé cualquier pregunta que pudieran tener con una mirada aguda y severa. Después de eso, se limitaron a intercambiar una que otra ojeada antes de aceptar mi pedido.

Cada día que pasaba con la ausencia del perdedor de mi novio, mi descontento y furia hacia él crecían.

Por qué tardas tanto en volver a tu hogar, Hiroki? No te das cuenta de que cuanto más tardes en regresar, mayor será tu castigo? Sólo tienes que venir a mí antes de que me enfade más y te perdonaré como la novia amable que soy. Quién sabe, quizá incluso masturbe a esa pequeña polla tuya si eres un buen chico y me pides perdón mientras me lames los pies.

No sería maravilloso para ti también, Hiroki? A un hombre inferior como tú ni siquiera se le debería permitir sentir la sensación de las manos de una chica tan atractiva como yo tocando al pretexto que llamas de verga durante toda tu vida, y sin embargo aquí estoy, considerando hacerte esta cortesía. Todo lo que hace falta es que dejes de ser tan infantil y te arrastres de vuelta a tu dueña.

"Si te niegas a volver pronto, ni siquiera yo sé lo que podría ser capaz de hacerte cuando nos volvamos a ver." - Hablé a la habitación vacía, con una sonrisa cruel adornando mis labios.

El fuerte timbre de mi móvil llamó mi atención, interrumpiendo mi hilo de pensamientos. Cogí el aparato y me lo acerqué a la cara, la luz que emanaba de la pantalla me lastimando un poco los ojos.

Era un mensaje de Kokujin, lo único que decía era para que me arreglara ya que iba a venir hoy a mi casa.

No me extraña, después de todo, he estado tan distraída últimamente que sólo he tenido sexo con él un puñado de veces durante el mes. Quizá se estaba cansando de follar sólo con las otras tres y me echaba de menos. Como era de esperar, el hombre superior siempre anhela mucho más por la mujer superior.

Dirigiéndome a mi armario, empecé a buscar los disfraces y la ropa interior más sexy que tenía disponible. Por fin, opté por ponerme un bikini de tirachinas. Lo compré hace tiempo pero aún no he podido utilizarlo. La forma en que este bikini resalta mi culo y deja a la vista mis areolas es súper sexy, y estoy segura de que a Kokujin le encantará.

Será agradable tener un buen rato de sexo para distraerme de la desaparición de Hiroki. Toda esta cuestión no hace más que aumentar mi odio día a día, así que nada mejor que un hombre fuerte con una enorme pija satisfaciéndome como terapia personal.

Tarareando, bajé las escaleras, dirigiendome hasta la sala de estar a esperar la llegada de mi amante, deseosa de que empezara la calurosa noche que íbamos a tener.

Lo que es mío por derechoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora