1 - El fin de una búsqueda

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María llegó a casa sintiéndose un poco tensa después de un día más de trabajo duro en la platería. Puso las llaves en la mesa de café, se quitó los zapatos y suspiró antes de sentarse en el sofá. Estaba acostumbrada a la soledad de su casa, esa era su realidad desde hace muchos años, ningún empleado se quedaba em la casa por la noche, pero ese día se sentía un poco agobiante.

Miró el reloj, había todavía 40 minutos para la hora que Luciano había quedado  llegar. Decidió ir a darse una ducha para calmar un poco la tensión. ¿Qué noticias le tenía Luciano? ¿Sería lo que esperaba? Era mejor no pensar. Las expectativas ya no formaban parte de su personalidad después de tantas decepciones y engaños con la vida y con las personas. Ser optimista no formaba parte de ella, aunque la esperanza de recibir "aquella" noticia era algo que no podía evitar, la mantenía viva.

De camino hacia su habitación sonó el teléfono, era Camila:

_ Hola, Camila, ¿cómo estás?

_ Yo, bién. ¿Qué estás haciendo? – Interrogó siempre muy directa.

_ En este momento me voy a dar un baño, acabo de llegar a la casa. ¿Por qué?

_ Tengo que hablar contigo, vamonos a cenar a nuestro restaurante favorito, amiga?

_ Hoy no puedo, lo siento. Viene Luciano, dijo que tiene algo importante que decirme.

_ Ah, y es esta la razón para que no salgas conmigo? Lo importante que Luciano tiene que decirte es lo mismo de siempre. Que te quiere, que desea una oportunidad contigo, que le pareces hermosa, maravillosa, increíble, que haría cualquier cosa con tal de tener tu amor. Y le vas a dar la misma respuesta de siempre: "Lo siento Luciano en mi vida ya no hay lugar para el amor", sin olvidar el tono dramático que siempre le pones a esa frase. Por favor, ven a cenar conmigo, María?

_ Estás loca, no es nada de eso! _ María esbozó una sonrisa que no podía ser completa por la tensión del momento. _ Luciano me dijo que descubrió algo muy importante sobre esa historia que nadie mejor que tú conoces muy bien. – En ese instante miró hacia abajo, la gravedad de ese asunto la consumía.

_ Ah este... – Camila también se preocupó – ¿Entonces, quieres que vaya a tu casa?

_ No Camila, no hace falta. Siento que esta será una larga conversación. Ya sabes que soy muy práctica, pero algo dentro de mí me dice que Luciano me dirá algo definitivo hoy, es como un presentimiento de que me dará alguna respuesta de lo que siempre he buscado.

_ Estás segura, María? Yo sé que no hay en el mundo ninguna persona independiente como tú, pero yo soy tu amiga y conmigo, no tienes que fingir nada, ya sabes.

_ Estoy segura. Y sé que vas a intuir el momento en que la conversación se termine y me vas a llamar para saberlo todo. Tu apoyo es siempre bienvenido, también lo sabes, ¿verdad?. Voy a tomar mi ducha y luego también quiero saber qué es eso tan importante que tienes que decirme.

_ Está bien, sólo te perdono no aceptar mi invitación porque es realmente importante. Pero mañana almorzaremos juntas, no te escaparás de mí! Besos!

_ Besos, Camila!

***

Esteban llegó a la casa cansado, ya casi eran las 8. Era raro que llegara tan tarde, le gustaba pasar todo el tiempo posible con sus hijos y las noches eran cuando más tiempo pasaban juntos. La verdad es que desde que se murió su esposa, su vida era bastante vacía, si no fuera por sus hijos...

No es que su vida haya estado completa junto a Consuelo, lo único bueno de ese matrimonio eran Héctor y Estrella, su pequeña princesa, y esto lo tenía muy claro. Por eso nunca se volvió a casar después de la muerte de la madre de sus hijos. Los pocos años que pasó casado con Consuelo, a quién se unió después de la decepción con María gracias a las presiones de Consuelo y de su tía Alba, fueron insoportables. Nunca la había amado y obviamente no pudo hacerla feliz. Por otra parte, Consuelo no era una persona fácil com quién convivir. Recordó que ella estaba obsesionada con la memoria de María, siempre quería saber si estaba pensando en ella, si había algo en su vida que le hiciera recordarla. Y él no quería y no podía ser honesto con ella y decirle que absolutamente todo en el mundo que le recordaba a María.

Innegable VinculoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora