Capítulo 68: La vida cotidiana 2

108 21 1
                                    

Por la noche, Eda estaba encorvada sobre su escritorio, trabajando en su tarea de Historia de la Magia. Los profesores de Hogwarts siempre les daban a los estudiantes un montón de tareas, especialmente durante las vacaciones.


Ya fuera durante las breves vacaciones de Halloween, las vacaciones un poco más largas de Navidad y Pascua, o las vacaciones de verano de dos meses, los estudiantes siempre estaban cargados de tareas.


Antes de que Eda llegara a La Madriguera, los gemelos solían luchar con sus tareas, tirándose del pelo con frustración. Pero desde que Eda había llegado para quedarse, eran como pajaritos hambrientos, esperando ansiosamente su ayuda. Finalmente, se sintieron aliviados de la carga de sus tareas escolares y ya no tenían que perder horas de su tiempo en ellas.


Sin embargo, como Eda tenía que trabajar durante el día, no había hecho tanta tarea como los gemelos. Fred y George no se atrevían a molestar a Eda por las noches, temiendo que no tuvieran nada que copiar y terminaran tirándose de los pelos nuevamente.


Mientras Eda trabajaba en su tarea, Ginny se sentó al costado del escritorio, leyendo los libros de texto de primer año de Eda. Ginny no encontró el material aburrido en absoluto, estaba completamente absorta en él.


Los libros de texto eran de segunda mano que Eda había comprado al comienzo del año escolar. Estaban un poco gastados, pero no les faltaban páginas ni tenían texto descolorido. Eda era cuidadosa con sus libros, por lo que todavía estaban en buenas condiciones.


Eda tenía la costumbre de escribir notas en sus libros.


Todo lo que los profesores mencionaban en clase, o sus propios pensamientos, los anotaba en los márgenes.


Este hábito hizo que sus libros fueran aún más valiosos, convirtiéndolos en un tesoro de conocimiento: notas acumuladas por un "estudiante destacado".


Estas notas también fueron útiles para Ginny, permitiéndole comprender mejor el material de los libros de texto.


"¿Qué hicieron todos hoy?", preguntó Eda casualmente mientras intentaba recordar detalles sobre las Guerras de los Goblins.


Ginny, hojeando el libro, respondió: "Los chicos estaban jugando Quidditch por la mañana. No me dejaron unirme, así que tuve que mirar desde la banda"


El tono de Ginny era un poco abatido.


Los chicos Weasley nunca la dejaban jugar Quidditch con ellos, aunque amaba el juego. Las paredes de su habitación estaban adornadas con pósters del equipo de Quidditch Holyhead Harpies.


"Está bien si no me dejan jugar. He estado montando en sus escobas en secreto desde que tenía seis años", susurró Ginny, "y ninguno de ellos se dio cuenta"


Eda miró a Ginny con sorpresa. Escabullirse con una escoba mostraba la determinación de Ginny, y el hecho de que no la hubieran atrapado demostraba su sigilo. ¿Esta chica planeaba trabajar en secreto y luego sorprender a todos?

Esmeralda de HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora