No One Like You [Guapoduo]

Mi propio Tamagotchi

Cellbit se despertó con el suave aroma de chocolate y licor de frutos rojos, era un olor exquisito, nunca había percibido una fragancia tan deliciosa como esa, podía hacerse adicto fácilmente y eso era realmente peligroso porque ese aroma pertenecía a las feromonas de Roier.

Ese chico Omega que había rescatado y que ahora lo abrazaba fuertemente mientras descansaba su cabeza sobre su pecho, se veía tan lindo que Cellbit no pudo evitar acariciar sus cabellos castaños, disfrutando de la calidez que desprendía el cuerpo de Roier se volvió a quedar dormido profundamente abrazando al omega.

El sonido de la alarma despertó a Roier, se negaba a abrir los ojos ya que se sentía demasiado cómodo, pero su cita médica era realmente importante, así que hizo un esfuerzo por levantarse aunque su cuerpo aún doliera por todo lo que pasó el día anterior, abrió los ojos y se levantó abruptamente al darse cuenta que estaba abrazando a Cellbit, por puro reflejo tomó una de las almohadas y lo golpeó en la cara.

–Hey – se quejó Cellbit entre sueños mientras se frotaba los ojos – ¿Qué haces?

–Nada, ya es hora de despertar, tenemos que ir al hospital ¿Recuerdas? – mencionó Roier bastante rápido y levantándose de la cama rápidamente, dirigiéndose al baño sin esperar alguna respuesta

Cellbit lo vio alejarse y suspiro bastante cansado, no estaba acostumbrado a despertar temprano, quitó la alarma de su celular, mandó un par de mensajes antes de salir de la cama y se dirigió a la cocina, necesitaba un café urgentemente.

Los chicos ya estaban listos para irse y Cellbit no pudo evitar reír al ver como Roier se veía, no se había dado cuenta antes del curioso look de aquel omega, vestía una camisa blanca a cuadros, un suéter tejido de color azul, pantalones de vestir cafés claros, unos zapatos que, en palabras de Cellbit, eran de viejo e iba peinado de manera pulcra con el cabello hacia atrás.

–Parece que me vas a vender un seguro de vida – Le dijo Cellbit a Roier – ¿Así te vistes siempre o solo en ocasiones especiales?

–Mis padres elegían mi ropa – contestó Roier entre dientes, la verdad es que el sentimiento de tristeza estaba siendo reemplazado poco a poco por un creciente sentimiento de enojo hacia sus padres – ¿Me veo mal?

–Bueno, no te voy a mentir – dijo Cellbit mientras sacaba unas cosas de su armario – Ponte esto, hace frío afuera

Roier se puso unos guantes, bufanda y una sudadera negra que le quedaba grande.

–¿Ahora sí me veo mejor? – preguntó Roier

–Te ves guapito – respondió mientras le daba a Roier otro de esos coquetos guiños y sonrisas

Cuando salieron del lugar Roier pudo notar una motocicleta estacionada en el callejón, Cellbit se subió a ella y le ofreció el casco a Roier, este estaba nervioso pues nunca había montado una y hasta donde él sabía eran bastante peligrosas, se quedó quieto en el lugar dudando si subir o no.