Capítulo 31: La Navidad que se aproxima

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—¡Eso es todo! ¿Eso es todo?


—Quiero decir que tuviste la oportunidad de tomar cualquier objeto y HACER UN FLICK a Filch y elegiste esto.


—.....


Eda y los gemelos miraron fijamente el pergamino, incapaces de discernir su propósito.


Fred y George dieron vuelta el pergamino varias veces, pero permaneció solo eso, un viejo trozo de pergamino en blanco.


—¿Por qué no le echas un vistazo? Tal vez encuentres algo —George le entregó el pergamino a Eda.


Eda tomó el pergamino y lo examinó cuidadosamente por un rato, pero no encontró nada.

 Colocó el pergamino sobre la mesa, sacó su varita y la apuntó al pergamino. —¡Revelio!


El pergamino permaneció sin cambios, tan desgastado y sin nada destacable como antes.


—¡Aparecium! Eda intentó otro hechizo, pero no tuvo efecto, como si fuera solo un trozo de papel sin secretos ocultos.


Eda golpeó el pergamino varias veces más con su varita, murmurando varios hechizos reveladores, pero fue en vano. El viejo pergamino permaneció obstinadamente en blanco e insensible.


Eda se encogió de hombros, indicando que se había quedado sin ideas.


Resignado, George guardó el pergamino. "Parece que se necesitará mucho tiempo y esfuerzo para descubrir sus secretos"


"Espero que el tiempo y el esfuerzo que pongamos valga la pena, y que este pergamino nos sorprenda", dijo Fred.


"Esperemos que así sea. Más vale que esté a la altura de su etiqueta de 'extremadamente peligroso'", asintió Eda.


Agotados, los tres se despidieron y regresaron a sus dormitorios para descansar. Tenían mucho trabajo esperándolos al día siguiente.


Al día siguiente, la razón detrás de la disminución de puntos de Gryffindor se hizo evidente rápidamente.


En lugar de reaccionar agresivamente hacia los gemelos por otra pérdida de puntos, los Gryffindor decidieron tratarlos con frialdad, con la esperanza de que aprendieran la lección.


Esa noche, los gemelos soportaron el castigo de Filch: limpiar el baño de los chicos. La profesora McGonagall les prohibió usar magia, lo que hizo que su recién aprendido encantamiento de limpieza fuera inútil, para gran consternación de Fred y George.


Cuando los gemelos regresaron a la sala común, apestando por su terrible experiencia, encontraron a Eda trabajando afanosamente.


Las tareas dobles habían aumentado significativamente su carga de trabajo, lo que redujo su tiempo de práctica.

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