"Padre, ¿cómo sabes cuándo amas a alguien?" Louis mantenía firmes las manos en el timón del barco, mientras Will, a su lado, destripaba los peces que Hannibal transformaría en un plato delicioso para la cena.
Will meditó la pregunta por un instante, sus ojos azules fijos en el horizonte del mar. "No supe que amaba a tu padre hasta que me dejó destripado en el suelo de su cocina y, al recuperarme, crucé el océano solo para verlo." Sonrió al escuchar a Louis chasquear la lengua con desaprobación.
"Papá dijo que fuiste con la intención de matarlo, no de perdonarlo."
"Y me dispararon por ello." Will se rió suavemente cuando Louis bufó.
"¿Era necesario tanto drama?" Su -ya no tan pequeño- hijo se burló.
"No, pero así es como descubrí que tu padre me amaba... tragedias más tarde." Will cerró los ojos y, al abrirlos, ya no estaba en el barco con Louis.
Estaba en la casa de Bedelia, frente a la mujer, sentado en un suave sillón que Hannibal, sin duda, apreciaba.
"¿Hannibal está enamorado de mí?" Will preguntó, consternado.
Bedelia le dirigió una sonrisa agotada.
"¿Podría él sentir una punzada de hambre por ti a diario y saciarse con solo mirarte?" La pregunta de Bedelia se deslizó suavemente entre ellos.
Will cerró los ojos de nuevo y, al abrirlos, estaba de vuelta en el barco. Louis seguía al mando, su cabello ondeando al viento.
"¿De dónde surge la diferencia entre el pasado y el futuro que se avecina?" Will preguntó, sacando a Louis de su ensoñación.
Su hijo lo miró. "¿Miá?" Will asintió. "Liberándome de Harry y él liberándose de mí... son lo mismo." Reflexionó después de un momento.
"Están conectados." Will sonrió.
"No tengo curiosidad...porque es cierto...Ninguno sobreviviría a la separación. Eso es amor." Louis sonrió al ver a Will asentir con serenidad.
..........................
Todos necesitan a alguien cerca.
Alguien a quien aferrarse, con quien compartir el aliento cuando todo se desmorona y el caos reina. Cuando el cielo cae en pedazos y la cordura se desvanece, todos anhelan esos brazos que prometen refugio.
Harry lo entiende pronto, la claridad llega como un destello: necesita a Louis cerca. Lo comprende cuando ve estrellas reflejadas en sus ojos, destellos que lo atan a una realidad donde Louis es su ancla. Lo siente en cada beso, ese instante efímero que lo deja flotando, ebrio de una dulce locura.
Descubre que necesita a Louis cuando se da cuenta de que sin él, su existencia sería un vacío, una sombra sin forma. No es que necesite a Louis para respirar, para vivir... pero el pensamiento de una vida sin él es inconcebible. Porque, en el fondo, su mundo cobra sentido con Louis en él, y una vida sin esa chispa sería una vida que no quiere ni imaginar.
....................
"Harry, ¿me acompañarías a un lugar especial?" Louis extendió la mano hacia él, con una suave invitación en su mirada.
"¿A dónde más iría?" Harry sonrió, entrelazando sus dedos con los de Louis, como si su respuesta fuera la única posible.
"Tienes un millón de lugares a los que podrías ir."
"Pero quiero ir contigo." Los ojos de Harry brillaban con una sinceridad que desarmaba, como si esa fuera la verdad más simple y profunda que conocía.