Louis despierta solo al día siguiente. El sol de la mañana entra a través de las cortinas, iluminando suavemente la habitación. Sus cabellos erizados se esparcen por la almohada que anteriormente había sido el pecho de Harry. Se revuelve entre las sábanas, moviendo su nariz y ronroneando cuando capta el aroma familiar de Harry. Suspira, decidido a seguir con su siesta.
Un dedito pequeño pincha su nariz, sacándolo de su ensueño.
"Lou."
"No estoy." Louis dice adormilado, sin abrir los ojos.
El dedito vuelve a su nariz con insistencia.
"Vuelva más tarde." Louis repite, girándose en la cama.
El dueño del dedito se ríe, despertando por completo a Louis. Al abrir los ojos, se encuentra despeinado y... desnudo.
"¡Ally!" Rápidamente se despierta y se cubre el cuerpo desnudo con las mantas blancas, su corazón latiendo con fuerza. No podía permitir que Ally lo viera así.
Ally se ríe y salta a la cama con la energía propia de un niño pequeño.
"Estás aquí." Sacude su cabeza, sus rizos rebotan alegremente. "¿Por qué?" Su boquita se arruga en una expresión de curiosidad.
"Dormí con papi anoche." Louis decide que es lo más sensato de decir, mientras mira la hora en su teléfono en la mesita de noche. 6:38 am.
"¿Qué haces despierto tan temprano?" Pincha la pancita de Ally, provocando que el pequeño se carcajee mientras intenta apartarlo.
"Papi y yo salimos a correr a esta hora. ¿Dónde está papi?" Ally dice, su respuesta agitada por la risa.
Louis lo sienta sobre sus rodillas, sintiendo el calor del pequeño cuerpo contra el suyo.
"No tengo idea. ¿Ya fuiste abajo?"
Ally niega con la cabeza, sacudiendo sus rizos. "Papi no me deja bajar solo. Puedo caer."
"Oh, cierto." Louis asiente, recordando las reglas de seguridad que Harry había mencionado. Puede que adore a los niños, pero aún no sabe todo sobre cuidarlos. "¿Vamos?"
"Sipi." Ally sonríe y pincha la nariz de Louis. "Eres muy bonito. Tus ojos son brillosos."
Louis se encuentra sonrojándose con fuerza antes de darse cuenta. Sonríe, acariciando la mejilla de Ally antes de levantarse con cuidado, asegurándose de que las mantas sigan cubriéndolo. Con Ally en brazos, se dirige hacia la puerta, preparado para enfrentar el día junto a su pequeño y encontrar a Harry.
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Al pasar el marco de la puerta de la cocina, un delicioso aroma inunda las fosas nasales de Louis y Ally.
"Son panqueques." Ally se ríe al reconocer el aroma, y su nariz se arruga de una forma adorable.
Hay una pequeña peca en su nariz. Sin pensarlo, Louis se inclina y deposita un beso en la zona.
Ally recibe el gesto encantado y afianza su agarre con sus bracitos al cuello de Louis, acurrucándose más cerca.
Louis sigue su camino y divisa a Harry de espaldas a ellos, moviéndose de un lado al otro en la cocina. Lleva puesto solo su pantalón de pijama, con el torso desnudo y la piel dorada a la luz de la mañana.
"¿Qué te pasó en la espalda, papi?" Ally pregunta, genuinamente preocupado al ver las marcas de las uñas de Louis en la piel de Harry.
Louis se sonroja con fuerza, abriendo la boca sin saber qué decir. Simplemente boquea, atrapado entre la vergüenza y la risa.