Capitulo 1

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En la humilde opinión de Louis, el amor es un juego para tontos... una carta alta en una mesa llena de fulles.

No lo malinterpreten, respeta a los valientes que se atreven a lanzar esa jugada, pero él prefiere seguir con su mano estrella: una escalera real de soltería y sexo sin compromiso.

Es cruel infligirse ese dolor cuando puedes estar tranquilo, seguir apostando y evitar el riesgo de quedar en bancarrota antes de tiempo.

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Harry ha tenido más desamores que amores duraderos, pero si el amor no es para él, ¿por qué siente el impulso de arrodillarse ante el dueño de sus afectos?

Si el amor no es para él, ¿por qué detesta la idea de ser libre?

¿Por qué los abrazos se sienten tan bien?

¿Por qué el objeto de su afecto no se desvanece de su mente una vez que se ha instalado en ella?

¿Por qué amar se siente tan bien si Harry no está hecho para amar?

La respuesta es simple: el amor es para Harry, solo que aún no ha llegado la persona indicada.

...............

En la penumbra de una de las zonas más exclusivas de la Toscana, conocida como el Triángulo de Oro, se encontraba el prestigioso Casino Royale.

Con una historia de 200 años, actualmente es dirigido por Jean Duran, mejor conocido como 'Le Chiffre' por sus extraordinarias habilidades matemáticas.

El casino, al igual que su director, solo acepta a clientes mediante invitación anticipada.

Esta se obtiene solo si eres una de las personas más influyentes de la sociedad o si tienes la suficiente riqueza como para comprar un país.

En su aniversario, esta exclusividad se aplica más estrictamente que nunca.

Louis consiguió su entrada como beneficio de tener ojos bonitos y claro, ser hijo de su padre.

Sabe que esta noche será especial.

El enorme casino brilla de pies a cabeza, pero lo que más atrae su atención es la mesa de póker, rodeada de hombres y mujeres vestidos de blanco, cuyas risas evocan yates, lingotes de oro y un inmenso poder.

Se acercó con pasos lentos, un vaso de whisky en la mano, y tomó asiento junto a un hombre de cabello rizado que cubría su rostro.

"Buenas noches." El hombre apartó su cabello, revelando su rostro. Era un adonis en la tierra.

Si Louis se quedaba en bancarrota esta noche, al menos sabía que tendría una cama en la que dormir.

"Buenas noches." Louis sonrió y jugó con el vaso entre sus dedos.

El crupier, vestido completamente de negro, manejaba las cartas como una extensión de su cuerpo mientras las barajaba.

"¿No le gusta el contacto visual, verdad?" El hombre de cabello rizado, Harry, bebió de su propio trago.

"Los ojos distraen." Louis ajustó sus lentes en al puente de su nariz y desvió la mirada a las máquinas detrás del alfa. "Uno ve mucho o no lo suficiente."

"Blinds." Anunció el crupier.

Las apuestas iniciales comenzaron. "25 mil." Un anciano calvo de ojos cafés, posiblemente algún político desconocido para Louis, fue el primero en apostar.

Una mujer de labios rojos y cabello rizado imitó su apuesta, seguida por un hombre de piel morena, otro de piel blanca y ojos azules, y finalmente, el hombre de cabello rizado y Louis.

Love is a gameWhere stories live. Discover now