Capítulo 10

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El trabajo más productivo es el que sale de las manos de un hombre contento.
(Victor Pauchet)

Las dos semanas habían pasado en un abrir y cerrar de ojos desde la cena en casa de los Smidr. Y una semana des del beso con Eldur. Delorien Biotech, ahora bajo la influencia de Aurelia Corp., estaba en medio de una transformación radical. La compañía había trasladado sus operaciones a un nuevo laboratorio mucho más grande dentro del mismo parque tecnológico, repleto de equipos de última generación y con un flujo constante de expertos en diversas áreas. La actividad era frenética, con cada rincón del nuevo espacio dedicado a preparar el terreno para las pruebas definitivas de los nanorobots.

Katerina Delorien había pasado de compartir una oficina pequeña a tener un despacho para ella sola, con su placa de "Directora de Investigación" en la puerta. Era un cambio significativo, y aunque aún estaba ajustándose a la magnitud de la transformación, no podía negar que tener un espacio propio le había mejorado la existencia. Se sentía más enfocada y en control, aunque el ritmo de trabajo seguía siendo exigente.

Mientras Katerina revisaba un informe, Elise Caldwell, la jefa del equipo de integración de Aurelia Corp., entró con una presencia imponente y un maletín bajo el brazo. La entrada de Elise, con su postura erguida y su mirada decidida, marcaba una clara señal de la importancia de la reunión que estaba a punto de tener lugar.

―Señorita Delorien, necesitamos hablar sobre el estado de las instalaciones –dijo Caldwell, con un tono que dejaba claro que no había tiempo que perder.

Katerina se levantó de su silla y saludó a Elise con una sonrisa cordial.

―Claro, ¿Qué novedades traes?

Elise dejó caer el maletín en la mesa y sacó una serie de documentos.

―He revisado los informes preliminares de los nuevos equipos y las actualizaciones en las instalaciones. Estoy impresionada con la rapidez con la que se han integrado los cambios, pero necesitamos discutir algunos puntos críticos antes de proceder con las pruebas definitivas.

―Perfecto. Dime, ¿cuáles son esos puntos críticos? –Le costaba seguirle el ritmo a la forma de hablar de Caldwell; la última vez que le había oído hablar de un "punto crítico" era en relación a dónde colocar la pantalla del ordenador para las analíticas.

Las dos se sentaron, quedando frente a frente y Caldwell desplegó los documentos sobre la mesa.

―En primer lugar, debemos asegurarnos de que todos los protocolos de seguridad estén completamente en su lugar. Las pruebas que realizaremos con los nanorobots son altamente sensibles y requieren un entorno controlado. He notado algunas áreas donde necesitamos ajustes adicionales para garantizar la máxima seguridad.

―Entiendo. Nuestro equipo está trabajando en esos ajustes. ¿Algo más que debamos considerar?

―Sí –dijo, ajustándose las gafas–. La contratación de nuevo personal ha sido un éxito, pero debemos evaluar la integración de estos nuevos miembros en el equipo actual. La colaboración entre nuestros especialistas y los de Delorien debe ser fluida. Es crucial para el éxito de las pruebas.

―Estamos en eso. Han comenzado a trabajar juntos y hasta ahora parece que están haciendo un buen trabajo. Aunque, claro, siempre hay desafíos con la integración de nuevos equipos.

Mientras las dos discutían los detalles técnicos, la puerta se abrió nuevamente, y entró un joven con un aire de entusiasmo. Era Max Jennings, ingeniero de Aurelia Corp.

―Disculpen la interrupción, pero tengo algunas actualizaciones importantes sobre los nanorobots–anunció Max, con un brillo en los ojos.

―¿Ya? –preguntó una sorprendida Kat, en el anterior laboratorio y siendo los pocos que eran, los avances eran lentos y engorrosos, aquí parecía que estuvieran haciendo saltos de tiempo de tres en tres.

Max se acercó a la mesa y dejó la tablet encima, para que vieran una serie de imágenes y gráficos en la pantalla.

―Sí, hemos realizado algunas mejoras significativas en los prototipos. Los nuevos modelos tienen una capacidad de procesamiento mucho mayor y una duración de batería extendida. Además, hemos optimizado el sistema de comunicación entre los nanorobots y con los sistemas externos.

