Policías y ladrones

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Cellbit miraba a Roier caminar de un lado a otro por la habitación, abriendo las cortinas, yendo por un poco de comida y agua para él, asegurándose de que las almohadas estuvieran cómodas, dandole todo tipo de cuidados, era tierno para el alfa ver...

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Cellbit miraba a Roier caminar de un lado a otro por la habitación, abriendo las cortinas, yendo por un poco de comida y agua para él, asegurándose de que las almohadas estuvieran cómodas, dandole todo tipo de cuidados, era tierno para el alfa verlo así, pero el problema es que Roier no había querido hablar de lo que pasó hace unos días, Cellbit recordaba sentir las feromonas de Roier bastante alteradas y se había preocupado mucho, incluso le preguntó qué lo había hecho enojar tanto, sin embargo Roier solo le sonrió diciendo que era algo sin importancia y que estaba todo bien.

El alfa no volvió a preguntar ni insistir, a pesar de saber que Roier estaba mintiendo, porque no quería acabar con el ambiente tan lindo que sentía al ser cuidado y mimado por su omega, pero ya no podía seguir ignorando el hecho de que algo anda mal y Roier solo estaba evadiendo el tema

–Guapito...

–¿Qué pasa? ¿Te duele algo? – preguntó Roier, acercándose a Cellbit para darle muchos besitos en la cara y revisar su herida

–Roier ¿Vas a seguir sin decirme nada?

–...No sé de qué hablas, tengo que ir al baño así que descansa un poco – titubeó Roier, empezando a alejarse, pero Cellbit lo tomó del brazo impidiendo que escapara otra vez

–¿Qué fue lo que pasó? ¿Por qué nadie quiere decirme nada? – volvió a preguntar Cellbit, frunciendo el ceño, molesto porque ni sus amigos ni su padre querían hablar de lo que ocurrió con Roier, solo el abuelo le había dicho que había una cucaracha en el hospital y nada más

–No tienes que preocuparte por eso...

–Roier dime la verdad – ordenó Cellbit mirando a Roier tan seriamente que hizo su cuerpo temblar un poco, el omega no quería que Cellbit se enojara con él, quería ser sincero por el bien de su relación, pero tenía miedo de la reacción del alfa

–Sí te lo digo... ¿Prometes que no vas a tomar tus maletas e irte? – preguntó Roier sin atreverse a mirar a el alfa, tenía miedo de lo que Cellbit pudiera hacer porque los recuerdos de él empacando sus cosas y gritando aún estaban muy frescos en su mente

Cellbit no pudo evitar sentirse culpable, es cierto que le había pedido perdón a Roier cuando tuvieron esa pelea, pero no se había tomado el tiempo de hablar adecuadamente con él y no sabía hasta qué punto sus acciones habían afectado al omega

–Nunca volveré hacer algo así, te lo juro, nunca me voy a ir de tu lado así que por favor no me ocultes nada ¿Si? – dijo Cellbit mientras besaba la mano de Roier – Confía en mí, así como yo confío en tí guapito, no volveré a lastimarte jamás

–Bueno yo... – empezó a hablar Roier bastante nervioso, sujetando con fuerza la mano de Cellbit – Yo estaba enojado porque... Porque Esther apareció afuera de la habitación, estaba parada frente a la puerta con todo el descaro del mundo, con su maldita actitud arrogante y presumida, como si todos le deberíamos respeto a esa puta bruja, hija de perra solo verla me dan ganas de vomitar ¿Quién se cree que es? lo bueno es que parecía estar herida, tu padre le dio una paliza, pero no fue suficiente para mí así que le dije un par de cosas para ponerla en su lugar, mi abuelo la atacó y luego el papá de Foolish la arrestó, pero me quedé con las ganas de darle su merecido a esa mierda desperdicio de aire, desgraciada bastarda – explicó Roier rápidamente, dejándose llevar otra vez por el enojo que sentía de solo recordar la horrible presencia de esa mujer

No One Like You [Guapoduo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora