La memoria es el único paraíso del que no podemos ser expulsados.
(Jean Paul)Katerina caminaba por la urbanización con una sensación de extrañeza que no lograba sacudir. Desde el incidente en la fiesta de la casa Smidr, su percepción del lugar había cambiado drásticamente. Las calles tranquilas y las casas elegantes, que antes consideraba un símbolo de exclusividad, ahora parecían ocultar algo más profundo y misterioso. Cada rostro que veía, cada mirada que encontraba, la hacía preguntarse si esa persona era realmente humana o si, como Eldur, escondía una naturaleza diferente.
El conocimiento reciente de los asedrians había levantado un velo que antes cubría su realidad, y ahora todo le parecía sospechoso. ¿Cuántos más como Eldur y Brian vivían aquí? ¿Cuántos conocían su secreto? Y lo más inquietante de todo, ¿qué pasaría con ella?
El tema del borrado de memoria era lo que más la angustiaba. Sabía que, si alguien decidía que era una amenaza o un riesgo, su memoria podría ser alterada, borrando todo lo que había aprendido sobre los asedrians, y quizás, todo lo que sentía por Eldur. La idea de perder esos recuerdos, de perder una parte de sí misma, la llenaba de terror.
Lo que la hacía preguntarse: ¿Había ocurrido alguna vez? Estuvo con Brian tres años, no tenía recuerdos de todo, ¿era por el paso del tiempo o porque había visto algo que le habían hecho olvidar? Brian era perfectamente capaz de haberle hecho borrar la memoria; a él no le importaba Kat, y las consecuencias le hubiesen dado igual.
Sin darse cuenta, sus pasos la llevaron hasta un pequeño templo, uno que nunca había notado antes. La estructura era modesta, casi discreta, escondida entre los árboles y adornada con símbolos que le resultaban vagamente familiares. Katerina, impulsada por una mezcla de curiosidad y necesidad de respuestas, decidió entrar.
El interior del templo era sereno y silencioso, con una atmósfera que invitaba a la reflexión. Había velas encendidas y un suave aroma a incienso flotaba en el aire. A medida que avanzaba, sintió una presencia tranquila y reconfortante.
―Es pronto para encontrar a alguien aquí –dijo una voz femenina, suave pero segura.
Katerina se giró y vio a una mujer de mediana edad, con una expresión amable y ojos que irradiaban sabiduría. La reconocía, aunque no por su nombre: la había visto ocho años antes, en el funeral de Ingrid Smidr. De cerca, era aún más guapa, y los años no parecían haber pasado para ella. Llevaba un vestido vaporoso naranja con detalles dorados, de cuello caja y que dejaba los brazos desnudos, mostrando unas marcas doradas que parecían brillar con la luz de las velas. Katerina no supo distinguir si eran marcas hechas con tinta, o si estaban tatuadas en su piel.
―Lo siento, no quería molestar –respondió Katerina, sintiéndose un poco fuera de lugar.
―No te preocupes, este es un lugar para todos los que buscan paz y claridad –dijo Miranda con una sonrisa–. Soy Miranda Girgenti. ¿Tú eres...?
―Katerina Delorien.
―Ah, la famosa Katerina –replicó Miranda, con un tono que sugería más conocimiento de lo que decía–. He oído mucho sobre ti, últimamente –Katerina se sintió de repente expuesta. ¿Qué sabía Miranda? ¿Qué había escuchado? ¿Quién era realmente esta mujer? –¿Te sientes cómoda aquí?
―No lo sé –admitió Katerina, sorprendida por su propia sinceridad–. Todo esto es tan nuevo y... confuso para mí. Apenas estoy comenzando a entenderlo.
―Los cambios pueden ser abrumadores –dijo Miranda con comprensión–.
Especialmente cuando te encuentras entre dos mundos, tratando de encontrar tu lugar.
―Es exactamente eso –dijo Katerina, mirando sus manos–. No sé qué esperar. Y el tema del borrado de memoria... me aterra.
Miranda asintió, con una expresión seria.
―Entiendo tu preocupación. Pero debes saber que el borrado de memoria es solo para proteger nuestra cultura e identidad... No es algo personal, ni algo que vaya contra ti. Algunos aun se aferran a creer en la transparencia y en el derecho de las personas a conocer la verdad, aunque esa es una verdad difícil de manejar. Para nosotros, es un Salto de Fe, y lamentablemente, la historia nos ha mostrado que nos equivocamos a menudo. Y las consecuencias son devastadoras.
―Pero... –Katerina vaciló, buscando las palabras–, ¿y si quiero recordar? ¿Y si no quiero olvidar todo esto?
Miranda la miró con una expresión de compasión.
―Ese es el dilema, ¿verdad? –dijo suavemente–. No es una decisión que tomemos a la ligera, por muchos que hagan parecer que sí. Cada caso es único, y se considera cuidadosamente. Pero a veces, la seguridad de muchos depende de mantener ciertas cosas en secreto.
―¿Y qué pasa con Eldur? –preguntó–. ¿Cómo le afecta todo esto?
Miranda esperó unos segundos antes de responder, observando a Katerina atentamente. Esas últimas preguntas, en las que Katerina no se centraba solo en sí misma, sino que mostraba preocupación por alguien más en la comunidad, le hicieron ver algo más en ella. Katerina no estaba pensando solo en su propia situación, sino en el impacto que todo esto podría tener en Eldur y los demás.
―Eldur tiene un papel importante en nuestra comunidad –respondió Miranda–. Es joven, pero su futuro está lleno de responsabilidades y desafíos. Nuestra cultura, nuestras tradiciones, dependen de personas como él para continuar. Pero también es cierto que los jóvenes como él a menudo se sienten atrapados entre dos mundos, especialmente cuando crean lazos con personas que no comparten su herencia.
―¿Está en peligro por lo que ha hecho? –preguntó Katerina, su preocupación evidente.
―Eldur es valioso para nosotros, y queremos lo mejor para él. Pero sí, su situación se complica cuando nuestras reglas son desafiadas. Tu conexión con él es algo que debe manejarse con cuidado. No es solo una cuestión de seguridad para nosotros, sino también de protegerte a ti y a tu autonomía.
Katerina asintió lentamente, comprendiendo la complejidad de la situación. Sabía que estaba caminando por una línea delicada, pero su determinación no flaqueaba.
―No quiero ser una amenaza para vosotros, ni para él –dijo finalmente, después de tragar saliva con dificultad–. Es más importante una comunidad, toda una cultura... que yo misma. Tengo un trabajo importante, pero es el trabajo de toda una vida. Si pierdo una parte de la memoria... puedo recuperarla. Si se decide mi borrado de memoria... lo entenderé. –Su voz se rompió al decir esto último, y las lágrimas empezaron a caer por sus mejillas. Ni siquiera ella se lo esperaba, y se sorprendió por su propia reacción–. Lo siento, es que... Supongo que también perderé mi relación con Eldur, y... No sé qué me pasa... Perdone, de verdad.
Miranda la observó con una mezcla de compasión y curiosidad. Había algo en Katerina, una sinceridad y una vulnerabilidad que no se encontraba fácilmente. Esta reacción emocional y su disposición a poner el bien de los demás por encima del suyo propio le hablaban de una conexión más profunda, algo que quizás ni Katerina comprendía del todo.
―No tienes nada de qué disculparte, Katerina –dijo Miranda con suavidad, colocando una mano reconfortante en su hombro–. Es natural sentir miedo e incertidumbre en una situación como esta. Pero tu disposición a sacrificar tanto muestra una fortaleza admirable.
Katerina intentó sonreír a través de las lágrimas, pero la preocupación seguía pesando en su mente.
―Lo que sientes por Eldur, y él por ti, es importante. No lo ignores ni lo minimices. Pero también entiende que hay fuerzas más grandes en juego aquí, fuerzas que todos debemos respetar y navegar con cuidado.
Katerina asintió, tomando un respiro profundo para calmarse.
―Gracias, Señora Girgenti. Supongo que solo puedo esperar y ver cómo se desarrollan las cosas.
Miranda asintió, mirando a Katerina con una consideración renovada. Había visto muchas cosas en su vida, pero la genuina preocupación de Katerina por los demás, incluso frente a su propio miedo, la conmovió. Tal vez, pensó, había algo más en esta joven que merecía ser explorado.
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Saga Asedrian: El Legado de Atrivia - Libro 1
FantasyKaterina Delorien ha dejado atrás el dolor de una traición pasada y ha logrado destacar como científica gracias a su talento e inteligencia. Ahora, está lista para revolucionar el mundo de la biotecnología con sus innovadoras investigaciones. Sin em...