Después del estrés, hacemos un viaje exprés

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Después de alrededor de una hora, me encuentro sentada en la estación de policía, en un pequeño cuarto interrogatorio como el de las películas policíacas. Tengo delante a un policía, quien se ha presentado como Douglar.

— Bueno, Erin Marie Carter— empieza a hablar mientras saca una pequeña libreta del bolsillo de su camisa—, ahora voy a necesitar que responda a unas preguntas muy sencillas.

El aura que desprende la habitación es tensa, cargada de energía negativa por todos lados.

—Puede llamarme solo Erin, detective Douglar— respondo, frotándome las manos entre sí.

Dentro de esta habitación hace más frío que en el invierno aquí en Florida. Yo no me he quitado la manta de aluminio que Andrew me dio en la ambulancia y sigo con el pijama puesto y unas deportivas que me dieron cuando llegué aquí.

—Entonces, Erin— saca un bolígrafo del mismo bolsillo y comienza a escribir en la libreta—, nos gustaría saber que fue exactamente lo que ha pasado esta noche. Con todo tipo de detalles

Me acomodo en la silla y comienzo a hablar.

— Todo empezó cuando dejé a mi sobrina dormida en su habitación y después, me fui a dormir a la de invitados, que es en la que suelo dormir cuando voy a la casa de mi hermana— asiente con la cabeza, así que prosigo hablando—. Escuché un sonido en el piso inferior de la casa y, cuando fui a bajar las escaleras, vi la sombra del ladrón. Entonces me llevé a Avery a mi habitación y nos escondimos en el armario hasta que llegó la policía.

Levanta la cabeza como un resorte mientras termino de contar la historia.

—¿Solo viste una sola sombra humana?— pregunta frunciendo el ceño.

—Si— respondo, completamente segura y convencida de lo que he visto.

Deja el bolígrafo y la libreta en la mesa y se cruza de brazos reclinándose en la silla.

—Erin, esta noche han intentado entrar a robar al menos tres personas. Creemos que han podido ser más.

Me quedo bloqueada, intentando recordar si habían más sombras o solo la de una persona. ¿Es que no lo vi bien? No, estoy segura de que solo vi una, no había nadie más. Aunque tiene sentido que haya habido más de un ladrón, puesto que una sola persona no habría podido derribar una de las estanterías del despacho de mi hermana.

—¿Tiene usted algún conocido que haya podido llevar a cabo este intento de robo?— pregunta sin quitarme los ojos de encima.

—No— suelto inmediatamente—. No tengo una mala relación con nadie.

— Y, ¿quién sabía que ibas a estar en esa casa a esa hora?— vuelve a preguntar abriendo la libreta de nuevo—. Nos gustaría saber los nombres exactos.

—Jade Marcus, Leila Forbes y Tobías Clythe. Solo ellos sabían donde iba a estar estos días además de mi familia.

Escribe los nombres en la libreta y la cierra, para luego guardársela en el bolsillo, junto con el bolígrafo y se levanta de la silla. Yo hago lo mismo y lo sigo hasta la puerta.

— Por ahora no necesitamos saber nada más, Erin— dice abriendo la puerta blindada de la sala—. Si necesitamos alguna información más, no dudaremos en llamarte. ¿Quieres que te llevemos hasta tu casa?

Voy a responder cuando otra voz me corta antes de poder hacerlo.

—Yo la llevo. De hecho, me pilla de camino.

Andrew se encuentra parado en la puerta contigua de la que acabamos de salir. Va vestido con su uniforme policial y camina decidido hacia nosotros.

—Muchas gracias por ofrecerte, Williams— le dice el detective Douglar dándole unos golpes en el hombro—. Has hecho un gran trabajo para ser tu primera semana aquí.

Cuando nos volvamos a verDonde viven las historias. Descúbrelo ahora