Mi pequeña siempre llevaba consigo una libreta, donde anotaba cada pequeña observación, cada detalle de sus días junto al muelle, y donde comenzaba a trazar sus propios mapas náuticos, basados en las historias que le contaba.
Siempre llevaba consigo una libreta, donde anotaba cada pequeña observación, cada detalle de sus días junto al muelle, y donde comenzaba a trazar sus propios mapas náuticos, basados en las historias que le contaba.
Desde pequeña, mostró una habilidad innata para la improvisación y la toma de decisiones, características que la diferenciaban y la hacían brillar. Le fascinaba estudiar los mapas náuticos que guardaba en el estudio, mapas que había acumulado a lo largo de mis años de navegación. Pasaba horas sobre ellos, con una concentración inusitada para alguien de su edad, trazando rutas imaginarias y planeando expediciones a islas lejanas y misteriosas.
"Abuelo, si el viento cambia al suroeste, ¿podríamos alcanzar la Isla de las Estrellas antes del anochecer?", me preguntaba, sus ojos brillando con la emoción de un nuevo descubrimiento.
No se limitaba a seguir las líneas trazadas por otros; le gustaba explorar posibilidades, considerar los peligros y oportunidades que cada ruta ofrecía. Su mente trabajaba rápida y eficientemente, sopesando pros y contras, y tomando decisiones con una seguridad que sorprendía a cualquiera.
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EL DIARIO DE YARA
Genç KurguYara siempre ha soñado con el mar, alimentada por las fascinantes historias de su abuelo, el capitán Samuel, quien navegó los océanos durante toda su vida. Criada entre relatos de tormentas épicas, islas desconocidas y el misterio del océano, Yara a...