09. Chispas y Conexiones

101 17 3
                                    

Jiyoon

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Jiyoon


No cabe duda de que cantar en las calles es algo sumamente distinto y nuevo comparado con cantar en una sala de prácticas junto a profesionales que te guían en cada segundo. Todo era tan nuevo que mis ojos brillaban con intensidad mientras todo mi cuerpo estaba extasiado de emoción. Sin embargo, Jungeun estaba justo a mi lado, lo cual me impidió disfrutarlo tanto como me hubiera gustado.

—¡Alto! —gritó uno de los profesores, acercándose hacia nosotras—. ¿Podrían trabajar como un dúo? No es una competencia para ver quién es la mejor.

Tenía razón, no iba a mentir. Desde que comenzamos a practicar, la contraria no había dejado de intentar superarme en cada nota, en cada movimiento. Yo también había caído en el mismo juego, tratando de demostrar que podía hacerlo mejor. Las palabras del profesor resonaron en mi cabeza mientras observaba a Jungeun, quien fruncía el ceño, claramente molesta.

Tomé una respiración profunda, intentando calmar mis propios nervios. Miré a Jungeun a los ojos, buscando un atisbo de comprensión.

—Vamos a intentarlo de nuevo —dije suavemente, extendiendo una mano hacia ella—. Esta vez, como un equipo.

Sus ojos se encontraron con los míos y, por un momento, vi algo más allá de la competitividad. Dudó, pero finalmente asintió y tomó mi mano. Sentí un pequeño alivio, una chispa de esperanza de que tal vez podíamos superar nuestras diferencias.

Volvimos a nuestras posiciones y empezamos de nuevo. Esta vez, en lugar de tratar de superarla, me concentré en armonizar con ella, en complementar su voz con la mía. Pero justo cuando nuestras voces empezaban a encontrar un ritmo común, Jungeun se detuvo de repente.

—Esto no va a funcionar —murmuró, sin mirarme. Antes de que pudiera decir algo, recogió sus cosas y se dirigió a la puerta, dejándome allí de pie, confundida y un poco herida.

Me quedé mirando la puerta cerrarse tras ella, sintiendo una mezcla de frustración y tristeza. ¿Qué estaba pasando por su cabeza? ¿Por qué era tan difícil para nosotras trabajar juntas?

El profesor se acercó nuevamente, colocando una mano reconfortante en mi hombro.

—Date un respiro, en unos minutos retomamos el ensayo.

Asentí lentamente, intentando mantener la compostura.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Sinfonía de Dos Corazones     ||     JUYOONZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora