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| Incómodo |

Corrió tan rápido como sus piernas le permitieron, el frío de Londres se adueñaba de sus pulmones. Apenas llegó abrió la puerta —más bien, estampandola— para escuchar el sonido de un nudo en la garganta, específicamente una tos.

— ¡Oyakata-sama!

Exclamó descorcentado. Acercándose rápidamente al nombrado y arrodillándose para estar a su altura.

— Es un gusto volver a verte, Midoriya —dijo Ubuyashiki. Tapando un poco sus labios mientras aquel líquido rojizo salió sin avisar.

— Vine tan rápido como pude cuando la señorita Amane me informo de su situación, déjame ayudarle —lo ayudo a sentarlo en el suelo.

— Amane se encargó de ayudarme antes de que llegarás, ahora estoy un poco mejor —sonrió gentilmente, la peli blanca solo se dedicó a mirarlo.

— Lo sé —aclaró, sacando su kit de emergencias. — Me encargaré yo ahora.

Y al cabo de unos minutos le coloco una vacuna en su brazo, le dio unas pastillas y un pañuelo por si llegara a toser sangre. Y un vaso con agua, por si las dudas.

— Izuku.

Llamó. El nombrado presto suma atención, casi nunca lo llamaba por su nombre.

— A mí me queda poco tiempo de vida, y quiero decirte algo importante.

— ¿Q-qué cosa?

— Quiero que tu tomes el rol si un día decido marchar.

Eso lo dejo con la piel de punta.

¿Tomar el control? ¿A qué se refería?

— ... ¿A qué se refiere? —frunció un poco sus ojos.

— Hacerte cargo de la liga de los hashiras. Quiero que seas el nuevo patrón.

— ¡N-no puedo hacer eso, señor! —negó rápidamente. — No soy capaz, además quiero seguir en Yuuēi.

— Sé qué solo te metiste allí para vengar a tu madre, y lo entiendo —asintió un poco. — Cuando logres vengarla, ¿seguirás estudiando para un héroe?

— ... Yo... —apretó sus puños. — No... No lo sé.

— No tienes que presionarte —colocó su mano en la cabeza del pecoso. — Se que tomarás la decisión correcta tomes el camino que tomes, estoy seguro. Yo confío en ti. Quiero que seas mí descendiente.

No pudo hacer otra cosa que guardar silencio.

— Si... Gracias, Oyakata-sama.

Salió del cuarto y suspiro pesadamente, un pequeño dolor de cabeza se asomo debido a los cambios climáticos inesperados de Japón y Londres.
Negó con su cabeza, era demasiado pronto, no estaba preparado para mucha responsabilidad y el patrón confiaba en él de pies a cabeza. No quería decepcionarlo, pero nisiquiera sabe si saldrá con vida cuando luche contra Douma.

Vio al pequeño gatito que lo trajo de regreso al país donde se crío, se agachó y lo acaricio levemente, como si por cosa del futuro apareciera nuevamente en la habitación de los apartamentos Yuuēi. Se despidió de él con un pequeño besito y desapareció por completo.

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⏰ Última actualización: Sep 24 ⏰

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