"Confesemos en silencio," pidió el padre al hombre al otro lado del confesionario.
"He matado a un hombre," confesó Harry, juntando sus manos en un gesto de aparente devoción.
El penetrante olor a tabaco del padre le revolvió el estómago.
"¿A quién, hijo mío?" preguntó el padre, su voz teñida de curiosidad.
"A usted," respondió una voz dulce y aterciopelada detrás del sacerdote. Al girar, sintió un escalofrío recorrer su espalda, pero antes de poder reaccionar, unas manos pequeñas pero sorprendentemente fuertes lo agarraron y le rompieron el cuello con un chasquido seco.
Los ojos marrones del padre se apagaron lentamente mientras su cuerpo robusto se desplomaba al suelo.
Harry salió del confesionario, una sonrisa sinuosa en su rostro, mientras observaba cómo la vida volvía a los ojos de Louis.
"¿Quieres su sangre?" preguntó Harry, ayudando a Louis a acomodar el cadáver en la silla.
"Nah. La sangre de los monstruos no me gusta," respondió Louis con desdén, observando a Harry mientras este le quitaba el hábito al muerto.
"¿Qué harás con él?"
"Exponerlo. Que la gente lo vea. Que se den cuenta de lo que es capaz de hacer con el respaldo de la iglesia." Los ojos de Louis se tornaron peligrosamente negros mientras pronunciaba esas palabras, el rastro de una sonrisa oscura en sus labios.
Harry no pudo contenerse más y lo atrajo hacia él, sellando sus labios en un beso lleno de intensidad.
.........................
"Cuando veía estas fotos en los periódicos, siempre me preguntaba qué pasaba con los órganos... por qué no te los comes," comentó Harry, mientras terminaba de quemar todo lo que habían usado para exponer al sacerdote pederasta que Louis había conocido accidentalmente en una cafetería. Llevó a Ally a comer galletas durante su turno libre, y el hombre no pudo apartar la mirada del pequeño.
Con una sola mirada, Louis supo que el sacerdote moriría en sus manos.
"Se los doy de comer a los animales, y Adam se encarga de quemar los restos," respondió Louis, mientras se lavaba las manos con agua bendita. "¿Y tú? ¿Qué hacías con los cuerpos que dejabas sin sangre?"
"Los incineraba. Luego conocí a Nigel y Adam; son increíbles para hacer desaparecer cuerpos." Harry entrelazó sus dedos con los de Louis mientras salían de la iglesia.
"Ellos también quemaron tus fotos, ¿cierto?"
Harry había mentido en algo pequeño, pero no por eso menos importante. Conocía a Hannibal y Will. Y aparecía en unas cuantas fotos.
Los conoció en Florencia, cuando Hannibal y Will apenas se recuperaban de la caída por el acantilado que había sellado su amor.
Harry supo de inmediato lo que eran. Se hicieron amigos rápidamente, pero la pareja se mudó a Cuba poco después.
No volvió a saber de ellos hasta que conoció a Louis, años más tarde.
"Sobre eso..." comenzó Harry, intentando explicar.
Louis lo interrumpió con un beso. "No estoy enojado." La mano que descansaba en su pecho descendió hasta su entrepierna y la apretó, provocando un gemido de dolor en Harry. "Pero si vuelves a mentirme, habrá consecuencias, entiendes?"
"Si, omega." Harry gimió adolorido y Louis lo soltó.
Posteriormente sonrió y tomó su teléfono. "Ally está esperándonos con Adam. Vamos a buscar a mi bebé."
Sus ojos vuelen a cobrar vida y su sonrisa es la más angelical que Harry podría ver en su maldita vida.
"я выйду замуж за этого мужчину/Me casaré con ese hombre."
"¿Qué dijiste?"
"Nada." Harry selló sus labios y Louis sacudió la cabeza, dejando el tema.
Por el momento.
..........................
Louis observó a Nigel la noche siguiente, arrojando algo grande y envuelto en una alfombra costosa desde el acantilado donde solían fumar o contemplar las estrellas.
"No es nada importante," comentó Nigel, sacudiéndose las manos y esbozando una sonrisa que dejaba ver sus dientes torcidos. Luego, con un gesto fraternal, revolvió el cabello de su hermanito.
"Papá habló conmigo hoy," mencionó Louis, haciéndose a un lado para que Nigel se sentara junto a él en la parte trasera de la camioneta, donde solían tender mantas y recostarse.
Igual que cuando eran niños y Will los llevaba a pescar.
"Sobre Harry," continuó Louis, su voz cargada de un matiz que mezclaba inquietud y curiosidad.
Nigel encendió un cigarrillo, el resplandor del fuego iluminando brevemente su rostro. "No me sorprende. ¿Qué te dijo?"
Louis se frotó los ojos con los puños, un gesto que lo hacía parecer más joven. "Me dijo que tuviera cuidado. Que confía en mí, que me ama... que te ama a ti y a Adam también."
Nigel esbozó una sonrisa cálida. "¿Y mamá?"
"Al parecer está enojado. No lo he oído decir una palabra mientras papá hablaba."
"Seguro mamá trajo otro perro callejero a casa y papá se enfadó."
Ambos rieron, imaginando la estúpida y tierna pelea de sus padres, en la que se ignoraban durante unas horas antes de que su padre regresara a disculparse, con una sonrisa, mientras juntos bañaban al nuevo miembro de la familia.
"¿Sabes? Creo que Adam y yo tenemos lo mismo que ellos," reflexionó Nigel, exhalando el humo en una espiral perezosa.
Louis, buscando consuelo, recostó la cabeza sobre el pecho de su hermano cuando este se acomodó.
"Ni, ¿algún día yo tendré eso?" preguntó Louis, con la misma inocencia que tenía a los cinco años, cuando le pedía a Nigel que lo protegiera de los monstruos bajo su cama.
Nigel lo miró con ternura y, como aquella vez, besó su frente. "Lo tendrás, Lou. Serás uno de los omegas más felices del mundo. Tendrás muchos hijos, pero seamos sinceros, Ally será el más consentido de todos. Claro, yo seré el culpable. Adam les enseñará sobre el espacio, y yo les mostraré cómo patear traseros."
Louis soltó una risa suave y golpeó ligeramente el pecho de Nigel. "Mis hijos no pelearán, Harry no lo permitiría..."
Nigel sonrió, sabiendo que Louis estaba perdido en su palacio mental, un lugar donde ni él mismo comprendía completamente qué quería, y volvió a besar la frente de su hermano.
"No lo hará, Lou. No lo hará."
....................
"Es hora de irnos, precioso." Harry le susurró a su novio, colocándose frente a él y el hombre que, hace un momento, había estado coqueteando descaradamente con Louis en la caja.
"Pero no he terminado mi turno," respondió Louis, ladeando la cabeza con fingida confusión, aunque por dentro sonreía enormemente al ver los celos arder en los ojos de Harry. Sabía que el hombre que intentaba cortejarlo no tenía ni la más mínima oportunidad.
Harry reprimió un gruñido de frustración. "Adam puede reemplazarte," dijo, sacando el pecho con autoridad. Louis arqueó una ceja con escepticismo. "Además, eres el novio del dueño de toda la maldita calle."
Louis soltó un suspiro y se alejó de la caja, obedeciendo a regañadientes.
No estaba realmente enfadado con Harry; sabía que su novio no tenía intención de ser grosero. Pero el hombre junto a él estaba siendo, en pocas palabras, un grano en el culo.
Y, como dueño de la mitad de la Toscana—y del corazón de Louis—Harry podía permitirse ciertos actos groseros.
.......................
Ciaoooooooooooo
Cómo estás? Te gustó el capítulo?