51 años atrás: La ambición del Poder

4 2 0
                                    

La mansión Westwood estaba en penumbra, iluminada solo por el resplandor tenue de las lámparas de aceite. Violet, aún muy joven, se movía sigilosamente por los pasillos, su mente arremolinada con pensamientos oscuros y ambiciones profundas. Había oído rumores de un documento escondido en la biblioteca, uno que contenía secretos sobre el poder de los asedrians, y había decidido descubrir la verdad por sí misma.

Al llegar a la biblioteca, su mirada se posó en una estantería particular, una que su padre siempre mantenía cerrada. Con manos temblorosas, forzó la cerradura y encontró un compartimento oculto. Dentro, un antiguo manuscrito envuelto en terciopelo aguardaba.

El manuscrito revelaba un ritual que prometía un poder absoluto, pero a un precio terrible: la sangre de un humano con herencia asedrian debía ser derramada. Este tipo de humano, aunque incapaz de transformarse, llevaba en su sangre una esencia especial que lo conectaba con los asedrians, convirtiéndolo en un ser admirado y naturalmente atraído por ellos. Según el manuscrito, esta sangre era extremadamente rara y valiosa, resultado de antiguos enlaces entre humanos y asedrians.

Mientras Violet absorbía la información, se abrió la puerta de la biblioteca. Su hermana menor, Charlotte, entró con cautela.

―¿Qué estás haciendo, Vi? –preguntó Charlotte, con curiosidad y algo de miedo en su voz.

―Estoy descubriendo lo que se necesita para proteger a nuestra familia –respondió, con determinación pero también con una sonrisa que no alcanzó sus ojos.

Charlotte se acercó curiosa, leyendo algunas líneas del manuscrito. Sus ojos se ensancharon de horror.

―¡Esto es monstruoso! No puedes estar pensando en hacer esto... –susurró, retrocediendo.

―No seas cría. Padre siempre se arrepiente de haber hecho el pacto de paz con el resto de Dominantes... Eso es porque es débil y sabe que no podría controlar toda la comunidad él solo. Pero si tuviéramos este poder...

―Si tuviéramos este poder nos volveríamos unos seres corruptos. –Le recordó Charlotte, frunciendo el ceño–. Además, ni siquiera sabes quiénes son este tipo de humanos... Bueno, ni siquiera sabes si eso es real, seguramente sea una leyenda para tener entretenidos a los asedrians ambiciosos de poder, como tú –replicó con sorna.

Violet la miró frunciendo el ceño y cerró el manuscrito y la estantería, quedándose ella con aquellas páginas.

―Es cuestión de buscarlo. Si no fuera importante, padre no lo tendría en esta estantería. Y además, ¿qué hacen unos humanos con este poder? De existir, deberían ser eliminados.

―Si por ti fuera, eliminarías a todos los humanos. Pero madre dice que no podríamos existir sin ellos.

―Madre es otra inocente y débil. –Violet respondió con dureza, con sus palabras llenas de desdén–. No entiende que el poder es lo único que importa en este mundo.

―Madre siempre dice que los humanos son la fuente de nuestra conexión con el mundo. Sin ellos, perderíamos la empatía, la creatividad y la capacidad de entendernos entre nosotros. Dice que necesitamos mantener esa conexión para no convertirnos en monstruos...

–Siguió a Violet, mientras ella ya caminaba hacia la salida de la biblioteca, le costaba seguirle el ritmo debido a la diferencia de edad y de altura–. Y creo que tiene razón.

―¿Empatía? ¿Creatividad? Esas son debilidades, Charlie. Lo que necesitamos es fuerza, control. Imagínate lo que podríamos lograr si no tuviéramos que preocuparnos por escondernos de los humanos.

―Ese no es el camino, Vi. Te estás obsesionando con el poder, y eso solo nos llevará a la ruina.

Violet se volvió hacia Charlotte, sus ojos destellando de una intensidad fría.

―Ethan. –Uno de sus hermanos mayores y que ya había mostrado que era un Dominante–. Entiende la necesidad de cambio. Sabe que no podemos seguir siendo meros observadores en este mundo. Juntos, lideraremos a los asedrians hacia un futuro donde no tengamos que escondernos. Pero para eso, necesitamos el poder que este ritual puede darnos.

Charlotte se estremeció al escuchar el nombre de su hermano mayor. Ethan siempre había sido ambicioso, pero nunca había imaginado que pudiera alinearse tan estrechamente con las ideas de Violet. Con el corazón apesadumbrado, dio un paso atrás.

―No puedes hacer esto, Vi. No destruyas lo que madre, padre y el resto de Dominantes han construido. Se vive bien en Atrivia, nosotros y otros asedrians somos felices aquí.

―No te metas en mi camino, hermana. Porque nada ni nadie va a detenerme.

Charlotte, sintiendo que ya no podía llegar a Violet, se había perdido en la vorágine del poder y de la ambición... Un lugar tentador para los asedrians Dominantes, pero el hecho que Violet no hubiese mostrado todavía las Marcas y ya estuviera comportándose como una la hacía todavía más peligrosa.

Saga Asedrian: El Legado de Atrivia - Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora