Cap 7.

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Chiara ajustó el espejo retrovisor y miró a sus amigos sentados en los asientos traseros. La noche prometía ser épica, y todos estaban de buen humor. Ruslana, con su cabello rojo planchado a la perfección, estaba cantando suavemente una canción que apenas se escuchaba por encima del ruido del motor. Martin, a su lado, estaba revisando algo en su teléfono, probablemente seleccionando la siguiente canción para el viaje.

—Guys, this night it's going to be amazing —dijo Chiara con una sonrisa amplia mientras giraba en una calle concurrida.

Ruslana dejó de cantar y miró a Chiara por el espejo retrovisor.

—Sí, hace tiempo que no salimos todos juntos —dijo Ruslana, que finalmente había decidido asistir tras mucha insistencia de sus amigos.

Martin levantó la vista del teléfono y asintió con entusiasmo.

—Recuerdo aquella vez en la fiesta de cumpleaños de Alex... —comenzó a decir, pero fue interrumpido por las risas de sus amigas.

—¿Te refieres a cuando terminaste sin ropa en la piscina? —se burló Chiara.

Martin se rió y asintió.

—Exacto, esa noche fue increíble, pero esta noche va a ser aún mejor, lo presiento.

Chiara encendió la radio y, como si el universo conspirara a su favor, empezó a sonar "New York" de Bad Gyal. Sin pensarlo dos veces, los tres empezaron a cantar a todo pulmón, llenando el coche con sus voces y risas.

Bad Gyal
De Barcelona a Nueva York, la que vende todo
De Barcelona a Nueva York, no queda na'
Fumamo' adentro, nos da igual
Quemandono' el hash, ya sabes cómo es, cómo va (pussy que mana)

Tú sales en la tele mientras doy otro show
Tu cara en Spotify y yo de bolo en Japón
No venden ni un ticket porque son del montón
Cuando voy pa' USA vendo todo en Nueva York
Cuando voy pa' USA vendo todo en Nueva York (cómo)
Cuando voy pa' USA vendo todo en Nueva York (en Nueva York, en Nueva York)
Cuando voy pa' USA vendo todo en Nueva York

En la discoteca, se ponen locos
Todos los nenes quieren invitarme a porros (ey, pásame el porro, tía)
En la discoteca, se ponen locos (locos)
No me hace falta, llevo tres gramos en el toto (Yo los llevo guarda'os en el short)

Se dirigían al club privado más prestigioso de la ciudad, habían acordado terminar allí la noche tras la victoria de sus amigos.

*****

El club privado al que llegaron estaba ubicado en una esquina discreta de la ciudad. Desde fuera, no parecía gran cosa, pero una vez dentro, el lujo del lugar era evidente. Luces de neón, sofás de terciopelo verdes, miles de espejos y mesas de cristal llenaban el espacio. La pista de baile, iluminada por luces multicolores, estaba en el centro, rodeada por una serie de reservados en la planta superior.

Chiara, Ruslana y Martin subieron al reservado donde el resto de sus amigos ya los esperaban. Denna y Alex estaban sentados en uno de los sofás, charlando animadamente. En el fondo, se podía ver a Lucas sirviéndose una bebida.

—¡Hi! —saludó Chiara mientras se unía al grupo.

—Hola, hola —respondió Denna, levantando su copa en señal de bienvenida.

Notaron la ausencia de Violeta y Juanjo, que habían ido a la barra de la pista a por bebidas para todos. Cuando regresaron, Martin y Juanjo intercambiaron miradas, pero ninguno se atrevió a acercarse al otro. Violeta, con su característico entusiasmo, le ofreció un mojito a Martin.

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