Sentada en un banco, Marta dejaba que el suave murmullo del jardín la envolviera. Aunque el paisaje no fuera nuevo, seguía encantada con el sol que acariciaba su piel, mientras sus ojos recorrían cada rincón ya conocido. El aroma de las rosas y el canto lejano de los pajarillos le traían recuerdos de los otros dos días similares.
De repente, la vió.
Fina, con una blusa roja y una falda de diferente tono, caminaba hacia ella con una sonrisa traviesa.
Al verla, su corazón se llenó de alegría y, con una media sonrisa, se levantó del banco para recibirla.A medida que la castaña se acercaba, empezó a corretear y a dar saltitos juguetones, levantando las manos en un gesto exagerado y cómico.
No pudo evitarlo y, a Marta, se le escapó una risa silenciosa.Fina, con un último salto, llegó hasta ella y le dió un fuerte y repentino abrazo. La rubia, tímida, reaccionó con una leve rigidez al principio, sorprendida por la efusivudad del abrazo.
La otra mujer, al notar esto, se separó rápidamente.-Lo siento, quizás es muy pronto.- se disculpó, con una mirada preocupada.
-No pasa nada, es solo que no me lo esperaba.- contestó, con una sonrisa cálida. -Me alegra mucho volver a verte después de una semana.
Después de ese momento, ambas se dirigieron al banco, donde se sentaron, dejando que el fresco aire golpeara sus rostros.
-¿Has escrito algo estos días?- preguntó Fina siempre con esa chispa de curiosidad.
-Algo... Pero últimamente estoy bloqueada, las palabras no fluyen.
-No soy una artista de la poesía, pero sé que esas son cosas que pasan.
La mayor soltó una pequeña risa por como se describió su amiga.
-¿Puedes enseñarme algo qué hayas escrito?
-Pero porque eres tú, eh.- bromeó.
Aunque dudó, terminó por sacar el pequeño cuaderno de su bolso y entregárselo a la menor, ya abierto por la última página escrita.
-Se titula "Aroma de memorias".- comunicó.
-Prometedor.- dijo antes de empezar a leer en voz baja.
"En el aire se deslizan,
como susurros secretos,
los aromas que nos llevan
a lugares tan perfectos.El café de las mañanas,
promesas en cada sorbo,
despierta el alma dormida
y el día se vuelve oro.Olor a lluvia en el suelo,
un abrazo del pasado,
la tierra canta su canto
y el corazón queda atado.La esencia de una vieja manta,
perfumada con lavanda,
es refugio en noches frías,
donde el tiempo no manda.Los perfumes de la noche,
jazmín y dama de noche
son la promesa de amor,
en la oscuridad, derroche.Aromas que cuentan vidas,
que tejen tiempos y espacios,
dejando huellas eternas
en el viaje de los años."-Es hermoso.- habló nada más terminar. -Marta, tienes un don para capturar la belleza de las cosas, es impresionante.
-No exageres, solo hablo de un tema que me gusta.
-¿Los olores?- preguntó, extrañada.
-Si, siempre me he dejado cautivar por cualquier olor fuerte o cítrico; aunque los aromas suaves y ligeros me hipnotizan. El mundo de los olores es tan complejo...
-Y... ¿Qué opinas de mí? ¿Te gusta mi perfume?
Marta quedó algo confusa ante la pregunta, pero Fina le transmitía una confianza increíble que la hacía poder acercarse más a ella, sin miedo.
-¿Puedo?
Tras el asentimiento por parte de la menor, la rubia acercó su cabeza a su cuello e inhaló levemente, sin prisa. Lo repitió dos veces más antes de separarse y volver a su sitio.
-Noto algo de lavanda, mi olor favorito, si te soy sincera.- contestó, mirándola a los ojos. -Aunque, es raro, también hay algo de chocolate.
-Así que también eres buena percibiendo olores, ¿Hay algo qué se te dé mal?- preguntó, con tono cómico.
Ambas rieron cómodamente y se recostaron sobre el banco, suspirando.
-Normalmente te das una pequeña vuelta por aquí, junto a las flores, y luego te vas.- habló la mayor, recordando las pocas veces que la había visto.
-Hoy no me apetece.
-¿Te quedarás conmigo?
-Por supuesto.- respondió, inmediatamente.
Ambas se acomodaron junto a la otra en el banco y, conforme la tarde avanzaba, compartieron una conversación. No sólo de poesía, sino también sobre sus gustos, de sueños futuros... Fortaleciendo el lazo que unía su nueva amistad.
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LA MUJER DE LA FALDA DE GIRASOLES.
FanfictionMarta, una poeta solitaria, frustrada por culpa de un bloqueo creativo, decide ir a un jardín en el que nunca había estado para "cambiar de aires". Allí se encuentra con la que será su nueva musa, la dueña de su inspiración, una mujer con una falda...