Jiyoon
Estoy enamorada, tan enamorada que puedo jurar sentir náuseas, tal vez sean las famosísimas mariposas en mi estómago cada vez que la veo.Nuestro mini proyecto ya había dado su fin, sin embargo, cada vez que podía intentaba buscarla yendo a su agencia. Incluso actualmente me encontraba en discusión con la misma agencia para que me contactaran solo por el hecho de que Jungeun estaba ahí.
Ahora me encontraba afuera de aquel edificio sosteniendo dos cafés, uno especialmente era para la contraria. El aire de la noche era frío, y el viento soplaba con fuerza, haciéndome ajustar mi abrigo. A lo lejos, las luces de la ciudad parpadeaban, creando una atmósfera casi mágica, pero mi mente estaba centrada en una sola cosa: encontrar a Jungeun.
Escuché un leve ruido a lo lejos, mis piernas se movieron sin pensarlo a donde provenía el ruido, el cual parecía un sollozo. A medida que me acercaba, pude distinguir una figura familiar sentada en los escalones traseros del edificio. Jungeun estaba ahí, abrazando sus rodillas y escondiendo su rostro en ellas. Mis pasos se hicieron más cautelosos mientras me acercaba, queriendo consolarla pero sin saber cómo.
—Jungeun —llamé suavemente, esperando no asustarla.
Ella levantó la cabeza, sus ojos rojos e hinchados por el llanto. Al verme, pareció sorprendida pero no dijo nada. Simplemente se quedó ahí, mirándome, como si no pudiera creer que yo estuviera allí.
—Te traje un café —dije, extendiéndole el vaso que había traído para ella.
Jungeun lo tomó con manos temblorosas y murmuró un débil gracias. Me senté a su lado, sin decir nada más, dejando que el silencio nos envolviera. Sabía que no necesitaba hablar, solo estar ahí para ella.
Simplemente siguió el silencio, mi mirada estaba fija en mis manos las cuales rodeaban el café, que calentaban mis manos ya que el frío parecía ser cada vez más insoportable. Jungeun solo seguía en completo silencio.
Consolar a la gente nunca ha sido mi fuerte, pero en estos momentos me encantaría ayudarla así que lo primero que se me pasó por la cabeza fue dejar el café en el escalón y rodearla con mis brazos, en un cálido abrazo.
—No sé qué decirte pero deberías llorar todo lo que quieras, es malo reprimir tus emociones —dije en un suave susurro—. Si reprimes tanto tus emociones todo eso algún día explotará, te lo digo por experiencia propia.
—Es que no puedo más, Jiyoon. Todo esto... es demasiado. Siento que estoy fallando, que no soy suficiente —se sinceró de repente Jungeun, aferrándose finalmente a mis brazos.
—No estás fallando, Jungeun. Estás dando lo mejor de ti y eso es todo lo que importa. Todos tienen momentos difíciles, incluso los mejores —dije, intentando transmitirle un poco de esperanza.
Jungeun se quedó en silencio por un momento, dejando que mis palabras calaran en ella. Podía sentir cómo su respiración se iba calmando poco a poco, y eso me dio una pequeña esperanza de que tal vez, solo tal vez, estaba logrando hacerla sentir un poco mejor.
—Gracias, Jiyoon —dijo finalmente, en un susurro apenas audible—. No sabía cuánto necesitaba escuchar eso.
Nos quedamos allí, abrazadas, compartiendo el calor y la tranquilidad del momento. Sabía que este era solo el comienzo de algo nuevo, algo más profundo entre nosotras. Estaba dispuesta a estar ahí para Jungeun, no solo como una colega, sino como alguien en quien pudiera confiar.
—Aunque a veces sueles ser algo arrogante —comenté siendo sarcástica, con una gran sonrisa en mis labios.
Una pequeña risa resonó de parte de Jungeun, así levantando su mirada para verme.
—¿Así que aún sigo siendo arrogante para ti? —preguntó con una ligera sonrisa dibujada en sus labios.
—Mmm... —hice una mueca como si estuviera pensando con claridad mi respuesta—, sí, aún así me gusta ese lado de ti.
—¿Te gusta? No seas sarcástica.
—Ahora no estoy siendo sarcástica, en serio me gusta cuando tienes confianza en ti misma, es algo que valoro mucho —dije, haciendo una pequeña pausa para así verla con detalle su rostro—. Eres tan talentosa que no le veo lo malo en ser arrogante una que otra ocasión.
Una de mis manos se pasó a su mejilla.
—Ahora que te veo más de cerca, te siento tan familiar, como si ya te hubiera visto en otro lado.
—Tal vez porque mi rostro está por todas partes, en anuncios, carteles, en las redes —respondió la menor.
Me reí suavemente, apreciando su intento de humor a pesar de todo. Pero había algo más, algo en sus ojos que me resultaba increíblemente cercano.
—No, es algo más que eso... —dije, buscando en sus ojos alguna pista de lo que estaba sintiendo.
Jungeun me miró con curiosidad, pero no dijo nada, simplemente dejó que mis palabras flotaran en el aire. Finalmente, el frío de la noche nos obligó a movernos. Ayudé a Jungeun a levantarse y le ofrecí mi abrigo, que ella aceptó con una sonrisa agradecida.
Tras de mucho tiempo una actualización!!
Sorry por la tardanza
pero he estado full ocupada con la uni‼️
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Sinfonía de Dos Corazones || JUYOONZ
Fanfiction| ☆ | Jiyoon, una chica de campo con grandes sueños, y Jungeun, una idol atrapada en su propia fama, se cruzan en el vibrante escenario de Seúl. Lo que comienza como una rivalidad, se transforma en una intensa conexión emocional. En medio de la mús...