Capitulo 13

274 29 2
                                    


"Me duele el culo," se quejó Louis, haciendo una mueca mientras se levantaba de su asiento en la clase de arte.

"Cuidado con el vocabulario, Tomlinson," le reprendió el maestro, un hombre con más canas que cabello, y menos vida que años.

"Lo siento," respondió Louis, sin una pizca de arrepentimiento, y salió del aula.

Se dirigió directamente a su habitación, sabiendo que Adam estaba empacando en su departamento junto a Nigel, lo que le dejaba completamente solo.

Al abrir la puerta, sus ojos se encontraron con otro arreglo de flores sobre su escritorio.

"Sé que dijiste que no más flores, pero eres hermoso, y como no puedo darte las estrellas, te doy flores... Tu novio, siempre tuyo, Harry."

P.D. Ally dice que la camisa negra te sienta bien.

"¿Cómo lo sabe?" Louis se rió, incrédulo, dejando la nota de Harry sobre el escritorio.

Tomó una de las flores, la acarició suavemente y la colocó al sol, esperando a que se secara. Luego, con cuidado, la guardó en el libro donde atesora cada flor de cada ramo que Harry le ha regalado desde el primer día.

.....................

"Las personas se enamoran de maneras misteriosas..."
"Tal vez por tocarse las manos..."

Harry escuchó las voces suaves tararear la melodía mientras entraba en casa, el cansancio del día en la oficina aún pesando sobre sus hombros. Dejó caer los zapatos, deshaciéndose del saco y la corbata con un suspiro de alivio.

Se dirigió a la cocina, donde una escena llena de vida lo esperaba. Louis y Ally cantaban juntos, moviéndose al ritmo de la música, sus caderas balanceándose en una danza dulce mientras batían algo con entusiasmo.

"Bueno, esto sí que es maravilloso," murmuró Harry con una sonrisa amplia, acercándose a sus dos amores.

Primero, besó suavemente la frente de Ally, quien le devolvió una sonrisa luminosa, y luego, sin perder el ritmo, sus labios encontraron los de Louis en un beso breve pero lleno de cariño.

"¿Qué están preparando esta noche, mis chefs?" preguntó Harry con fingida seriedad, mirando a los dos con sus pequeños gorros de chef encajados en sus cabezas.

"¡Roles de canela!" exclamó Ally, su sonrisa de dientes de conejito iluminando su rostro.

Louis, divertido, arrulló a Ally, provocando una risa contagiosa en Harry.

"Porque papi los ama," continuó Louis en el mismo tono juguetón, mientras Harry, atrapado por la sorpresa y la risa, se atragantaba levemente, lo que hizo que Louis estallara en carcajadas.

................

Harry cerró la puerta de su despacho tras terminar su jornada, dejando atrás el cansancio del trabajo. Al entrar en la habitación, encontró a Louis recostado en la cama, vistiendo solo una de sus camisas y unos bóxers, con un computador apoyado en su regazo.

"Voy a darme una ducha," le informó a su novio mientras se desabrochaba los primeros botones de la camisa.

Louis levantó la vista, esbozando una sonrisa traviesa. "¿Me das tu tarjeta? Vi un bolso que me encanta." Hizo un puchero irresistible. "Prometo no gastar demasiado."

Harry le devolvió la sonrisa y, con un guiño cómplice, sacó su cartera repleta de tarjetas. "Para eso está el dinero, amor. Úsalo en lo que quieras."

Louis sonrió, agradecido, y se inclinó para besarle las mejillas con ternura. Ambos sabían que Louis podía comprarse lo que quisiera con su propio dinero, pero había algo reconfortante en permitir que su alfa le cuidara, un gesto que hacía latir su corazón con un aprecio silencioso.

Love is a gameWhere stories live. Discover now