Stea ✨:
Nigel, no vengas a buscarme después de mi turno en la cafetería. Iré con Louis al casino. Te amo 💕
Yo:
Está bien, estrella. Pero cuando decidan volver del casino, avísenme. Llegaré en segundos. Diviértete, también te amo 💕
Frate Lou 💙:
Cuidare de Adam. Búscanos a las 2 am. Diviértete a donde sea que vayas. Te amo, brolis.
Yo:
De acuerdo, pequeña mierda. Tú también cuídate. Te amo.
Nigel sonrió y se puso un saco negro, completando su atuendo de dos piezas completamente negro. Tomó las llaves de su apartamento y subió a su Audi.
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Nigel tomó el vaso de vodka de la barra y abrochó su saco antes de dirigirse hacia las ruletas del Casino Royale.
En el camino, vislumbró a Harry sentado en una mesa de póker, con una mujer a su lado hablándole constantemente.
Desde el segundo piso, el dueño del casino, Le Chiffre, lo saludó. El rumano devolvió el saludo y tomó otro trago.
Con sus elegantes zapatos negros, Nigel se acercó a la mesa de póker, donde Harry y la mujer seguían conversando como si se conocieran de toda la vida.
Nigel normalmente no se metía con las personas con las que salía Louis, pero no iba a permitir que ilusionaran a su hermano para luego descubrir que estaban en una relación.
Decidido, Nigel se unió a la mesa y realizó una apuesta inicial.
"Algo ligero, 100 mil."
"Muy ligero." Harry levantó las cejas ante su apuesta y sonrió. La mujer a su lado hizo una mueca de disgusto.
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Un par de horas más tarde, la mujer decidió marcharse. Le dio a Harry un beso en la mejilla y se alejó, con su vestido rojo ceñido magníficamente a su cuerpo.
Nigel fingió tomarse un pequeño descanso de la ronda y, aprovechando la ausencia de la mujer, se acercó a Harry con un vaso lleno de vodka.
—Amigo, ¿te molesta si me siento junto a ti? —preguntó Nigel.
Harry dejó sus cartas a un lado, pasando esta jugada.
—Para nada —le sonrió a Nigel.
Nigel tomó asiento junto a él.
—Nigel Banyai —dijo, ofreciendo su mano.
—Harry Styles —respondió Harry, estrechándole la mano antes de tomar su propio vaso—. No te he visto por aquí antes, Nigel. ¿No eres de aquí?
—No frecuento este casino, pero conozco al dueño, es un hijo de puta tramposo—respondió Nigel mientras hacía su apuesta inicial, seguido por Harry—. Y no, no soy de aquí. Mi novio está haciendo su posgrado y lo estoy acompañando.
Harry sonrió.
—Encantador.
—¿Y tú, frecuentas este casino? —preguntó Nigel, iniciando una conversación casual mientras seguían jugando.
Para su desgracia, Harry fue sincero y, al parecer, soltero (por el momento), remarcó. La mujer con la que había hablado era una socia, y su ex-madrastra, frecuentaba mucho este casino y, maldita sea, Harry era encantador.
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—Este vino es el mejor —dijo Nigel, riendo y sintiéndose un poco ebrio mientras Harry tomaba asiento junto a él en la barra del casino.
