Capitulo 10

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"Tienes un don especial, un regalo. Pero si no aprendes a controlarlo, será una maldición", le dijo Will a Louis con un tono solemne cuando apenas tenía cuatro años.

Estas palabras resonaron en el pequeño Louis, aunque no alcanzara a comprender completamente su significado.

A los seis años, su padre intentó simplificar la complejidad de su naturaleza: "Eres empático, como Patroclo y Will".

Esta explicación fue el primer indicio para Louis de que su capacidad para sentir las emociones ajenas como propias no era algo común.

Poco a poco, comprendió que su habilidad era tanto un poder como una carga.

Cuando cumplió nueve, Will lo llevó a pescar junto a Nigel.

Mientras observaba el agua tranquila del lago, su padre le lanzó una pregunta enigmática: "¿Cómo pescas un pescado que no tiene hambre?". Louis no entendió del todo, pero algo en el tono de su padre le hizo pensar que esa pregunta era más profunda de lo que aparentaba.

Al año siguiente, Louis empezó a atar cabos sueltos. Comprendió que Will y Hannibal no eran lo que parecían.

Will, con su encanto y simpatía, era el señuelo; Hannibal, con su mente astuta y fría, era el pescador. Y la presa... eran humanos.

A los once años, la empatía de Louis había evolucionado hasta ser una capacidad refinada. Hannibal le enseñó el arte de la caza, mientras que Will le mostró cómo tejer la ilusión de un señuelo perfecto.

Era un aprendiz rápido, asimilando lecciones que ningún niño debería aprender.

Finalmente, llegó el momento en que Louis tuvo su primera víctima. Fue un chico de trece años, conocido por su comportamiento grosero, especialmente su hábito de mirar bajo las faldas de sus compañeras.

Louis sintió una justificación retorcida en elegirlo. Después del acto, Nigel se encargó de deshacerse del cuerpo, arrojándolo al acantilado, dejando que el océano borrara toda evidencia.

Aquella noche, Louis regresó a casa con un trofeo oscuro y aterrador. La carne que traía no era de pescado. En la cena, el silencio era denso, sólo roto por el chasquido de los cubiertos y la satisfacción inconfesable en el aire.

Louis sabía que había cruzado un umbral, y aunque su empatía le permitía sentir el peso de lo que había hecho, también lo mantenía en una prisión de secretos compartidos con sus padres.

Matteo no fue su única victima.

Pescar se convirtió en su actividad favorita desde aquella noche...

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A los 16 años, Louis decidió seguir su pasión por las artes y estudiar en la universidad. Hannibal lo aceptó sin titubear, entendiendo perfectamente la intensidad y la pasión que el arte podía inspirar.

Deseaba que su hijo explorara y cultivara ese aspecto de su ser.

Will, en cambio, se mostró más reacio. La idea de que Louis se fuera de casa lo inquietaba, pero entendía que era un paso necesario para su crecimiento.

Sin embargo, Nigel se ofreció a mudarse con Louis para cuidar de él, lo que proporcionó a Will un poco de consuelo.

Juntos, Louis y Nigel emprendieron el viaje hacia la universidad, preparados para enfrentar la vida lejos de sus padres.

Dos años después, Nigel conoció a Adam, y al poco tiempo Adam se mudó con ellos al apartamento. Louis, buscando más independencia, decidió que quería vivir en los dormitorios universitarios.

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