𝙳𝚎 𝚑𝚒𝚎𝚕𝚘|•𝙳𝚄𝚇𝙸𝙽𝙾 ❄️

❄️┈❛: 𝚗𝚘 𝚜𝚘𝚢 𝚌𝚘𝚖𝚘 𝚝𝚞

Aún vagaban los recuerdos de sus memorias donde dibujaba en hojas blancas junto con crayones para darle un preciado recuerdo, era su madre abrazando a su gentil niño de cabellos cafés.

Mientras un pequeño hacia lo mejor para tener un arte su madre descansaba en la camilla de un hospital conectada a varios tubos como agujas para que su enfermedad no la detuviera a mitad del camino, veía que su hijo le apasionaba dibujar guitarras con la banda que suele tener y eso lo supo desde un inicio.

Ya no le quedaba mucho de vida así que su último regalo fue una hermosa guitarra eléctrica que al parecer la adoro desde un inicio.

—¡Muchas gracias mami!

—Mi niño debe relucir en un concierto...¿y me invitaras?

—Tu siempre estarás en mis conciertos mami, quiero que tú seas mi primer fan, ¿Si?

—Claro que si mi niño...de hecho, ven aquí.

El pequeño teniendo la gran y pesada guitarra hasta donde estaba su madre en la camilla, los dos se miraban a los ojos antes de decir una palabra.

La mujer tomaría las manos de su hijo para sonreír levemente y toser un poco, al parecer estaba quedando en las últimas.

—¿Prometes que te vas a portar bien y estudiaras?

—¡Si, lo prometo!

—Muy bien... entonces quiero decirte desde lo más profundo de mi corazón que jamás dejes que tu pequeño y amable corazón quedé congelado, tienes tan lindos sentimientos y una hermosa personalidad que encaja contigo...quiero ver a mi pequeño Diego ser una hermosa persona. Estoy muy orgullosa de ti, por favor... escríbeme una canción que puedo cantarla todos los días sin cansarme.

—Y lo haré mami, yo lo voy a lograr.

Fue a refugiarse cuidadosamente en los brazos de su mamá para que le cantará una pequeña canción y recordó que una pieza angelical era cantada por su hermosa madre: "Luna" de Zoé.

Las lágrimas de su madre resbalaban lentamente por sus pálidas mejillas mientras sus manos acariciaba el cabello de su pequeño hijo, deseándole lo más hermoso a su pequeño niño.

Pero...

Lamentablemente el sueño de un castaño se tuvo que apagar gracias al miedo que pueden generar las enfermedades. Su madre partió de este mundo cuando tenía tan solo 11 años de edad.

Lástima que no pudo ver cómo su hijo se convirtió en un fiel guitarrista...y tal vez componerle una canción.

•••

Aquino despertó otra vez de ese recuerdo tan horrible que siempre lo espantaba y se culpaba de la enfermedad.

Oh Aquino, esto no es tu culpa.

Se levantó de la cama agitado y teniendo una respiración muy pesada, tapando su rostro con ambas manos mientras comenzaba a llorar en silencio, como quisiera que su madre lo abracé mientras canta esa canción que siempre lo hace sentir amado y a la vez llorar a cascadas.

—Mamá...como te extraño demasiado, por favor...debiste estar conmigo.

Se despertaba para ver el reloj que marcaba en la habitación de su casa, eran las 2:36 am. Sintió una gran pesadez en su cuerpo que solo pudo volver a recostarse en la almohada y ver el techo de su habitación para hallar una respuesta.