Katerina observó los gráficos con atención, su interés claramente captado.

―Eso suena prometedor. ¿Qué impacto esperas que tenga esto en las pruebas?

―Con estas mejoras, esperamos una integración mucho más eficiente con los tejidos biológicos –respondió sonriendo, entusiasmado–. Los nanorobots deberían funcionar con una precisión mucho mayor, lo que podría acelerar nuestras pruebas y dar resultados más precisos.

―Esto es excelente. Asegurémonos de que estos nuevos prototipos estén listos para las pruebas. La primera ronda está programada para la próxima semana. –Kat miró también a Cadwell, y a Max–. –Gracias por estas actualizaciones. Aprecio mucho el esfuerzo que ambos estáis poniendo en esto. Asegurémonos de que todo esté en orden antes de la fecha de la prueba.

―Por supuesto –dijo Cadwell, levantándose de su silla–. Haremos todo lo necesario para asegurar el éxito de estas pruebas.

Max asintió, y ambos se despidieron antes de salir del despacho de Katerina. Sin embargo, no tuvo mucho tiempo de soledad, momento en el que hubiera aprovechado para contestar un mensaje a Eldur, ya que Lucas Kim entró en el despacho. Se veía un poco agitado y tenía una expresión de preocupación en su rostro. Al ver la cara que traía, Katerina dejó su teléfono en su cajón para poder atender a Lucas.

―¿Podemos hablar un momento?

―Claro, Lucas. ¿Qué sucede?

Lucas se acercó a la mesa y se sentó, dejándose caer pesadamente.

―Entiendo que los avances son prometedores, pero no puedo evitar sentirme un poco incómodo con la rapidez con la que estamos avanzando. La integración de tanto personal nuevo y el ritmo acelerado de los cambios me preocupan.

―¿Te preocupa la capacidad del equipo para adaptarse? –preguntó Katerina, intentando entender la raíz de su inquietud.

―Sí, exactamente –dijo Lucas, pasando una mano por su cabello–. Creo que estamos haciendo un gran progreso, pero me temo que podríamos estar apresurándonos. Los detalles más finos podrían pasarse por alto en esta carrera para cumplir con los plazos. Y no es solo eso –continuó Lucas–. Es que, con toda esta gente nueva, la dinámica del equipo ha cambiado bastante. Nosotros llevamos tiempo trabajando en este proyecto, y ahora estamos lidiando con la integración de nuevos miembros que no conocen todos los matices de nuestro trabajo.

Kat asintió, reconociendo la validez de las preocupaciones de Lucas.

―Tienes razón. La integración de nuevos miembros puede ser un desafío. Asegurémonos de que todos estén bien informados y que podamos mantener un equilibrio entre el progreso rápido y la precisión en los detalles.

―Gracias. Me aseguraré de comunicar cualquier problema que vea. Solo quiero asegurarme de que no pasemos por alto nada importante.

Con las preocupaciones de Lucas reconocidas y una clara intención de abordar cualquier problema, Katerina sintió un renovado sentido de responsabilidad. Sabía que, mientras los avances eran emocionantes, era igualmente importante mantener la calidad y la cohesión del equipo.

―No vamos a permitir que el cumplimiento de los plazos nos haga olvidar la seguridad del proyecto, y no vamos a dejar de tratarlo con el mimo y el cariño que le hemos puesto. Los cuatro: Tú, Laurel y Paul nos hemos dejado la piel en esto. Vamos a seguir de cerca cada aspecto del proyecto. La próxima semana será crucial, así que necesitamos estar completamente preparados –dijo Katerina, con una expresión de determinación.

Lucas asintió, con una sonrisa de alivio.

―Estoy contigo en eso. Gracias por escucharme.

Mientras Lucas se dirigía a su estación de trabajo, Katerina se sintió aliviada al ver que se estaban tomando en cuenta todos los aspectos del proyecto, tanto los avances como las posibles inquietudes.

La atmósfera en el laboratorio seguía siendo de alta energía y expectación. El futuro de Delorien Biotech estaba lleno de posibilidades, y cada miembro del equipo estaba comprometido a asegurarse de que cada paso se diera con cuidado y precisión.

Saga Asedrian: El Legado de Atrivia - Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora