Cap.10

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Martin se sentó y compartió un par de sonrisas con Juanjo mientras el grupo continuaba charlando animadamente.

—Hola —dijo Martin a Juanjo, sonriéndole con calidez.

—¿Qué tal estás? —preguntó Juanjo, mirándolo con interés genuino.

—Ya mejor... —respondió Martin, sonriendo de forma calmada—. Y muchas gra...

Ambos estaban tan absortos en su conversación que no se dieron cuenta de que el camarero había llegado.

El camarero, un hombre de mediana edad con una sonrisa cálida y profesional, les tomó nota a todos sobre qué pedirían para beber.

—Yo quiero un tinto de verano, por favor —respondió Chiara al camarero con una sonrisa.

—Yo una cerveza, porfa —añadió Alex con una sonrisa amable. —Que sean dos —dijo Juanjo.

—Yo, si puede ser, un vino blanco —dijo Denna, mirando el menú con interés.

Todos se giraron hacia Martin.

—Yo, agua, por favor.

El camarero asintió y repartió los menús, haciendo algunas recomendaciones con entusiasmo.

—Esta noche les recomiendo el risotto de setas, que está espectacular. También tenemos una especialidad de la casa: solomillo con salsa de champiñones. Y no se pierdan nuestros postres, especialmente el tiramisú —dijo el camarero con una sonrisa antes de retirarse, dejando al grupo decidir.

—Siempre me cuesta decidirme en estos lugares —dijo Denna, ojeando el menú—. Todo suena tan apetecible.

—A mí me encanta probar cosas nuevas, pero nunca sé si arriesgarme o no —comentó Alex, riendo mientras repasaba las opciones.

—¿Qué os parece si compartimos algunos platos para picar? Así probamos más cosas, y luego cada uno elige uno principal —sugirió Chiara.

—Por mi bien —asintió Martin, aunque todavía estaba indeciso.

Mientras todos debatían sobre qué pedir, Juanjo se inclinó hacia Martin y le susurró al oído:

—El lomo con pimientos es increíble aquí, deberías probarlo —susurró Juanjo cerca del oído de Martin.

Martin sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo al sentir el aliento de Juanjo tan cerca. Sus mejillas se sonrojaron levemente mientras asentía, intentando no parecer demasiado afectado por la proximidad de Juanjo.

—Suena bien —dijo Martin, devolviéndole la mirada con una sonrisa tímida.

Finalmente, después de algunas deliberaciones, todos decidieron sus platos. El camarero regresó para tomar nota.

—Para mí el risotto de setas, por favor —dijo Denna, cerrando el menú con una sonrisa.

—Yo quiero el lomo con pimientos —dijo Martin, mirando de reojo a Juanjo con una sonrisa cómplice.

—Lo mismo para mí —añadió Juanjo, devolviéndole la sonrisa a Martin.

—Y para mí, una ensalada de tomate —dijo Chiara, encantada con la variedad del menú.

—Yo probaré el especial de pescado —añadió Alex.

El camarero tomó nota rápidamente, asegurándose de que todo estuviera en orden antes de retirarse.

—Perfecto, señores. Enseguida estarán listos sus platos —dijo el camarero, marchándose con una sonrisa.

El grupo siguió charlando animadamente, intercambiando historias y risas mientras esperaban sus comidas. Juanjo y Martin, sentados uno al lado del otro, intercambiaban miradas furtivas y sonrisas tímidas, sintiendo una conexión especial que iba más allá de las palabras.

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