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—¿Señor Lee?

Heeseung, quien se dirigía directamente a su auto, se detuvo abruptamente sin voltear. Ese alfa no lo dejaba en paz.

—Solo quería preguntarle cómo se encontraba Sunghoon. Desde el día del accidente, no he sabido nada de él.

Heeseung se giró lentamente, soltando un suspiro. Miró a Jaeyun de pies a cabeza, notando la preocupación que emanaba de él. ¿De verdad no habían tenido ningún contacto desde entonces?

—Él se encuentra bien, sigue decaído pero su herida ya está casi cicatrizada.

—De acuerdo, gracias señor.—El alfa agradeció y partió de su campo de visión.

Habían pasado seis meses desde que a Sunghoon se le habían abierto los puntos en la oficina.

Y la verdad era que las cosas habían mejorado.

Bueno, podrían estar peor.

Ambos dormían en la misma cama, al principio tomaban una distancia considerable hasta que Heeseung escuchó al omega sollozar bajito y no dudo en abrazarlo de la cintura con suma delicadeza.

Le susurró palabras de apoyo y agradecía que por fin Sunghoon estuviera sacando todo lo que había estado guardando de alguna manera.

Heeseung agradecía que Sunghoon quisiera derramar su dolor en su hombro.

Afortunadamente ya no insistió más en querer trabajar ni hacer algo por el estilo, simplemente permanecía en la cama, miraba la televisión y esa era su rutina de todos los días.

Era bien sabido que los medicamentos inhibidores de lactancia que tuvo que tomar después de la cirugía le provocaron somnolencia, náuseas y mareos. Por eso, Heeseung le permitía descansar. No obstante, ya había dejado de tomar esos medicamentos pues ya hace mucho que no producía leche y aún así seguía sin levantarse de la cama.

Incluso era difícil alimentarlo, cuando el alfa le tendía la comida en la habitación Sunghoon apenas y probaba bocado, Heeseung tuvo que convencerlo con el postulado de "nuestro cachorro querría que comieras, nuestro cachorrito te ama y quiere verte sano".

Esa era la única manera de hacer que Sunghoon comiera.

Heeseung lo convenció de salir hace un mes al centro comercial, dar una vuelta y distraerse. Sin embargo resultó desastroso, pues muchos cachorros bebés fueron percibidos por el omega y el llanto le ganó en pleno centro comercial.

Desde ese día ya no quiso salir.

Y Heeseung ya no sabía qué hacer.

Le había sugerido en un par de veces la posibilidad de asistir a terapia psicológica, pero Sunghoon se negaba rotundamente. No podía insistirle más, temía que Sunghoon interpretara su preocupación como un juicio, pensando que lo consideraba un loco que necesitaba ayuda. Eso podría romper la poca confianza que había entre ambos, avanzando un paso sólo para retroceder dos.

La noche siempre era la peor parte, siempre que llegaba la hora de dormir, le acompañaba el llanto de Sunghoon lleno de dolor y tristeza hasta quedarse dormido.

Heeseung sabía que era normal y agradecía que lo hiciera pero ya era demasiado tiempo.

Con el tiempo, su llanto comenzó a mezclarse con lamentos susurrando "¿por qué yo?", "¿por qué a mí?", "¿qué hice mal?", "por qué mi bebé ".

Mi bello ángel, no hiciste nada malo.

Heeseung lloró después de escucharlo en la ducha sintiéndose tan inútil por no poder hacer a Sunghoon ver lo bello de la vida a pesar de todo lo que había pasado.

querer querernos [heehoon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora