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Habían pasado tres meses desde que se enteraron que serían padres y sus vidas habían dado un giro de trescientos sesenta grados.

Nadie podía negar que ambos estaban más que felices, emocionados e ilusionados.

Heeseung incluso había comprado un libro que Jongseong le recomendó "el primer viaje de un padre alfa". Básicamente una guía de como cuidar a un omega en cinta sin morir en el intento y la verdad era que estaba sirviendo bastante, Sunghoon se veía muy contento con todas sus atenciones.

Él quería ser un buen padre y lo sería desde que su cachorro estuviera gestándose. Hacerle saber que estaba ahí y no dejar que Sunghoon pasara por todo solo.

Heeseung le había ordenado a Sunghoon que no iba ir a trabajar más, no era necesario, él le podía dar todo lo que necesitara pero Sunghoon era terco así que ahora trabajaba desde casa en la computadora.

Además de que el chisme de que el secretario omega había sido preñado por su jefe no era un chisme que los demás secretarios quisieran sacar de su boca.

Estaban muy emocionados por su retoñito que ya había comenzado a hacerse notar hace unas semanas. Era muy poco notorio tanto que al principio se preocuparon por eso pero el doctor dijo que era completamente normal debido a que era el primer embarazo de Sunghoon y a lo delgado que estaba.

Sunghoon él... Estaba espléndido.

A los ojos de Heeseung estaba cada día más divino, no cabía duda que el brillo de la maternidad era real. Se veía tan bello y lleno de vida, su aroma tan dulce mezclado con el aroma a leche y ni hablar de sus tetitas que se habían comenzado a hinchar también.

Heeseung se moría por tocarlas, por probarlas, por tener aunque sea una probada de su dulce leche, pero eso sería tan inapropiado... Y eso era porque él y Sunghoon aún no eran una pareja oficial.

Claro que esto tenía más que estresado a Heeseung porque él no podía esperar a poner su marca en su cuello y reclamarlo completamente como suyo pero había un muy grande problema.

Tal vez estaba un poco muy inseguro acerca de los sentimientos de Sunghoon hacia él.

Sunghoon parecía a gusto y cómodo cuando estaban juntos pero... Había veces en las que se comportaba tan extraño.

Y no solo eso sino que también a veces llegaba con el aroma de otro alfa.

Esto enloquecía al alfa de Heeseung, tenía tantas ganas de preguntarle con quién había estado, a dónde había ido.

Pero no podía, no eran nada aún, no tenía derecho a reclamarle nada.

El hecho de pensar que Sunghoon en realidad gustaba de otro alfa le ponía los pelos de punta.

A pesar de todos sus miedos e inseguridades había tomado una decisión.

Y esa era declarsele a Sunghoon.

Ya no había vuelta atrás, había hecho una reservación para cenar en un muy bonito y costoso restaurante justo para el día de San Valentín (mañana). Si le iba bien, también pediría permiso para marcarlo esa misma noche.

No importaba si salía lastimado, si todo el dinero que había gastado acababa en la basura. Él ya no podía retener más todos esos sentimientos en su corazón que cada vez eran más difíciles de contener.

Prefería aceptar su rechazo a aceptar el hecho de que nunca intentó confesar sus sentimientos.

—Llegué— habló terminando su charla mental una vez pisó su departamento.

—Hola Hee— el dulce omega lo recibió con una hermosa sonrisa, estaba sentado en la sala de estar mientras leía un libro y acariciaba su vientre con delicadeza.

querer querernos [heehoon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora