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Pasaron alrededor de 13 minutos y finalmente los golpes se detuvieron, el pecoso trataba de respirar con mucha dificultad pero de pronto una sensación de picazón en la garganta lo invadió y empezó a toser fuertemente mientras luchaba por tomar un poco de aire.

Bakugo: ¡Maldito estúpido! - Pateando fuertemente su estómago - ¡Limpialo en este jodido momento! - Gritaba furioso.

Después de esa patada sentía que estaba a punto de morir, trataba de respirar con todas sus fuerzas pero simplemente no podía, lentamente su vista comenzó a nublarse, estaba a punto de perder la conciencia hasta que un golpe en el rostro lo trajo de vuelta a la cruda realidad, mientras recuperaba la vista comenzó a escuchar un ruido muy agudo, parecía que estaba aturdido aunque solo bastaron unos segundos para volver a escuchar con total normalidad.

Bakugo: ¿¡Creíste que te permitiría desmayarte!? Idiota - Sosteniendolo de aquellos mechones verdes - ¡Te dije que lo limpiaras! - Mostrando su zapato con una mancha de sangre.

Izuku estaba muy desorientado por la paliza que acababa de recibir, apenas lo había notado pero todo indicaba que la tos de antes estaba acompañada de aquél peculiar líquido rojo, en ese momento decidió voltear a un costado para encontrarse con una carnicería.
Sus ojos no daban crédito a lo que veía y es que todo el suelo estaba manchado de sangre mientras que la pared tenía algunas salpicaduras de ésta.

Bakugo: ¿¡Acaso eres sordo!? Estúpido nerd - Esperando a que le limpiara el zapato.

Humillado y sin más opción tuvo que acceder a la petición del cenizo quien veía toda la escena con satisfacción.
Lentamente posicionó su brazo en el zapato y quitó la sangre con éste pero algo llamó su atención, había una parte, o más bien, una gran parte de su brazo cubierta de sangre, inmediatamente dirigió su mirada a sí mismo y notó que toda su ropa estaba manchada con este líquido rojo.
Una expresión de angustia y miedo se formó en su rostro mientras intentaba asimilar lo que estaba ocurriendo.

Bakugo: Te lo advertí - Viendo su reacción con una sonrísa - Espero que eso te sirva de lección - Tomando a Izuku de las muñecas.

Comenzó a arrastrarlo hacia la cama una vez más pero el peliverde aún no se daba por vencido, trató de ponerse de pie pero simplemente no podía, cada parte de su cuerpo dolía horrible.

Izuku: ¡S-Suelt-tam-me! - Decía débilmente pero furioso - ¡Déj-jame ir! - Haciendo intentos inútiles por soltarse del agarre de Bakugo.

El cenizo solo se limitó a burlarse mientras lanzaba al pecoso a la cama, seguido de esto se posicionó sobre el peliverde mientras colocaba cada brazo del pecoso en su lado correspondiente para sujetarlo de las muñecas que se encontraban posicionadas a la altura de su cabeza.
Después de eso y por segunda ocasión intento unir sus labios en un beso pero nuevamente el pecoso trató de evitarlo moviendo su cabeza, sin duda era increíble la resistencia que tenía, cualquier otra persona estaría al borde de la muerte después de una golpiza como esa.

Esta vez Bakugo aprovechó esos movimientos a su favor para comenzar a dejar marcas en el cuello del pecoso, después de todo el collar de metal no estaba tan grande como para impedirlo, al sentir eso Izuku comenzó a experimentar una profunda rabia por todo lo que estaba haciendo el cenizo, impotencia porque ni siquiera podía defenderse y sobre todo asco.

Izuku: ¡B-Basta! ¡Det-tente! - Decía con una mezcla de rabia y desesperación mientras forcejeaba.

No podía hablar con normalidad debido a su estado pero estaba dando su mejor esfuerzo para articular palabras completas.
Bakugo ignoró a Izuku, no tenía intención de detenerse, cada vez mordía y succionaba el cuello del menor con más fuerza al punto de comenzar a dejar marcas moradas.

Izuku: ¡Ugh! ¡Eres repugnante! - Gritaba furioso y angustiado mientras algunas lágrimas amenazaban con salir.

Bakugo: ¿Repugnante? Pero si esto es una pequeña bienvenida - Burlándose del peliverde.

Ahora se encontraba al borde del llanto pues parecía que Bakugo no se detendría por nada del mundo y eso le preocupaba, sin duda era una sensación horrible, una sensación tan repulsiva, una sensación tan humillante.

El cenizo lo tomó por la mandíbula y la apretó fuertemente para evitar que se moviera y de esta manera pudo besarlo una vez más pero Izuku seguía poniendo resistencia no quería doblegarse ni mucho menos ceder ante las peticiones de Bakugo, prefería ser masacrado a golpes una vez más antes que obedecer a ese desgraciado.

Mientras el cenizo lo besaba Izuku mordió su labio violentamente como acto de rebeldía causando que Bakugo se separa en un rápido movimiento.

Bakugo: ¡Ahh! - Quejándose - ¿!Qué mierda te pasa!? - Pasando una mano por sus labios para quitar la sangre.

En un rápido momento Izuku analizó la situación para darse cuenta que no tenía sentido defenderse por dos razones, la primera es porque estaba encadenado así que no importaba lo que hiciera, simplemente no podía escapar sin una llave. La segunda razón es que solo estaba haciendo enojar a Bakugo y eso solo significaba que le iría peor cosa que ya había comprobado con la paliza que había recibido hace unos minutos.

Realmente odiaba la idea de dejar de luchar con Bakugo porque eso significaba que le daría lo que quería, sin duda trataría de evitarlo a toda costa, además ¿Quién no se defendería ante una situación como esta?
Por otro lado dejar de luchar implicaría sufrir menos daño físico porque si no se resistía no habría más violencia.

Dejó eso de lado y rapidamente pensó que su única y última opción era encontrar aquella llave, si tenía buena suerte entonces el cenizo la tenía en el bolsillo ya que no había un sitio en aquella habitación donde pudiera estar pero también debía considerar que no estaba lidiando con cualquier persona, sabía que el cenizo era inteligente pero de igual manera debía agotar su última posibilidad.
Fue de esta manera que aprovechó que ahora tenía una mano libre y golpeó a Bakugo en el rostro, rápidamente comenzó a tocar el pantalón del cenizo  desesperadamente con la intención de encontrar aquella llave pero toda ilusión comenzó a desaparecer al darse cuenta que no tenía absolutamente nada.

Por otro lado Bakugo sabía que eso podría suceder, sabía que Izuku buscaría hasta la más mínima alternativa para poder escapar, eso por eso que tomó algunas precauciones y calculó todo perfectamente.

Bakugo: ¿En verdad creíste que la tendría? - Sujetandolo de nuevo - ¿Crees que soy tan estúpido? - Decía molesto.

Izuku: ¡Déjame ir! - Ignorando al cenizo.

Bakugo: ¡Yo doy las malditas ordenes así que cierra la boca! - Apretando el agarre.

Izuku: ¡No quiero estar aquí! - Tratando de liberarse del agarre.

Bakugo: ¡Dije que cierres la maldita boca! - Clavando su mirada en los ojos del pecoso.

Izuku: ¡Suéltame ahora! - Gritaba con una mezcla de desesperación, angustia y enojo.

Bakugo: Jajaja - Comenzo a reír intencionalmente - Eso no depende de ti, idiota - Decía en un tono burlón.

¿Acaso no se estaba imponiendo lo suficiente para hacer lo que le estaba ordenando? El tiempo estaba pasando y aún no llegaba a donde quería, sin duda esto estaba tardando más de lo esperado así que decidió continuar con sus planes, esta vez le traería una sorpresa al peliverde.

Bakugo: Acabaste con mi jodida paciencia - Levantándose de la cama para después salir de la habitación.








Fin del capítulo.

¡Detente, Kacchan!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora