| ☆ | Jiyoon, una chica de campo con grandes sueños, y Jungeun, una idol atrapada en su propia fama, se cruzan en el vibrante escenario de Seúl. Lo que comienza como una rivalidad, se transforma en una intensa conexión emocional. En medio de la mús...
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Jungeun
—Debes estar bromeando, eres muy divertido.
—No, en realidad es una muy buena idea. Además, sería un proyecto especial, eso te ayudará...
—No, me niego rotundamente —interrumpo mientras niego múltiples veces con la cabeza, demostrando mi desaprobación ante la idea—. No puedo y no quiero.
—Pero Jungeun, ya se habló esto en el comité...
—No, es un no.
Por obvias y justificadas razones me niego a participar en un proyecto con esa chica, que al parecer se llama "Yoon Jiyoon". Parece un castigo del universo el ponerla en mi vida y más en esta situación. Mi manager me estaba sugiriendo, aunque parecía más bien una orden, que trabajara por un corto período de tiempo con la chica, quien se ha ganado un poco de reconocimiento tras cantar mi canción y hacerse viral por todo Internet. Ahora estaba en la obligación de aceptar la publicidad, ya que al fin y al cabo solo iba a ser eso, publicidad para mí.
Solo miré al mayor con una ligera mueca en mi rostro.
—Okey, solo falta que esa chica que se hizo viral por mi canción acepte la oferta —dijo de una forma desinteresada—. Ahí me avisas.
—¿De casualidad no sabrás dónde la puedo encontrar?
—¡Ya te dije que no somos amigas! Solo me la topé una vez y me gustaría que así siguiera, pero viendo la circunstancia, no será así.
No sé cómo dejar en claro a mi dulce manager que esa tal Jiyoon y yo no compartíamos ningún lazo, amistad, como se llamara, en lo absoluto.
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Jiyoon
Estoy a punto de terminar mi turno y puedo sentir cómo mi cansancio ha incrementado en estas últimas horas. Aunque tengo que admitir que el dinero que ya estoy ganando es un gran alivio para mis gastos, ahora todo está marchando tal como lo había planeado con anterioridad.
Nada puede salir mal de aquí para adelante.
—Jiyoon, ¿podrías cubrir mi turno de mañana? —preguntó Mai, mientras recargaba su espalda en el mostrador.
