Capítulo XXII

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La noche ya había caído y una vela solitaria me protegía de la acechante oscuridad

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La noche ya había caído y una vela solitaria me protegía de la acechante oscuridad. Las ramas del árbol junto a la casa, se golpeaban contra los viejos vidrios de las pequeñas ventanas. El sonido me daba escalofríos. Estaba de nuevo en el desván, no había duda. No sabía en qué momento volví a subir, una niebla espesa me impedía recordar lo que sucedió después de haber terminado con Simón.

El aire no era suficiente y mi corazón rebotaba en mi pecho al son de la tétrica canción de la soledad. Me ahogaba como si tuviera una toalla húmeda en mi rostro, no sabía si tenía frío o calor y quería correr, lo necesitaba desesperadamente, tenía que huir de ese maldito lugar, pero no podía moverme.

—¡Camila!

La voz de Simón retumbó en la oscuridad de la habitación, estaba aterrado, sufría tanto como yo.

¡Sé que estás allí! ¡No lo hagas! —sollozó.

Mi terror se incrementó. Simón estaba en peligro o, ¿yo estaba en peligro? No entendía nada y cada musculo de mi cuerpo dolía a medida que mi parálisis incrementaba.

Sus gritos tomaron más fuerza conforme la vela luchaba por no morir. Su llama temblaba y las sombras crecían, me rodeaban, me acosaban; amenazaban con devorarme y consumirme hasta el final de mis días.

—No, no, no, por favor, no —supliqué mientras aferraba mis manos a mi cabello con tanta fuerza que lastimaba mi cráneo.

Estaba sentada en la silla frente al escritorio, con las rodillas contra mi pecho mientras me balanceaba de un lado al otro. Cuando los gritos de Simón se volvieron insoportables, tapé mis oídos y hundí la cabeza entre mis piernas.

—Camilita, no temas.

Un hombre alto, macizo y con marcadas entradas emergió de las sombras. Su acento español era reconfortante, me recordaba a mi abuelo materno, cálido y cariñoso. Me tomó tiempo reconocerlo, llevaba más de diez años sin verlo.

—¿Julián?

—Estoy aquí, Camilita. Estás a salvo.

—No lo estoy. Las sombras...

El ánima del Junquito | ONC2024 | #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora