Esmeralda de Hogwarts

Capítulo 54: Brecha de poder

En el Bosque Prohibido, Fawley lanzó la maldición asesina a Dumbledore, y un rayo de luz verde se precipitó hacia él.

Dumbledore no se movió de su lugar. Con un simple gesto, un tronco roto voló hacia el camino de la maldición, bloqueándola.

Fawley atacó salvajemente, su varita continuamente lanzando maldiciones, pero ninguna de ellas le causó muchos problemas a Dumbledore.

Dumbledore apenas cambió de posición. Agitó elegantemente su varita, desviando sin esfuerzo cada uno de los ataques de Fawley.

Si antes había sido Fawley el que estaba jugando con Eda, ahora la situación se había invertido por completo.

Fawley era el que estaba jugando. Sin embargo, Dumbledore no se estaba burlando de él; no era del tipo que hacía esas cosas. La diferencia entre los dos era simplemente demasiado grande.

Fawley todavía estaba de pie en el suelo, mientras que Dumbledore ya se había elevado a la estratosfera. La brecha entre ellos era tan inmensa que dejaba sin efecto cada ataque de Fawley.

Esta constatación fue difícil de aceptar para Fawley.

Siempre lo habían llamado un genio, Voldemort lo reconoció y le dio la oportunidad de unirse a los Mortífagos.

Pero antes de que pudiera unirse oficialmente, Voldemort había caído.

Fawley siempre se había culpado a sí mismo, creyendo que se había unido demasiado tarde, incapaz de ayudar a Voldemort. Pensó que si Voldemort lo hubiera acogido antes, entrenándolo personalmente como confidente, todo habría sido diferente.

"Haa... haah..."

Respirando pesadamente, Fawley se sintió abrumado por una creciente sensación de impotencia.

Sabía que no era rival para Dumbledore, pero nunca había imaginado que la brecha entre ellos sería tan grande.

Sin embargo, después de pelear con Dumbledore hoy, Fawley finalmente se dio cuenta de lo infantiles que habían sido todos sus planes. Frente a Dumbledore, no era más que un niño.

Por supuesto, sólo había luchado contra Dumbledore. Si hubiera sido McGonagall o Snape en su lugar, probablemente habría tenido la misma conclusión.

Dumbledore comenzó su contraataque. Como anciano, necesitaba descansar, no estar parado en el Bosque Prohibido bajo el viento frío después de todo. Con un ligero giro de su varita, una deslumbrante luz blanca se disparó hacia Fawley.

Fawley agitó su varita salvajemente en la luz, pero no importaba lo que hiciera, la luz seguía envolviéndolo. Zarcillos de luz como látigos lo golpeaban repetidamente, y Fawley soltaba aullidos furiosos.

La brillante luz blanca iluminó una gran parte del Bosque Prohibido. Cuando finalmente se desvaneció, Fawley reapareció. Estaba de rodillas, fuertemente atado por enredaderas que aparentemente habían surgido de la nada.